8 - DE NOVIEMBRE
– MARTES –
32 – SEMANA
DEL T. O. – C
Beato Juan Duns Escoto
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito (2,1-8.11-14):
Habla de lo que es conforme a la sana
doctrina. Di a los ancianos que sean sobrios, serios y prudentes; que estén
robustos en la fe, en el amor y en la paciencia. A las ancianas, lo mismo: que
sean decentes en el porte, que no sean chismosas ni se envicien con el vino,
sino maestras en lo bueno, de modo que inspiren buenas ideas a las jóvenes,
enseñándoles a amar a los maridos y a sus hijos, a ser moderadas y púdicas, a
cuidar de la casa, a ser bondadosas y sumisas a los maridos, para que no se
desacredite la palabra de Dios. A los jóvenes, exhórtalos también a ser
prudentes, presentándote en todo como un modelo de buena conducta. En la
enseñanza sé íntegro y grave, con un hablar sensato e intachable, para que la
parte contraria se abochorne, no pudiendo criticarnos en nada. Porque ha
aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres,
enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya
desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que
esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.
Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y para prepararse un
pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.
Palabra de Dios
Salmo: 36,3-4.18.23.27.29
R/. El Señor es quien salva a los justos
Confía en el Señor y haz el bien,
habita tu
tierra y practica la lealtad;
sea el Señor
tu delicia,
y él te dará
lo que pide tu corazón. R/.
El Señor vela por los días de los buenos,
y su herencia
durará siempre.
El Señor
asegura los pasos del hombre,
se complace
en sus caminos. R/.
Apártate del mal y haz el bien,
y siempre
tendrás una casa;
pero los
justos poseen la tierra,
la habitarán
por siempre jamás. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,7-10):
En aquel tiempo, dijo el Señor:
«Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando
vuelve del campo, - ¿Quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a
la mesa"? - ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme
mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? - ¿Tenéis que estar
agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado?
Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos
unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."»
Palabra del Señor
1. Siempre
que en este texto aparecen los términos "siervo" o "criado"
hay que traducir esas palabras por "esclavo" (doulos). En tiempo de
Jesús, existía en Palestina la esclavitud. Había mercados de esclavos. Los
esclavos paganos eran más caros porque su situación de esclavitud era perpetua,
mientras los esclavos judíos solo se compraban para un tiempo limitado de seis
años (Jeremias; Str. -Billerbeck).
Lo que a
nosotros nos interesa, en este comentario es caer en la
cuenta de que, por más que la esclavitud se prohibiera en XIX, sigue habiendo
esclavos. Y esclavos que se compran y se venden. Pensar en los niños, las
mujeres, los ciudadanos de países pobres que tienen más salida en la vida que
vender su tiempo, su trabajo, su liberta, su cuerpo, todo eso o algo de eso,
para seguir malviviendo. Así es, aunque dé miedo pensar que esto se está
haciendo en miles y miles de seres humanos, para disfrute y ganancia de los
ricos.
Nuestro mundo
es más cruel que mundo antiguo.
2. Por lo que cuenta este relato, el esclavo no tenía ni
derechos, ni tiempo limitado de servicio. Estaba a disposición del amo todo el
día, toda la noche y para todo lo que se le pidiera hacer. Y además no podía
protestar, ni exigir nada. Lo más duro en la vida es perder la
libertad. Quizá más costoso que perder la salud.
3. Así
las cosas, el principio ético que debe regir la conducta del cristiano tiene
que ser, no solo la lucha contra las injusticias, sino sobre todo la bondad. Y
la libertad para denunciar lo que sabemos que es injusto y cause tantos
sufrimientos. Y esto, ante Dios y ante los demás. Es la postura utópica entera
disponibilidad, sin quejas ni exigencias. A no ser las quejas y exigencias que
debemos mostrar ante los causantes de tanto dolor.
Una ética y
una espiritualidad así producen una hondura de humanidad inexplicable.
Beato Juan Duns Escoto
En Colonia, de la Lotaringia, en
Germania, beato Juan Duns Escoto, presbítero de la Orden de los Hermanos
Menores, el cual, oriundo de Escocia, enseñó las disciplinas filosóficas y
teológicas en Cantorbery, Oxford, París y, finalmente, en Colonia, como maestro
preclaro de sutil ingenio y fervor admirable. Se le llama doctor sutil y
mariano.
Nació en Escocia, en el actual Reino Unido.
Falleció 8 de noviembre de 1308 en Colonia, en el actual Alemania
Beatificado el 20 de marzo de 1993 por Juan Pablo II.
Celebración 8 de noviembre
Religioso de la Orden de Frailes Menores.
Vida de Beato Juan Duns Escoto
Juan Pablo II aprobó su culto el 20 de marzo
de 1993.
Juan Escoto nació en Duns, en Escocia, hacia
1265, entró en la Orden de los Hermanos Menores hacia 1280 y fue ordenado
sacerdote el 17 de abril de 1291. Completó los estudios entre 1291 y 1296 en
París.
Luego enseñó en Cambridge, Oxford y París,
como bachiller, comentaba las “Sentencias” de Pedro Lombardo.
Tuvo que abandonar la universidad, por no
haber querido firmar una apelación al Concilio contra Bonifacio VIII, promovida
por Felipe el Hermoso, rey de Francia.
Regresó allí el año siguiente para obtener el
doctorado, con una carta de presentación del Ministro general de la Orden,
Padre Gonzalo Hispánico, que había sido su maestro, en la cual lo recomendaba
como plenamente docto “sea por la larga experiencia, sea por la fama que se
había extendido por todas partes, de su vida laudable, de su ciencia excelente
y del ingenio sutilísimo” del candidato.
A fines de 1307 Juan Duns Escoto estaba
en Colonia, donde enseñó. Quizás no hay doctor medieval más sobresaliente que
este franciscano escocés, que estudió en Oxford, enseñó en París, fue expulsado
por Felipe el Hermoso porque no quiso firmar la apelación antipapal y murió en
Colonia, a la edad en que los otros filósofos comienzan a producir, como si la
llama del pensamiento le hubiese quemado la juventud.
El título de “Doctor Sutil” que le dieron,
dice toda su sublimidad. Sus teorías sobre la Virgen y sobre la encarnación
obtienen después de siglos la confirmación en el dogma de la Inmaculada
Concepción y en el culto a la realeza de Cristo.
Elabora el misticismo pensante de San
Buenaventura. Escoto es un metafísico y un teólogo.
Empleó su agudeza de ingenio en la
sistematización de los grandes amores de San Francisco: Jesucristo y la Virgen
Santísima. La posteridad también lo ha llamado “Doctor del Verbo Encarnado” y
“Doctor Mariano”.
Tuvo numerosos discípulos y muy pronto llegó a
ser y siguió siendo el jefe de la escuela franciscana, que se inició con el
Beato Alejandro de Hales, se desarrolló con San Buenaventura, doctor Seráfico
de la Iglesia, y llegó a su culminación en el Beato Juan Duns Escoto.
Su doctrina está en perfecta armonía con su
espiritualidad.
Después de Jesús, la Virgen Santísima ocupó
el primer puesto en su vida. Duns Escoto es el teólogo por excelencia de la
Inmaculada Concepción.
El estudio de los privilegios de María ocupó
un puesto importantísimo en su vida. En una disputa pública, permaneció
silencioso hasta que unos 200 teólogos expusieron y probaron sus sentencias de
que Dios no había querido libre de pecado original a la Madre de su Hijo.
Por último, después de todos, se levantó Juan
Duns Escoto, tomó la palabra, y refutó uno por uno todos los argumentos
aducidos contra el privilegio mariano; y demostró con la Sagrada Escritura, con
los escritos de los Santos Padres y con agudísima dialéctica, que un tal
privilegio era conforme con la fe y que por lo mismo se debía atribuir a la
gran Madre de Dios. Fue el triunfo más clamoroso en la célebre Sorbona,
sintetizado en el célebre axioma: “Potuit, decuit, ergo fecit (Podía, convenía,
luego lo hizo)”.
En Colonia, donde enseñaba, murió el 8 de
noviembre de 1308.
Fuente: http://es.catholic.net/santoral
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