martes, 29 de noviembre de 2022

Párate un momento: El Evangelio del dia 1 - DE NOVIEMBRE – JUEVES – 1 – SEMANA DE ADVIENTO – A Beato Carlos de Foucauld

 

 


1 - DE DICIEMBRE – JUEVES –

1 – SEMANA DE ADVIENTO – A

Beato Carlos de Foucauld

 

Lectura del libro de Isaías (26,1-6):

Aquel día, se cantará este canto en la tierra de Judá:

«Tenemos una ciudad fuerte,

ha puesto para salvarla murallas y baluartes.

Abrid las puertas para que, entre un pueblo justo,

que observa la lealtad;

su ánimo está firme y mantiene la paz,

porque confía en ti.

Confiad siempre en el Señor,

porque el Señor es la Roca perpetua.

Doblegó a los habitantes de la altura,

a la ciudad elevada;

la abatirá, la abatirá

hasta el suelo, hasta tocar el polvo.

La pisarán los pies, los pies del oprimido,

los pasos de los pobres».

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 117,1.8-9.19-21.25-27a

R/. Bendito el que viene en nombre del Señor

 

Dad gracias al Señor porque es bueno,

porque es eterna su misericordia.

Mejor es refugiarse en el Señor

que fiarse de los hombres,

mejor es refugiarse en el Señor

que fiarse de los jefes. R/.

 Abridme las puertas de la salvación,

y entraré para dar gracias al Señor.

Esta es la puerta del Señor:

los vencedores entrarán por ella.

Te doy gracias porque me escuchaste

y fuiste mí salvación. R/.

 Señor, danos la salvación;

Señor, danos prosperidad.

Bendito el que viene en nombre del Señor,

os bendecimos desde la casa del Señor;

el Señor es Dios, él nos ilumina. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,21.24-27):

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.

      El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande».

 

Palabra del Señor

 

1.   Estas palabras de Jesús están, según el evangelio de Mateo, al final del sermón del monte.  Lo primero, que advierte aquí Jesús, es que tengamos cuidado con las piedades, las devociones y los muchos rezos. Es un consejo importante para personas religiosas. Porque la religiosidad puede engañar.

      Lo que importa no es la mucha piedad, sino la conducta que es fiel al cumplimiento de lo que dijo Jesús en el sermón del monte, que concluye aquí.

 

2.   Más aún. Jesús no enseñó solamente mediante sus palabras. La vida entera de Jesús fue su enseñanza.  Jesús no fue un hombre de ritos y ceremonias sagradas. Jesús puso su religiosidad en su conducta, sobre todo en su forma de tratar a la gente. En el respeto, la bondad, la tolerancia, la delicadeza, que tuvo siempre y con todos.

Para llevar esta vida, Jesús necesitaba orar. Lo necesitamos todos. Si es que queremos ser siempre buenos con todos.

 

3.   Esta bondad no es "buenismo". Es "edificar sobre roca", es construir sobre la consistencia que da seguridad. Edificar "sobre arena" es construir sobre la inconsistencia que da miedo. Es lo que estamos viviendo ahora con el cambio de cultura, que estamos viviendo.   Hemos construido una economía mundial sobre la inconsistencia del deseo de poseer y acumular, que lleva derecho a la codicia. Y el edificio entero se nos hunde. Porque los más fuertes y poderosos se han devorado a los débiles e indefensos. Todo el sermón del monte es la denuncia dura de los peligros que entraña el deseo que lleva a la codicia.

"Construir sobre roca", en este momento, es buscar y organizar un sistema económico controlado. Y no dejado a la ingenuidad de la "mano invisible" (Adam Smith) del mercado, centrada en una "armonía natural" que no existe.

Lo que manda es el deseo y la codicia. Así, el Evangelio queda marginado.

 

Beato Carlos de Foucauld



Sacerdote francés, misionero en el Sáhara y mártir de la persecución religiosa.

     Nació el 15 de septiembre de 1858 en Estrasburgo, en el actual Francia 

    Falleció el 1 de diciembre de 1916 en Tamanrasset, en el actual Argelia 

       Proceso

  • Hecho venerable el 24 de abril de 2001 por Juan Pablo II
  • Beatificado el 13 de noviembre de 2005 por Benedicto XVI.

         Vida de Beato Carlos de Foucauld

     Charles de Foucauld (Hermano Carlos de Jesús) nace en Francia, en Estrasburgo, el 15 de septiembre 1858. Huérfano a los 6 años, creció con su hermana María, bajo los cuidados de su abuelo, orientándose hacia la carrera militar.

     Adolescente, pierde la fe. Conocido por su gusto de la vida fácil él revela, no obstante, una voluntad fuerte y constante en las dificultades. Emprende una peligrosa exploración a Marruecos (1883- 1884). El testimonio de fe de los musulmanes despierta en él un cuestionamiento sobre Dios: «Dios mío, si existes, haz que te conozca».

     Regresando a Francia, le emociona mucho la acogida discreta y cariñosa de su familia profundamente cristiana, y comienza una búsqueda. Guiado por un sacerdote, el Padre Huvelin, él encuentra a Dios en octubre 1886.Tiene 28 años. «Enseguida que comprendí que existía un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa que de vivir sólo para El».

     Durante una peregrinación a Tierra Santa descubre su vocación: seguir Jesús en su vida de Nazareth. Pasa 7 años en la Trapa, primero N.S. de las Nieves, después Akbes, en Syria. Enseguida después, él vive solo en la oración y adoración cerca de las Clarisas de Nazareth.

     Ordenado sacerdote a los 43 años (1901) parte al Sahara, primero Beni-Abbes, después Tamanrasset en medio de los Tuaregs del Hoggar. Quiere ir al encuentro de los más alejados, «los más olvidados y abandonados». Quiere que cada uno de los que lo visiten lo consideren como un hermano, «el hermano universal». Él quiere «gritar el evangelio con toda su vida» en un gran respeto de la cultura y la fe de aquellos en medio de los cuales vive. «Yo quisiera ser lo bastante bueno para que ellos digan: “Si tal es el servidor, como entonces será el Maestro...”?».

     En el atardecer del 1° de diciembre 1916, fue matado por una banda que rodeó la casa.

     Siempre soñó compartir su vocación con otros: después de haber escrito varias reglas religiosas; pensó que esta «vida de Nazareth» podía ser vivida en todas partes y por todos. Actualmente la «familia espiritual de Charles de Foucauld» comprende varias asociaciones de fieles, comunidades religiosas e institutos seculares de laicos y sacerdotes.

    La apertura de la causa de su beatificación y canonización se produjo en 1927. El proceso se interrumpió durante la guerra de Argelia, pero se reemprendió más tarde. El 24 de abril de 2001, Carlos de Foucauld fue declarado venerable por Juan Pablo II, y el 13 de noviembre de 2005 fue declarado beato por Benedicto XVI. Su nombre religioso fue «Hermano Carlos de Jesús», y la Iglesia Católica celebra su festividad el 1 de diciembre.

        Fuente: http://www.vatican.net/news_services/liturgy/saints/ns_lit_doc_20051113_de-foucauld_sp.html

 

 

 

 

 

lunes, 28 de noviembre de 2022

Párate un momento: El Evangelio del dia 30 - DE NOVIEMBRE – MIERCOLES – 1 – SEMANA DE ADVIENTO – A Fiesta de San Andrés apóstol

 


 

30 - DE NOVIEMBRE – MIERCOLES

 – 1 – SEMANA DE ADVIENTO – A

Fiesta de San Andrés apóstol

 

     Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (10,9-18):

Si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación. Dice la Escritura: «Nadie que cree en él quedará defraudado.» Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan. Pues «todo el que invoca el nombre del Señor se salvará.»

Ahora bien, ¿Cómo van a invocarlo, si no creen en él?; ¿Cómo van a creer, si no oyen hablar de él?; y ¿Cómo van a oír sin alguien que proclame?; y ¿Cómo van a proclamar si no los envían? Lo dice la Escritura: «¡Qué hermosos los pies de los que anuncian el Evangelio!»

Pero no todos han prestado oído al Evangelio; como dice Isaías: «Señor, ¿Quién ha dado fe a nuestro mensaje?» Así pues, la fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo. Pero yo pregunto: «¿Es que no lo han oído?» Todo lo contrario: «A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje.»

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 18,2-3.4-5

R/. A toda la tierra alcanza su pregón

El cielo proclama la gloria de Dios,

el firmamento pregona la obra de sus manos:

el día al día le pasa el mensaje,

la noche a la noche se lo susurra. R/.

Sin que hablen, sin que pronuncien,

sin que resuene su voz,

a toda la tierra alcanza su pregón

y hasta los límites del orbe su lenguaje. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (4,18-22):

En aquel tiempo, pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores.

Les dijo:

«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.»

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

 

Palabra del Señor

 

1.   ¿Cómo te encuentras en tus tareas o, si la tienes, en tu profesión?

Andrés, de quién hoy celebramos su fiesta, parece que se encontraba a gusto. Ahí le tenemos, echando el copo en el lago. Lo que había visto hacer a su padre, lo que antes había hecho el padre de su padre… Una tarea útil, que aporta alimento para otros… Una forma honrada de ganarse la vida. No era un alto cargo, pero te permitía vivir.

Pero he aquí que pasa Jesús y le llama. Y le ofrece un nuevo oficio: ser “pescador de hombres”. Seguirá siendo pescador: habrá que seguir esforzándose, madrugar y embarcar; habrá que seguir teniendo una sensibilidad fina como para saber cuándo y dónde echar la red; habrá que seguir teniendo fuerza como para tirar cuando haga falta; habrá que seguir repartiendo el fruto del trabajo, unos días más y otros menos… Pero ya no serán los peces el centro de la vida, sino las personas. Ya no habrá redes, sino palabras. Y ya no habrá una pequeña barca, sino que se trata de que todos vayamos en el mismo barco en las cosas importantes, en las cosas de Dios.

 

2.   ¿Cómo les sonaría a aquellos primeros discípulos la llamada a ser “pescadores de hombres”?  -¿Qué tendría la mirada y la llamada de Jesús, para que lo dejaran todo y le siguieran?

Jesús también hoy sigue llamando. Como hace dos mil años, a algunos les pide que cambien de oficio. A otros, que sigan en el que están, pero de otra manera. Seamos lo que seamos, el evangelio nos invita a percibir la mirada que hoy Jesús nos dirige y la llamada que nos hace. Desde donde estemos. Contando con lo que somos y tenemos. Y tenerlo como patrón del nuevo negocio que nos ofrece.

 

3.  Escucharle y responderle. Es algo que no se hace de una vez para siempre, sino que se repite una y otra vez a lo largo de la vida. Eso es el seguimiento de Jesús. En ello estamos.

 

SAN ANDRES, APOSTOL

 



Uno de los doce Apóstoles, hermano de Simón Pedro.

Murió mártir en una cruz en forma de X

Patrono de Rusia y Escocia

SAN ANDRES nació en Betsaida, población de Galilea situada a orillas del lago de Genesaret. Era hijo del pescador Jonás y hermano de Simón Pedro. La Sagrada Escritura no especifica si era mayor o menor que éste. La familia tenía una casa en Cafarnaún y en ella se alojaba Jesús cuando predicaba en esa ciudad.

 

Discípulo de Juan Bautista

Cuando San Juan Bautista empezó a predicar la penitencia, Andrés se hizo discípulo suyo. Precisamente estaba con su maestro, cuando Juan Bautista, después de haber bautizado a Jesús, le vio pasar y exclamó: "¡He ahí al cordero de Dios!" Andrés recibió luz del cielo para comprender esas palabras misteriosas. Inmediatamente, él y otro discípulo del Bautista siguieron a Jesús, el cual los percibió con los ojos del Espíritu antes de verlos con los del cuerpo. Volviéndose, pues, hacia ellos, les dijo: "¿Qué buscáis?" Ellos respondieron que querían saber dónde vivía y Jesús les pidió que le acompañasen a su morada.

 

Apóstol de Jesús

Andrés y sus compañeros pasaron con Jesús las dos horas que quedaban del día. Andrés comprendió claramente que Jesús era el Mesías y, desde aquel instante, resolvió seguirle. Así pues, fue el primer discípulo de Jesús. Por ello los griegos le llaman "Proclete" (el primer llamado). Andrés llevó más tarde a su hermano a conocer a Jesús, quien le tomó al punto por discípulo, le dio el nombre de Pedro. Desde entonces, Andrés y Pedro fueron discípulos de Jesús.

Al principio no le seguían constantemente, como habían de hacerlo más tarde, pero iban a escucharle siempre que podían y luego regresaban al lado de su familia a ocuparse de sus negocios. Cuando el Salvador volvió a Galilea, encontró a Pedro y Andrés pescando en el lago y los llamó definitivamente al ministerio apostólico, anunciándoles que haría de ellos pescadores de hombres. Abandonaron inmediatamente sus redes para seguirle y ya no volvieron a separarse de EI.

Al año siguiente, nuestro Señor eligió a los doce Apóstoles; el nombre de Andrés figura entre los cuatro primeros en las listas del Evangelio.

También se le menciona a propósito de la multiplicación de los panes (Juan, 6, 8-9) y de los gentiles que querían ver a Jesús (Juan, 12, 20-22)

 

Después de Pentecostés

Aparte de unas cuantas palabras de Eusebio, quien dice que San Andrés predicó en Scitia, y de que ciertas "actas" apócrifas que llevan el nombre del apóstol fueron empleadas por los herejes, todo lo que sabemos sobre el santo procede de escritos apócrifos. Sin embargo, hay una curiosa mención de San Andrés en el documento conocido con el nombre de "Fragmento de Muratori", que data de principios del siglo III: "El cuarto Evangelio (fue escrito) por Juan, uno de los discípulos. Cuando los otros discípulos y obispos le urgieron (a que escribiese), les dijo: "Ayunad conmigo a partir de hoy durante tres días, y después hablaremos unos con otros sobre la revelación que hayamos tenido, ya sea en pro o en contra. Esa misma noche, fue revelado a Andrés, uno de los Apóstoles, que Juan debía escribir y que todos debían revisar lo que escribiese".

Teodoreto cuenta que Andrés estuvo en Grecia; San Gregorio Nazianceno especifica que estuvo en Epiro, y San Jerónimo añade que estuvo también en Acaya. San Filastrio dice que del Ponto pasó a Grecia, y que en su época (siglo IV) los habitantes de Sínope afirmaban que poseían un retrato auténtico del santo y que conservaban el ambón desde el cual había predicado en dicha ciudad. Aunque todos estos autores concuerdan en la afirmación de que San Andrés predicó en Grecia, la cosa no es absolutamente cierta.

En la Edad Media era creencia general que San Andrés había estado en Bizancio, donde dejó como obispo a su discípulo Staquis (Rom. 14,9). El origen de esa tradición es un documento falso, en una época en que convenía a Constantinopla atribuirse un origen apostólico para no ser menos que Roma, Alejandría y Antioquía. (El primer obispo de Bizancio del que consta por la historia, fue San Metrófanes, en el siglo IV).

 

Martirio

El género de muerte de San Andrés y el sitio en que murió son también inciertos. La "pasión" apócrifa dice que fue crucificado en Patras de Acaya. Como no fue clavado a la cruz, sino simplemente atado, pudo predicar al pueblo durante dos días antes de morir. Según parece, la tradición de que murió en una cruz en forma de "X" no circuló antes del siglo IV.

En tiempos del emperador Constancio II (+361), las presuntas reliquias de San Andrés fueron trasladadas de Patras a la iglesia de los Apóstoles, en Constantinopla. Los cruzados tomaron Constantinopla en 1204, y, poco después las reliquias fueron robadas y trasladadas a la catedral de Amalfi, en Italia.

 

San Andrés es el patrono de Rusia y de Escocia.

Según una tradición que carece de valor, el santo fue a misionar hasta Kiev. Nadie afirma que haya ido también a Escocia, y la leyenda que se conserva en el Breviario de Aberdeen y en los escritos de Juan de Fordun, no merece crédito alguno. Según dicha leyenda, un tal San Régulo, que era originario de Patras y se encargó de trasladar las reliquias del apóstol en el siglo IV, recibió en sueños aviso de un ángel de que debía trasportar una parte de las mismas al sitio que se le indicaría más tarde. De acuerdo con las instrucciones, Régulo se dirigió hacia el noroeste, "hacia el extremo de la tierra"". El ángel le mandó detenerse donde se encuentra actualmente Saint Andrews, Régulo construyó ahí una Iglesia para las reliquias, fue elegido primer obispo del lugar y evangelizó al pueblo durante treinta años. Probablemente esta leyenda data del siglo VIII. El 9 de mayo se celebra en la diócesis de Saint Andrews la fiesta de la traslación de las reliquias.

El nombre de San Andrés figura en el canon de la misa, junto con los de otros Apóstoles. También figura, con los nombres de la Virgen Santísima y de San Pedro y San Pablo, en la intercalación que sigue al Padrenuestro. Esta mención suele atribuirse a la devoción que el Papa San Gregorio Magno profesaba al santo, aunque tal vez data de fecha anterior.

 

-Vidas de los Santos de Butler, Vol. IV.