21 - DE
NOVIEMBRE – LUNES –
34 – SEMANA
DEL T. O. – C
Presentación de santa
María Virgen
Lectura del libro del Apocalipsis (14,1-3.4b-5):
YO, Juan, miré y he aquí que el Cordero
estaba de pie sobre el monte Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que
llevaban grabados en la frente su nombre y el nombre de su Padre. Oí también
como una voz del cielo, como voz de muchas aguas y como voz de un trueno
poderoso; y la voz que escuché era como de citaristas que tañían sus citaras.
Estos siguen al Cordero adondequiera que vaya. Estos fueron rescatados como
primicias de los hombres para Dios y el Cordero. En su boca no se halló
mentira: son intachables.
Palabra de Dios
Salmo: 23,1-2.3-4ab.5-6
Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y
todos sus habitantes:
él la fundó
sobre los mares,
él la afianzó
sobre los ríos. R/.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede
estar en el recinto sacro?
El hombre de
manos inocentes y puro corazón,
que no confía
en los ídolos. R/.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará
justicia el Dios de salvación.
Esta es la
generación que busca al Señor,
que busca tu
rostro, Dios de Jacob. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,1-4):
EN aquel tiempo, Jesús, alzando los
ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio
también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo:
«En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos, porque
todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que
pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».
Palabra del Señor
1. El
motivo por el que Jesús elogia a esta pobre viuda no necesita muchas
explicaciones. La fe de esta mujer, manifestada en su desprendimiento, es
ejemplar. Porque cuando la fe llega a tocar el bolsillo, y lo
toca hasta tal extremo que el creyente se quita de la boca lo que da, entonces
no cabe la menor duda de que la fe de esa persona es tan enorme, que está por
encima incluso de la propia subsistencia.
2. Pero
en este breve relato hay algo que hace pensar, y pensar mucho.
Cuando se
trata de los donativos a la religión (representada en el templo), lo que interesa no es la cantidad que se da, sino la generosidad con que se da. Porque
la religión (el templo, la Iglesia...) no es una empresa, cuyo éxito se mide
por las ganancias y la acumulación de capital, sino que es un sacramento, es
decir, un símbolo que debe centrar nuestra atención y nuestras aspiraciones, no
en el interés, sino en el desinterés, o sea, en la generosidad y el
desprendimiento.
3. Los
donativos religiosos de los ricos tienen un peligro, a saber: que mediante
tales donativos pueden tranquilizar sus conciencias. Es decir, pueden pretender
que la caridad con Dios (que no necesita ninguna caridad) borre o tape las
negras manchas de la injusticia con el prójimo (que sí necesita que se le
haga justicia).
Presentación de santa
María Virgen
En este día en que se recuerda la
dedicación, en el año 543, de la iglesia de Santa María la Nueva, construida
cerca del templo de Jerusalén, celebramos, junto con los cristianos de la
Iglesia oriental, la «dedicación» que María hizo de sí misma a Dios, ya desde
su infancia, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su
concepción inmaculada.
Ana y Joaquín, en un acto de fe quisieron darle gracias a Dios por el
nacimiento de esta niña.
Esta fiesta arranca desde el lejano año 543. Fue el tiempo en que se dedicó
una basílica a “La Virgen María la Nueva”.
Se levantó en el mismo monte Sión en la explanada del Templo.
Las Iglesias orientales, muy sensibles ante las fiestas marianas, conmemoran
este día la Entrada de María en el Templo para indicar que, aunque era
purísima, no obstante, cumplía con los ritos antiguos de los judíos para no
llamar la atención.
La liturgia bizantina la trata como "la fuente perpetuamente manante
del amor, el templo espiritual de la santa gloria de Cristo Nuestro
Señor".
En Occidente, se la presenta como el símbolo de la consagración que la
Virgen Inmaculada hizo de sí misma al Señor en los albores de su vida
consciente.
Este episodio de la Virgen María no se encuentra en los cuatro evangelios.
Sí que aparece, por el contrario, en un libro apócrifo, el “Protoevangelio de
Santiago”.
Pero, como siempre, quien manda es el pueblo cristiano. Desde siempre la
espiritualidad y la piedad popular han estado marcadas y han subrayado la
disponibilidad de María la Virgen ante los mandatos e insinuaciones mínimas del
Señor Dios.
Por eso, tanto en Occidente como en Oriente esta fiesta tuvo en seguida un
éxito resonante entre todos los cristianos.
María estaba destinada a ser un templo vivo de la divinidad. Según este
evangelio apócrifo, la escena no puede ser más sencilla:" Ana y Joaquín,
en un acto de fe y de cortesía, quisieron darle gracias a Dios por el
nacimiento de esta niña".
No pensaron una cosa mejor que consagrársela de por vida. Cuando tenía tres
años, la llevaron al Templo, la cogió un sacerdote mediante unas palabras que
recuerdan el Magnificat, el himno del Virgen María en acción de gracias por lo
que el Señor había hecho con ella.
Esta fiesta data del siglo VI.
¡Felicidades a quienes lleven este nombre y las Hermanas de la Presentación!
Fuente: Catholic.net
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