23 - DE
NOVIEMBRE – MIERCOLES
– 33 – SEMANA
DEL T. O. – C
SAN COLUMBANO
Lectura del libro del Apocalipsis (15,1-4):
Yo, Juan, vi en el cielo otro signo,
grande y maravilloso: Siete ángeles que llevaban siete plagas, las últimas,
pues con ellas se consuma la ira de Dios.
Vi una especie de mar de vidrio mezclado con fuego; los vencedores de la
bestia, de su imagen y del número de su nombre estaban de pie sobre el mar
cristalino; tenían en la mano las cítaras de Dios. Y cantan el cántico de
Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo:
«Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios omnipotente; justos y
verdaderos tus caminos, rey de los pueblos. ¿Quién no temerá y no dará gloria a
tu nombre? Porque vendrán todas las naciones y se postrarán ante ti, porque tú
solo eres santo y tus justas sentencias han quedado manifiestas».
Palabra de Dios
Salmo: 97,1.2-3ab.7-8.9
R/. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho
maravillas.
Su diestra le
ha dado la victoria,
su santo
brazo. R/.
El Señor da a
conocer su salvación,
revela a las
naciones su justicia:
se acordó de
su misericordia y su fidelidad
en favor de
la casa de Israel. R/.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y
cuantos la habitan;
aplaudan los
ríos,
aclamen los
montes. R/.
Al Señor, que llega
para regir la
tierra.
Regirá el
orbe con justicia
y los pueblos
con rectitud. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,12-19):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las
cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi
nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra
defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente
ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y
matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni
un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis
vuestras almas».
Palabra del Señor
1. Si
algo hay claro, en estas palabras de Jesús, es que sus discípulos no van a
encontrar siempre buena acogida ante los gobernantes políticos. Por tanto,
cuando los que anuncian el Evangelio encuentran buena acogida en quienes anejan
el poder y el dinero, es seguro que no anuncian el Evangelio, sino las cosas que,
disfrazadas de Evangelio, en realidad nada tienen que ver con Jesús.
El Evangelio
es siempre conflictivo para los hombres del poder, ya sea político, económico,
tecnológico, etc.
2. El
mejor disfraz del Evangelio suele ser la "religión". Los hombres de
la religión suelen tener la fuerte inclinación a entenderse bien con los
poderes públicos que respetan, costean y promueven las instituciones religiosas
y los actos de la religión.
Los
gobernantes que hacen eso mantienen buenas relaciones con los dirigentes
religiosos y, por supuesto, jamás los persiguen.
Por otra
parte, como a bastantes sectores de la población le interesa más la religión
que el Evangelio, los gobernantes se dedican a promover la religión, por más
que el Evangelio no se tenga en cuenta para nada.
3. El
hecho es que las cosas se han puesto de tal manera que ya resulta complicado
saber si lo que buscan los religiosos y protegen los políticos es el Evangelio,
es la religión o son los intereses y conveniencias de todos.
- ¿No ha llegado
la hora de poner las cosas en claro?
Abad – 545 – 615
Martirologio Romano: San Columbano, abad, irlandés de nacimiento, que por Cristo se hizo
peregrino para evangelizar a las gentes de las Galias. Fundó, entre otros
muchos, el monasterio de Luxeuil, que él mismo rigió con estricta observancia,
y obligado después a exiliarse, atravesó los Alpes y construyó el cenobio de
Bobbio, en la Liguria, famoso por su disciplina y estudios, en el cual se
durmió en paz, lleno de méritos para con la Iglesia. Su cuerpo recibió
sepultura en este día († 615).
Breve Biografía
Nació en Irlanda en el 543. Desde pequeño mostró una clara inclinación para
la vida consagrada.
Al salir de Irlanda en compañía del monje y San Galo, recorrió Europa
Occidental. Unas veces era rechazado, otras acogido, pero de lo que no cabe
duda es que fue el fundador de monasterios y abadías desde las cuales salía un
resplandor cultural y religioso dignos de toda loa.
Fueron el foco para culturización y cristianización de la época merovingia.
Su estilo de vida fue austero y así se lo exigía a los monjes, pues gracias a
ella, encontraron un camino para la santidad al menos trece santos que no es el
caso de enumerar.
El monasterio más célebre fue el de Luxeuil, al que confluyeron monjes
francos, galos y burgondes. Fue durante dos siglos el centro de vida monástica
más importante en todo el Occidente.
En el año 610 tuvo que salir pitando de Francia porque la cruel reina
Brunehaut lo perseguía, porque le había echado en cara todos sus vicios y sus
crímenes.
Pensaba volver a Irlanda, pero se quedó en Nantes. También que tuvo que huir
por los Alpes hasta que encontró acogida y refugio en Bobio, al norte de
Italia, en la región de la Emilia Romagna, provincia de Piacenza.
Aquí fundó su último monasterio y en él murió en el año 615. La regla
monástica original que dio a sus monasterios tuvo una influencia por toda
Europa durante más de dos siglos.
Muchos pueblos, regiones y lugares están bajo su patrocinio.
También tuvo dificultades con los obispos franceses. Estos mandan en su
diócesis, pero no en los monasterios que desde siempre han estado exentos, es
decir, no dependen del obispo.
Hubo alguien que lo trató bien. Fue el rey Aguilulfo. Menos mal que los
cuatro últimos años de su vida pudo vivir tranquilo.
Fuente: Catholic.net
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