jueves, 10 de noviembre de 2022

Párate un momento: El Evangelio del dia 12 - DE NOVIEMBRE – SÁBADO – 32 – SEMANA DEL T. O. – C San Josafat Kuncewicz

 


 

12 - DE NOVIEMBRE – SÁBADO –

 32 – SEMANA DEL T. O. – C

San Josafat Kuncewicz

 

Lectura de la tercera carta del apóstol san Juan (5-8):

Querido amigo Gayo, te portas con plena lealtad en todo lo que haces por los hermanos, y eso que para ti son extraños. Ellos han hablado de tu caridad ante la comunidad de aquí. Por favor, provéelos para el viaje como Dios se merece; ellos se pusieron en camino para trabajar por él sin aceptar nada de los gentiles. Por eso debemos nosotros sostener a hombres como éstos, cooperando así en la propagación de la verdad.

 

Palabra de Dios

 

Salmo:111,1-2.3-4.5-6

R/. Dichoso quien teme al Señor

Dichoso quien teme al Señor

y ama de corazón sus mandatos.

Su linaje será poderoso en la tierra,

la descendencia del justo será bendita. R/.

En su casa habrá riquezas y abundancia,

su caridad es constante, sin falta.

En las tinieblas brilla como una luz

el que es justo, clemente y compasivo. R/.

Dichoso el que se apiada y presta,

y administra rectamente sus asuntos.

El justo jamás vacilará,

su recuerdo será perpetuo. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (18,1-8):

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:

«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle:

"Hazme justicia frente a mi adversario."

Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:

"Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara."»

Y el Señor añadió:

«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»

 

Palabra del Señor

 

1. Jesús insiste en que los discípulos han de orar. Y han de orar siempre, sin cansarse jamás. Con esto, Jesús destaca la importancia de la oración en la vida. Porque todos en la vida, de una manera o de otra, por un motivo o por otro, nos vemos en la situación de la viuda que reclama justicia. Lo que ocurre es que, con demasiada frecuencia, no tenemos esa experiencia de seres necesitados, indigentes. Nuestra autosuficiencia nos incapacita para la oración. Porque ni sentimos lo necesaria que es.

 

2. Si "orar" es "desear", - ¿por qué será que no nos damos cuenta de lo que tendríamos que desear intensamente, constantemente, como la viuda que tanto le insistió al juez injusto?

El problema que tenemos es que la sociedad en que vivimos nos proporciona una serie de satisfacciones inmediatas, que tienen la particularidad de que nos producen la impresión de que no hay que pedirle más a la vida. Y así, seguimos de capricho en capricho, sin caer en la cuenta de que tenemos que clamar para que nos hagan justicia, nos faciliten una forma de vida y de convivencia, que nos haga poder tener lo que de verdad nos hará felices y nos dará la esperanza que necesitamos para que nuestra vida tenga sentido.

 

3. En definitiva, el problema es asunto de fe: la convicción de que nosotros no nos bastamos a nosotros mismos, es decir, la convicción de que más allá de los límites de la vida, hay una realidad última que es la que nos humaniza y da sentido a nuestras vidas.

 

San Josafat Kuncewicz


Su nombre de bautismo fue Juan Kunsevich. Nació en Vladimir de Volhinia (actual Polonia) hacia el 1581. En 1601 ingresó en el monasterio de la Santísima Trinidad de Vilna y 13 años después fue nombrado abad de Vilna. Católico en tierra de cisma, intenta descubrir a su pueblo la fe de la Iglesia universal. Cuando es nombrado, contra su querer, por el Papa Paulo V, Arzobispo de Polotsk, se hace inconmensurable su celo y caridad en una archidiócesis infestada por el cisma.

Su actividad, su fuerza moral y su vida interior suscita envidias y celos porque la Rusia blanca, rejuvenecida, se está pasando al lado de Roma.

En 1623, un tumulto invade su domicilio y es asesinado y arrojado su cuerpo al río. El arzobispo rival de Josafat, Melecio, una vez convertido, hará profesión de fe católica en Roma el 26 de Febrero del año 1627 ante el papa.

 

Vida de San Josafat Kuncewicz

El Cisma de Oriente fue en Julio del 1054. Rusia y las regiones a ella sometidas fueron adhiriéndose al cisma en el decurso del siglo XV. La unión de los rutenos con Roma tuvo lugar a fines del siglo XVI (1595-1596), justo cuando Juan —que así se llamaba el santo— tenía unos 15 años. Había nacido en Vlodimir (Volinia) el año 1580, en el seno de una familia noble. Se bautizó en la Iglesia bizantina separada de Roma.

Pasa a Vilna a formarse y, como es aficionado a la lectura y toma sus preferencias por los temas religiosos, conoció la verdad católica y se adhirió a ella, aunque en Vilna, eran aún pocos los unidos a Roma. Desde este descubrimiento van aumentando en él los deseos de que su pueblo abrace la unión con Roma, heredera de la fe y autoridad de Pedro sobre la que Cristo fundó su Iglesia.

Decide entrar en el monasterio de San Basilio. Ahora ha cambiado el nombre, mantiene la "J" de Juan y se llama Josafat. Desea de modo vehemente la unión de los disidentes con Roma y quiere dedicar todos sus esfuerzos a esta tarea. Vive con mortificación intensa y mucha oración.

Se ordena sacerdote. Por su celo, unos le llaman "el azote de los herejes" y otros "el raptor de almas". Los disidentes fanáticos urden tramas contra él; alguna vez la abofetean. Ejerce el ministerio en varias poblaciones: Zyrowiecz, Byten y Pinsk. Reanima las casas de la Orden y queda sólidamente restablecidos los monasterios de monjas y monjes basilianos.

Nombrado archimandrita de la Santísima Trinidad, de Vilna, en 1614. Por las pocas vocaciones, hace de todo: gobierno del monasterio, predicador, confesor, administrador, cantor y visitador de religiosas. Entre los jóvenes busca vocaciones para la vida monástica. Da impulso unionista en su monasterio renovado.

Cuando es nombrado, contra su querer, por el Papa Paulo V, Arzobispo de Polotsk, se hace inconmensurable su celo y caridad en una archidiócesis infestada por el cisma. En vez de acobardarse ante las dificultades, se crece: arrecia en penitencia y oración. El ejemplo de su austeridad conmueve; la primera autoridad eclesiástica vive de tal modo que, en determinada ocasión, tiene que empeñar su manto episcopal para aliviar a una viuda necesitada. Entregado a su ministerio pastoral, rehuye inmiscuirse en política, restaura la catedral, edifica iglesias, erige monasterios, escribe ilustrando el Primado de Pedro y defiende el patrimonio de la Iglesia. Su actividad, su fuerza moral y su vida interior suscita envidias y celos porque la Rusia blanca, rejuvenecida, se está pasando al lado de Roma.

Hasta tal punto llama la atención lo que está sucediendo en torno a Josafat que el Patriarca disidente de Jerusalén, Teófanes, viaja de incógnito y consagra obispos cismáticos en secreto para situarlos en sedes rutenas unidas ya a Roma con el fin de contrarrestar la actividad exitosa de Josafat. En Polotsk se sitúa a Melecio Smotricio que recibe el encargo de entorpecer, disminuir y eliminar si fuera posible la eficiencia unionista de Josafat. Aumentan las calumnias y las intrigas. Las armas que utiliza el arzobispo en la presente guerra a muerte entre disidentes y unionistas son la oración, la humildad sincera, la caridad exquisita y las frecuentes visitas pastorales para animar a los fieles y alentar a los pusilánimes. En una de ellas encontrará la muerte. En la que hace a Vitebsk. Aquí se urde una trama para asesinarlo en su propio domicilio. Un tumulto de mujerzuelas y populacho enloquecido invade su domicilio donde es lastimosamente ultrajado, vapuleado y tratado a hachazos; los promotores del alboroto han sido un presbítero llamado Elías con la complicidad de clérigos cismáticos. Sacado a rastras a la calle le rematan con dos disparos de lombarda en la cabeza. Su cuerpo fue arrojado al río Duna atadas sendas piedras a los pies y a la cabeza. Al cabo de cinco días son rescatados sus restos del agua, trasladados a la catedral de Vitebsk y poco después a la sede arzobispal de Polotsk. El arzobispo rival de Josafat, Melecio, una vez convertido, hará profesión de fe católica en Roma el 26 de Febrero del año 1627 ante el papa.

La persecución contra la Iglesia Católica y contra Roma en las regiones de Rusia y Rusia blanca, no es sólo cosa de los siglos XIX y XX. La fe de los rutenos y ucranianos, dentro y fuera del país, son el puntal más fuerte de la Iglesia católica oriental unida a Roma y la esperanza del retorno a la unión.

Fuente: http://www.archimadrid.es/princi/princip/otros/santoral/santora

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario