miércoles, 9 de noviembre de 2022

Páraate un momento: El Evangelio del dia 11 - DE NOVIEMBRE – VIERNES – 32 – SEMANA DEL T. O. – C SAN MARTIN DE TOUR

 


 

11 - DE NOVIEMBRE – VIERNES –

32 – SEMANA DEL T. O. – C

SAN  MARTIN  DE  TOUR

 

Lectura de la segunda carta del apóstol san Juan (4-9):

Señora elegida:

Me alegré mucho al enterarme de que tus hijos caminan en la verdad, según el mandamiento que el Padre nos dio. Ahora tengo algo que pedirte, señora. No pienses que escribo para mandar algo nuevo, sino sólo para recordaros el mandamiento que tenemos desde el principio, amarnos unos a otros. Y amar significa seguir los mandamientos de Dios. Como oísteis desde el principio, éste es el mandamiento que debe regir vuestra conducta.

Es que han salido en el mundo muchos embusteros, que no reconocen que Jesucristo vino en la carne. El que diga eso es el embustero y el anticristo. Estad en guardia, para que recibáis el pleno salario y no perdáis vuestro trabajo. Todo el que se propasa y no permanece en la doctrina de Cristo no posee a Dios; quien permanece en la doctrina posee al Padre y al Hijo.

 

Palabra de Dios

 

Salmo:118,1.2.10.11.17.18

R/. Dichoso el que camina en la ley del Señor

Dichoso el que, con vida intachable,

camina en la voluntad del Señor. R/.

Dichoso el que, guardando sus preceptos,

lo busca de todo corazón. R/.

Te busco de todo corazón,

no consientas que me desvíe de tus mandamientos. R/.

En mi corazón escondo tus consignas,

así no pecaré contra ti. R/.

Haz bien a tu siervo: viviré

y cumpliré tus palabras. R/.

Ábreme los ojos, y contemplaré

las maravillas de tu voluntad. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,26-37):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían y se casaban, hasta el día que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos. Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos. Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre. Aquel día, si uno está en la azotea y tiene sus cosas en casa, que no baje por ellas; si uno está en el campo, que no vuelva. Acordaos de la mujer de Lot. El que pretenda guardarse su vida la perderá; y el que la pierda la recobrará.

Os digo esto: aquella noche estarán dos en una cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán.»

Ellos le preguntaron:

«¿Dónde, Señor?»

Él contestó:

«Donde se reúnen los buitres, allí está el cuerpo.»

 

Palabra del Señor

 

1.  Se ha dicho con razón que no podemos afirmar con seguridad que Jesús pronunció estas palabras, camino de Jerusalén. De forma que esta instrucción sobre "los días del Hijo del Hombre", con su sombría tonalidad escatológica (lo que se refiere al fin de los tiempos), es una añadidura del propio Lucas ante el evidente retraso de la venida del Señor, venida que la comunidad cristiana esperaba, pero que no llegaba (J. A. Fitzmyer).

 

2.  Con frecuencia las religiones orientan sus discursos en la dirección de amenazas tremendistas que no pueden tener otra finalidad que atemorizar a los fieles. El contenido de este discurso, que Lucas puso en labios de Jesús, tiene claramente esta orientación. A eso sin duda se refieren los recuerdos tenebrosos de Noé y el diluvio, de Lot y el fuego que arrasó Sodoma, el recuerdo de la mujer de Lot convertida en estatua de sal, etc. Por desgracia y desde muy pronto, el cristianismo tomó el camino de la sombría temática de "el pecado y el miedo", que tan profundamente ha marcado la cultura de Occidente (J. Delumeau).

 

3.  El Padre del Cielo, que se nos reveló en Jesús, no coincide con este Dios del terror. Todo este pasaje nos viene a decir, en definitiva, que, a juicio del redactor de este evangelio (Lucas), "no habrá gloria sin crucifixión, no habrá futuro sin pasado, ni gloria sin humildad" (F. Bovon).

 

SAN  MARTIN  DE  TOUR



 Nació en Panonia, hacia el año 316, de padres paganos. Habiendo recibido el bautismo y renunciado a la milicia, fundó un monasterio en Ligugé (Francia), donde practicó la vida monástica bajo la dirección de san Hilario.

Más tarde, fue ordenado sacerdote y elegido obispo de Tours. Fue un modelo de buen pastor y fundó otros monasterios, trabajó en la formación del clero y evangelizó a los pobres.

Murió en el año 397.

 

San Martín nació en Panonia, Hungría, el 316. Sus padres eran paganos. Estudia en Pavía, donde conoce el Cristianismo. Su padre, que era tribuno militar, para desviarle del cristianismo, le obliga a ingresar en el ejército. Martín concilia sus deberes militares con sus aspiraciones cristianas. Vida ejemplar de monje y soldado: valentía y vida santa y caritativa.

Siendo militar sucedió el hecho tan tratado en la iconografía. Era invierno, y al entrar en Amiens, encuentra un mendigo casi helado, sin ropa. Divide su clámide en dos partes y entrega una al pobre. Cristo se le aparece vestido con la media capa: "Martín, catecúmeno, me ha cubierto con este vestido".

Pronto recibe el bautismo. Deja la milicia para seguir a Cristo. San Hilario de Poitiers quiere ordenarle de diácono. Él se queda de exorcista. Vuelve a su patria, convierte a su madre. De nuevo en Poitiers, funda Ligugé, auténtico monasterio misional. Allí pasa once años, feliz en su ambiente. Preguntado más adelante por qué profesiones había ejercido respondía: "fui soldado por obligación y por deber, y monje por inclinación y para salvar mi alma". Por eso hay quien resume la vida de Martín así: "soldado por fuera, obispo a la fuerza, monje por gusto".

Sulpicio Severo escribió Cartas y Diálogos y sobre todo la Vida de San Martin. Pocos libros habrán sido más leídos que éste, que ha servido de fuente para llevar por todas partes a través de cantares y poemas, representaciones teatrales, la pintura y la escultura la imagen de este Santo "el más popular y conocido de toda Europa".

Un historiador ha contado en Francia 3.667 parroquias dedicadas a él y 487 pueblos que llevan su nombre. Un buen número hay también en Alemania, Italia y España. Es simpático el párrafo en que Don Quijote enseña a Sancho la imagen de San Martín y le explica el caso de la capa.

Martín vivía feliz en Ligugé. Pero Tours se había quedado sin obispo. Un día del año 371, fue invitado a Tours con el pretexto de que lo necesitaba un enfermo grave, pero era que el pueblo quería elegirlo obispo. Apenas estuvo en la catedral toda la multitud lo aclamó como obispo de Tours, y por más que él se declarara indigno de recibir ese cargo, lo obligaron a aceptar. Establece cerca, para su humilde residencia, el monasterio de Marmoutiers, centro misionero de donde saldrán San Patricio y San Paulino de Nola. Desde allí parte para sus agotadoras correrías apostólicas, durante 35 años, por toda la Galia. Nada le retiene. Acusa a emperadores, reprime a los herejes, defiende a los débiles y a los condenados a muerte, realiza innumerables milagros, y entre ellos se le atribuye la resurrección de varios muertos. Su fama es indescriptible. Es llamado "el apóstol de las Galias" nadie hizo tanto como él por Francia católica y San Gregorio de Tours le invoca como "Patrón especial del mundo entero".

Tan intensos viajes apostólicos, tanta obra de caridad, hasta vaciarse totalmente, agotaron sus fuerzas físicas. Se veía morir. Sus discípulos le piden que no les deje huérfanos. Martín contestó: "Señor, si aún soy necesario, no rehúso el trabajo. Sólo quiero tu voluntad". La liturgia comenta: "¡Oh feliz varón, que ni temió morir, ni recusó la vida”!

Los discípulos querían colocarle más cómodo. "Dejadme así, les dijo, mirando al cielo, para dirigir mi alma en dirección hacia Dios". El demonio no dejaba de importunarle. "¿Qué haces ahí, gritó Martín, bestia sanguinaria? No hay nada en mí que te pertenezca, maldito. El seno de Abrahán me espera". Y entregó su alma a Dios. Era el 8 de noviembre del año 397.

Martín fue un asceta, un apóstol, un hombre de oración, muy influyente en toda la espiritualidad medieval. Su faceta principal, la caridad. El gesto de Amiens, dar media capa, fue superado, cuando siendo obispo, entregó su túnica entera a un mendigo gesto menos conocido. Sus mismos milagros, como los de Cristo, fueron milagros de caridad. Pasó haciendo el bien.

 

 

 

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