24 - DE
NOVIEMBRE – JUEVES –
34 – SEMANA DEL T. O. – C
Santos Andrés Dung Lac y compañeros
Lectura del libro del Apocalipsis (18,1-2.21-23;19,1-3. 9a):
YO, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo
con gran autoridad, y la tierra se deslumbró con su resplandor. Y gritó con
fuerte voz:
«Cayó, cayó la gran Babilonia. Y se ha convertido en morada de demonios, en
guarida de todo espíritu inmundo, en guarida de todo pájaro inmundo y
abominable.
Un ángel vigoroso levantó una piedra grande como una rueda de molino y la
precipitó al mar diciendo:
«Así, con este ímpetu será precipitada Babilonia, la gran ciudad, y no
quedará rastro de ella. No se escuchará más en ti la voz de citaristas ni
músicos, de flautas y trompetas. No habrá más en ti artífices de ningún arte; y
ya no se escuchará en ti el ruido del molino; ni brillará más en ti luz de
lámpara; ni se escuchará más en ti la voz del novio y de la novia, porque tus
mercaderes eran los magnates de la tierra y con tus brujerías embaucaste a
todas las naciones».
Después de esto oí en el cielo como el vocerío de una gran muchedumbre, que
decía:
«Aleluya La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus
juicios son verdaderos y justos. Él ha condenado a la gran prostituta que
corrompía la tierra con sus fornicaciones, y ha vengado en ella la sangre de
sus siervos».
Y por segunda vez dijeron:
«¡Aleluya!».
Y el humo de su incendio sube por los siglos de los siglos.
Y me dijo:
«Escribe: “Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del
Cordero”».
Palabra de Dios
Salmo: 99,2.3.4.5
R/. Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.
Entrad por sus
puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R/.
El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,20-28):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está
cerca su destrucción.
Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en
medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren
en ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que
está escrito.
¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!
Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este
pueblo.
“Caerán a filo de espada”, los llevarán cautivos “a todas las naciones”, y
“Jerusalén será pisoteada por gentiles”, hasta que alcancen su plenitud los
tiempos de los gentiles.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia
de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo
los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo,
pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y
gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca
vuestra liberación».
Palabra del Señor
1.- Es
muy dudoso que Jesús pronunciará las frases tan duras, que
contiene este texto, sobre la destrucción de Jerusalén (Lc 21, 20-24), el
castigo del pueblo y la dispersión de Israel por todas las naciones.
La redacción
de este discurso salió de la mano de Lucas (J. A. Fitzmyer) que
sin duda expresaba las ideas y sentimientos de la
comunidad cristiana para la que escribió su evangelio.
Este texto
puede dejar la impresión de que los sentimientos, que en él se expresan, dejan
traslucir resentimientos antisemíticos, que ningún bien hicieron a la unión y
concordia entre creyentes.
En todo caso,
es conveniente saber que la ruptura entre judíos y cristianos no parece que se
consumara hasta el siglo IV (Daniel Boyarin).
2. En
los vv. 25-28, Lucas presenta la profecía de Jesús sobre los acontecimientos
que precederán a la venida del Hijo del Hombre.
- ¿Esperaba
Jesús una venida inminente y así lo pensó la Iglesia primitiva?
- ¿Se trata,
más bien, de un proceso histórico que se irá desarrollando, como proceso de
creciente liberación, a lo largo de los tiempos?
Estas
preguntas no han encontrado aún una respuesta clara y definitiva. Ni
seguramente será posible encontrarla. En todo caso, es claro que estamos
viendo y viviendo guerras, calamidades y situaciones que nos causan miedo y
ansiedad.
Pues bien,
Jesús dice: cuando empiecen a suceder estas cosas, alzad la cabeza, se acerca
vuestra liberación.
Lo que Jesús
refiere no es una amenaza. Es una promesa de esperanza.
3. La
"liberación", de la que habla este evangelio, es la liberación
definitiva y que se alcanza mediante la "liberación histórica" de
tantas opresiones que sufrimos en este mundo. Es la liberación de los oprimidos
por los poderes opresores. La liberación que es eje y nervio central de la fe
en Jesús el Señor.
Santos Andrés Dung Lac y compañeros
Mártires vietnamitas del siglo XVI
canonizados por Juan Pablo II. El anuncio del evangelio en las regiones del
Vietnam fue recibido con alegría por mucha gente. Esta aceptación fue probada
pronto con la persecución y muchos fueron los mártires en los siglos
siguientes. El grupo que celebramos hoy está compuesto por noventa y seis
vietnamitas, once misioneros dominicos españoles y diez franceses.
Vida de Santos Andrés Dung Lac y compañeros
Memoria de santos Andrés Dung Lac,
presbítero, y de sus compañeros, mártires. En una común celebración se venera a
los ciento diecisiete mártires de las regiones asiáticas de Tonquín, Annam y de
la Cochinchina. Ocho de ellos eran obispos, otros muchos presbíteros, amén de
ingente número de fieles de ambos sexos y de toda condición y edad, todos los
cuales prefirieron el destierro, las cárceles, los tormentos y finalmente los
extremos suplicios, antes que pisotear la cruz y desviarse de la fe cristiana
(1839).
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