miércoles, 9 de noviembre de 2022

Párate un momento: El Evangelio del dia 10 - DE NOVIEMBRE – JUEVES – 32 – SEMANA DEL T. O. – C San León Magno papa

 

 


10 - DE NOVIEMBRE – JUEVES – 32 – SEMANA DEL T. O. – C

San León Magno papa

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Filemón (7-20):

Me alegró y animó mucho tu caridad, hermano, porque tú has aliviado los sufrimientos de los santos. Por eso, aunque tengo plena libertad en Cristo para mandarte lo que conviene hacer, prefiero rogártelo apelando a tu caridad, yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús. Te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión, que antes era tan inútil para ti, y ahora, en cambio, es tan útil para ti y para mí; te lo envío como algo de mis entrañas. Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en tu lugar, en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo; así me harás este favor, no a la fuerza, sino con libertad. Quizá se apartó de ti para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor: como hermano querido. Si yo lo quiero tanto, cuánto más lo has de querer tú, como hombre y como cristiano. Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí mismo. Si en algo te ha perjudicado y te debe algo, ponlo en mi cuenta; yo, Pablo, te firmo el pagaré de mi puño y letra, para no hablar de que tú me debes tu propia persona. Por Dios, hermano, a ver si me das esta satisfacción en el Señor; alivia mi ansiedad, por amor a Cristo.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 145,7.8-9a.9bc-10

R/. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob

Que mantiene su fidelidad perpetuamente,

que hace justicia a los oprimidos,

que da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos. R/.

El Señor abre los ojos al ciego,

el Señor endereza a los que ya se doblan,

el Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los peregrinos. R/.

Sustenta al huérfano y a la viuda

y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,

tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,20-25):

En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el reino de Dios Jesús les contestó:

«El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros.»

Dijo a sus discípulos:

«Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el Hijo del hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o está allí no os vayáis detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación.»

 

Palabra del Señor

 

1.  A la pregunta de los fariseos, que seguramente pensaban en una manifestación portentosa del Reino de Dios, Jesús responde que el Reino de Dios está dentro de vosotros.

Frente a las ideas de la teología liberal del s. XIX, que presentaba el Reino de Dios como una realidad más allá de la historia ("meta- histórica"), desde A. Ritsch se presta la debida atención a estas palabras de Jesús: el Reino está "en vosotros" (entos ymón). Es decir, el Reino de Dios es una realidad ética, que está ligada a la conducta humana.

 

2.  Por eso Jesús insiste en que el Reino de Dios no es una realidad aparatosa y espectacular. No se ha de buscar en nada de eso, sino en la verdad de la vida honrada y justa de cada uno. Porque, en definitiva, el "Reino de Dios" es "Dios".

Encontrar el Reino (o Reinado) de Dios es encontrar a Dios. 

En la expresión "Reino de Dios", la palabra "Dios" está en genitivo. Se trata de un genitivo explicativo. Es decir, el "reinado de Dios" nos explica dónde está y lo que podemos saber sobre Dios. - ¿Dónde está Dios, por tanto?

Donde se cura el mal y el dolor, donde se imparte felicidad a la gente, donde se contagia bondad.

   “Regnum Dei Deus est” = el reino de Dios es Dios (B. D. Chilton).

Y sabemos, por los evangelios, que el Reino está donde se da paz, alegría y felicidad.

 

3.  Por eso Jesús advierte que antes de la presencia del Reino él tendrá que pasar por el dolor y la humillación de la cruz.

La exigencia ética máxima es el motor de la presencia y la eficacia del Reino en este mundo.

 

San León Magno papa

 


Papa y Doctor de la Iglesia

 

Nació en la Toscana, y en el año 440 fue elevado a la cátedra de Pedro, ejerciendo su cargo como un verdadero pastor y padre de las almas. Trabajó intensamente por la integridad de la fe, defendió con ardor la unidad de la Iglesia, hizo lo posible por evitar o mitigar las incursiones de los bárbaros, obras que le valieron con toda justicia el apelativo de Magno.

Su doctrina clara y profunda nos ha llegado en decenas de homilías que siguen el año litúrgico.

Convocó el Concilio de Calcedonia en 451, donde se definió la doble naturaleza humana y divina de Cristo en una única persona.

Murió en el año 461.

 

Martirologio Romano: Memoria de san León I, papa, doctor de la Iglesia, que, nacido en Etruria, primero fue diácono diligente en la Urbe y después, elevado a la cátedra de Pedro, mereció con todo derecho ser llamado “Magno”, tanto por apacentar a su grey con una exquisita y prudente predicación como por mantener la doctrina ortodoxa sobre la encarnación de Dios, valientemente afirmada por los legados del Concilio Ecuménico de Calcedonia, hasta que descansó en el Señor en Roma, donde en este día tuvo lugar su sepultura en San Pedro del Vaticano (461).

Etimología: León = Aquel hombre audaz, imperioso y valiente, es de origen latino

 

Breve Biografía

 

El Papa León, que nació en Toscana a fines del siglo IV, es recordado en los textos de historia por el prestigio moral y político que demostró ante la amenaza de los Hunos de Atila (a los que logró detener sobre el puente Mincio) y de los Vándalos de Genserico (cuya ferocidad mitigó en el saqueo de Roma del 455). Elevado al solio pontificio en el 440, en sus 21 años de pontificado (murió el 10 de noviembre del 461) llevó a cabo la unidad de toda la Iglesia alrededor de la sede petrina, impidiendo usurpaciones de jurisdicción, arrancando de raíz los abusos de poder, frenando las ambiciones del patriarcado constantinopolitano y del vicariato de Arles.

Desafortunadamente, no existen muchas noticias biográficas de él. Al Papa León no le gustaba hablar mucho de sí en sus escritos. Tenía una idea elevadísima de su función: sabía que encarnaba la dignidad, el poder y la solicitud de Pedro, jefe de los apóstoles. Pero su posición de autoridad y la fama de rigidez y hieratismo no le impedían comunicar el calor humano y el entusiasmo de un hombre de Dios, que se notan por los 96 Sermones y por las 173 cartas que han llegado hasta nosotros. Sobre todo, las homilías nos muestran al Papa, uno de los más grandes de la historia de la Iglesia, paternalmente dedicado al bien espiritual de sus hijos, a los que les habla en lenguaje sencillo, traduciendo su pensamiento en fórmulas sobrias y eficaces para la práctica de la vida cristiana.

Sus cartas, por el estilo culto, demuestran su rica personalidad. De espíritu comprensivo y previsor, se destacó también por su impulso doctrinal, participando activamente en la elaboración dogmática del grave problema teológico tratado en el concilio ecuménico de Calcedonia, pedido por el emperador de Oriente para condenar la herejía del monofisismo.

Su famosa Epístola dogmática ad Flavianum, leída por los delegados romanos que presidían la asamblea, presentó el sentido y también las fórmulas de la definición conciliar, creando así una efectiva unidad y solidaridad con la sede de Roma. León fue el primer Papa que recibió de la posteridad el epíteto de “magno”, grande, no sólo por las cualidades literarias y la firmeza con la que mantuvo en vida al decadente imperio de Occidente, sino por la solidez doctrinal que demuestra en sus cartas, en sus sermones y en las oraciones litúrgicas de la época en donde se ven evidentes su sobriedad y precisión características.

Murió el año 461.

Fuente: Un santo para cada día Ediciones San Pablo

 

 

 

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