5 - DE NOVIEMBRE
– SÁBADO –
31 – SEMANA DEL T. O. – C
Santa Ángela de la Cruz
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (4,10-19):
Me alegré muchísimo en Cristo de que
ahora por fin pudierais expresar el interés que sentís por mí; siempre lo
habíais sentido, pero os faltaba la ocasión. Aunque ando escaso de recursos, no
lo digo por eso; yo he aprendido a arreglarme en toda circunstancia. Sé vivir
en pobreza y abundancia.
Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia
y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis
bien en compartir mi tribulación.
Vosotros, los filipenses, sabéis además que, desde que salí de Macedonia y
empecé a predicar el Evangelio, ninguna Iglesia, aparte de vosotros, me abrió
una cuenta de haber y debe. Ya a Tesalónica, me mandasteis más de una vez un
subsidio para aliviar mi necesidad; no es que yo busque regalos, busco que los
intereses se acumulen en vuestra cuenta. Éste es mi recibo: por todo y por más
todavía. Estoy plenamente pagado al recibir lo que me mandáis con Epafrodito:
es un incienso perfumado, un sacrificio aceptable que agrada a Dios. En pago,
mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su
espléndida riqueza en Cristo Jesús.
Palabra de Dios
Salmo: 111,1-2.5-6.8a.9
R/. Dichoso quien teme al Señor
Dichoso quien teme al Señor
y ama de
corazón sus mandatos.
Su linaje
será poderoso en la tierra,
la
descendencia del justo será bendita. R/.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra
rectamente sus asuntos.
El justo
jamás vacilará,
su recuerdo
será perpetuo. R/.
Su corazón está, seguro, sin temor.
Reparte
limosna a los pobres;
su caridad es
constante, sin falta,
y alzará la
frente con dignidad. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (16,9-15):
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos:
«Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban
en las moradas eternas.
El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que
no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado.
Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, - ¿quién os confiará lo que
vale de veras?
Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, - lo vuestro, ¿quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y
amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo.
No podéis servir a Dios y al dinero.»
Oyeron esto los fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él.
Jesús les dijo:
«Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce
por dentro. La arrogancia con los hombres Dios la detesta.»
Palabra del Señor
1.- La
terrible sentencia de Jesús, con que empieza este evangelio, confirma el
significado de la parábola del administrador injusto. Jesús no está en contra
del dinero, como instrumento de cambio. Ni está en contra del
capital, necesario para la productividad, para el progreso, para generar vida y
bienestar. Pero con tal que el dinero y el capital se utilicen para bien. Y
para bien de todos, pero nunca para acumular riqueza a costa del hambre y la
necesidad de los más débiles e indigentes. Por eso Jesús recomienda hacerse
amigos con el "dinero injusto" (mamoná tes adikías).
Sencillamente,
quedándose sin él, es decir, dándolo. Y así, cuando os quedéis sin la mamona
iniquitatis, entonces os recibirán "en las moradas eternas".
2. Jesús
no era un "comunista prematuro". Era un hombre honesto y libre. El
término mamona aparece en los evangelios solo en boca de Jesús, normalmente
asociado a la "iniquidad" o la "injusticia" (Mt 6, 24 par;
Lc 16, 13; 16, 9; 16, 11).
El mamona se
asocia con la adquisición no honrada de bienes o con el afán de obtener
ganancias (H. Balz). Y esto es lo que Jesús no soporta. Es más, resulta
indignante ver los equilibrios que hacen no pocos exegetas de renombre para
terminar justificando el lucro y el afán de ganancias. Sobre todo, cuando sabemos
que eso (las ganancias o "valor añadido" que produce el capital)
lleva consigo y es la causa del hambre y de la muerte de millones de seres
humanos.
3. Por
todo esto se comprende la incompatibilidad que Jesús establece entre Dios y el
afán de ganancias. Como también se comprende la dura sentencia
contra los fariseos, "amigos del dinero":
Presumís de
observantes, pero Dios os conoce por dentro. Es sano, es honesto, sentirse con
mala conciencia cuando se quiere aparecer como persona religiosa y honesta; y
al mismo tiempo uno se siente seguro por la sana y sólida cuenta
corriente que se tiene en el banco.
Quien siendo
así, no siente mala conciencia, -¿cómo puede considerarse
"observante"?
Santa Ángela de la Cruz
Santa Ángela de la
Cruz Guerrero González
María de los Ángeles Guerrero González nació en Sevilla el 30 de enero de
1846 y murió también allí el 2 de marzo de 1932. Humilde religiosa española,
fundó la congregación religiosa llamada Compañía de las Hermanas de la Cruz
dedicada a ayudar a los pobres y a los enfermos.
Fue canonizada en Madrid por san Juan
Pablo II el 4 de mayo de 2003.
Ángela Guerrero González, Sor Ángela de la
Cruz, Madre de los pobres, nació el 30 de enero de 1846 en Sevilla en el seno
de una familia sencilla. Sus padres, Francisco Guerrero y Josefa González,
tuvieron catorce hijos, pero sólo seis llegaron a mayores de edad a causa de la
terrible mortalidad infantil, aún persistente durante todo el s. XIX.
Sus padres eran—hasta la exclaustración de
los religiosos en 1836—los cocineros del Convento de los Padres Teatinos de
Sevilla. Su padre murió pronto. Sin embargo, la madre llegara a ver la obra de
su hija, y las Hermanitas de la Cruz la llamaran con el dulce nombre de
"la abuelita" y quedaran admiradas de las muchas virtudes que
florecían en el jardín de su alma. Ella supo trasplantarlas al jardín del alma
de su hija Ángela. Se dice que un día, siendo aún muy pequeña, desapareció y
todos la buscaron. Todos menos su madre que enseguida adivinó donde estaba: en
la iglesia. Allí la encontraron rezando y recorriendo los altares. Ya mayor
dirá: "Yo, todo el tiempo que podía, lo pasaba en la iglesia, echándome
bendiciones de altar como hacen las chiquillas".
Por carecer de recursos, apenas puede
aprender a leer y escribir. Ángela, que crecía en un piadoso ambiente familiar,
pronto daría cumplidas pruebas de bondad natural. Ya de joven, nadie osaba
hablar mal o pronunciar blasfemias en su presencia. Si hablaban algo menos
puro, al verla llegar, decían, cambiando de conversación: "Callad, que
viene Angelita".
Ángela necesita trabajar desde los doce años
para ayudar a su familia, cuando apenas ha tenido ocasión de asistir a la
escuela: en el taller de calzado de doña Antonia Maldonado, en la calle del
Huevo, trabajó durante algún tiempo como zapatera. Dña. Antonia estaba
encantada de ella y exhortaba a las demás a que la imitaran. Hacia rezar el
rosario y rendían más que antes.
El Padre Torres Padilla era muy amigo de la
familia donde trabajaba como zapatera. Le habían hablado de la maravilla de
aquella joven.
De 1862 a 1865, Ángela, que asombra por sus
virtudes a cuantos la conocen, reparte su jornada entre su casa, el taller, las
iglesias donde reza y los hogares pobres que visita. En 1865 se cierne una
oleada de cólera sobre Sevilla que azota a las familias pobres hacinadas en los
"corrales de vecindad". Ángela se multiplica para poder ayudar a
estos hombres, mujeres y niños castigados tan duramente por la miseria. Y en
ese mismo año pone en conocimiento de su confesor, el padre Torres, su voluntad
de "meterse a monja". Cuenta ahora con diecinueve años.
Quiso entrar en las Carmelitas Descalzas del
barrio de Santa Cruz de Sevilla, aunque no la admitieron por temor a que no
pudiera soportar los duros menesteres del convento en su cuerpo menudo y débil.
Después ingresó en las Hermanas de la
Caridad. Llegó a vestir el hábito, pero hubo de salir del convento al enfermar.
Viendo que no podía ser monja en el convento, se dijo a si misma: "Seré
monja en el mundo" e hizo los Votos religiosos. Un billete de 1º de
noviembre de 1871 nos revela que "María de los Ángeles Guerrero, a los
pies de Cristo Crucificado" promete vivir conforme a los consejos
evangélicos: ya que le ha fallado ser monja en el convento, será monja fuera.
Dos años más tarde, Ángela pone en manos del doctor Torres Padilla unas
reflexiones personales en las que se propone, no vivir siguiendo a Jesús con la
cruz de su vida, sino vivir permanentemente clavada en ella junto a Jesús. De
ahora en adelante se llamará Ángela de la Cruz.
Ángela comienza a afirmarse en una idea que
le ha venido con fuerza: "hay que hacerse pobre con los pobres".
En invierno de 1873 Ángela formula votos
perpetuos fuera del claustro, y por el voto de obediencia queda unida al padre
Torres. Pero su mente y su corazón inquietos comienzan a "reinar" en
una idea que continuamente le asalta: formar la "Compañía de la
Cruz". Obstinada en su empeño el 17 de enero de 1875 comienza a trazar su
proyecto, que, como toda obra noble, se verá colmado por el éxito, más ante los
ojos de Dios que ante los ojos de los hombres.
Ángela ha encontrado tres compañeras: Josefa
de la Peña, una terciaria franciscano "pudiente", que ha decidido dar
el paso que su contacto con los pobres le está pidiendo; Juana María Castro y
Juana Magadán, dos jóvenes pobres, sencillas y buenas. Con el dinero de Josefa
Peña alquilan su "convento": un cuartito con derecho a cocina en la
casa número 13 de la calle San Luis, y desde allí organizan su servicio de
asistencia a los necesitados a lo largo del día y de la noche. Poco después se
trasladan al número 8 de la calle Hombre de Piedra, y comienzan a adquirir
notable consistencia en el clima religioso de Sevilla. Estrenan hábito y sus
compañeras comienzan a llamarle "Madre", cuando aún no se ha borrado
de su rostro la primavera de la niñez. Entre duras penitencias y
mortificaciones, fieles a la causa de los pobres, consiguen obtener en 1876 la
admisión y bendición del Cardenal Spinola.
Todo el resto de su vida estaría marcado por
el signo doliente de la Cruz, pero también por la felicidad de quien se siente
"luz en el mundo mostrando una razón para vivir". La Compañía va a
crecer, y con ella el agradecimiento del pueblo sevillano y de todos los
rincones de Andalucía a donde llega el espíritu de Sor Ángela. Como afirma José
María Javierre en su preciosa obra Madre de los pobres: 'Que yo sepa, es el
único caso en el mundo. Existe una ciudad donde pronunciáis el nombre de una
persona y todos los habitantes, todos, sonríen: -Era buena, era una
santa."
La siguen bastantes jóvenes y mayores que
quieren imitar a Sor Ángela y seguir su mismo género de vida. Todos caben en
sus casas. La austeridad será nota distintiva de sus casas. Roma da aprobación
a su Obra.
Fallecimiento
Falleció el 2 de marzo de 1932 como
consecuencia de un accidente cerebrovascular, personas de todas las clases
sociales rindieron homenaje a la hoy Santa que, por privilegio del Gobierno de
la Segunda República Española, fue sepultada en la cripta de la Casa Madre en
Sevilla.
Dos días después el Ayuntamiento republicano
de la ciudad de Sevilla, presidido por el alcalde don José González Fernández
de Labandera, decidió por unanimidad que constase en acta el sentimiento de la
Corporación por la muerte de la religiosa y decidió se rotulase con su nombre
la entonces llamada calle Alcázares, donde estaba y continúa el convento. Esta
decisión tiene gran importancia, si tenemos en cuenta las ideas anticlericales
imperantes en la época.
Canonización
El Papa Juan Pablo II la beatificó el 5 de
noviembre de 1982. El 20 de diciembre de 2002, la Iglesia reconoció
oficialmente su santidad, al aprobar el milagro que le había sido atribuido, la
curación, científicamente inexplicada, de un niño que sufría una obstrucción de
la arteria central de la retina del ojo derecho y recuperó repentinamente la
visión. Fue canonizada por Juan Pablo II el 4 de mayo de 2003 en la madrileña
Plaza de Colón, con el nombre de Santa Ángela de la Cruz.
El 7 de mayo de 2003, el cuerpo incorrupto de
la Santa es trasladado desde la Casa Madre hasta la Catedral de Sevilla, donde
presidió los actos en su honor, por la Canonización. Una gran multitud se
concentró a su paso, adornándose los templos y calles del recorrido para la ocasión.
En 2012, la Compañía de la Cruz tiene más de
cincuenta conventos, 700 hermanas y unas 50 novicias que realizan el noviciado
en Sevilla. Los países donde se encuentra son España, Argentina e Italia. En
España en las comunidades autónomas de Andalucía, Extremadura, Canarias,
Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Castilla La Mancha y Galicia.
Oración a Santa Ángela de la Cruz
Dios
de toda bondad, que iluminaste a Santa Ángela virgen, con la sabiduría de la
cruz, para que reconociese a tu Hijo Jesucristo en los pobres y enfermos
abandonados, y los sirviese como humilde esclava, concédenos la gracia que te
pedimos por su intercesión, en esta novena.
Así
también, inspira en nosotros el deseo de seguir su ejemplo, abrazando cada día
nuestra propia cruz, en unión con Cristo crucificado y sirviendo a nuestros
hermanos con amor.
Te
lo pedimos por el mismo Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro.
Amén.
(Fuente:
hermandades-de-sevilla.org y wikipedia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario