jueves, 24 de noviembre de 2022

Párate un momento: El Evangelio del dia 26 - DE NOVIEMBRE – SÁBADO – 34 – SEMANA DEL T. O. – C Beato Santiago Alberione

 

 


26 - DE NOVIEMBRE – SÁBADO –

 34 – SEMANA DEL T. O. – C

Beato Santiago Alberione

1874- 1971

 

Lectura del libro del Apocalipsis (22,1-7):

El ángel del Señor me mostró a mí, Juan, un río de agua de vida, reluciente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero. En medio de su plaza, a un lado y otro del río, hay un árbol de vida que da doce frutos, uno cada mes. Y las hojas del árbol sirven para la curación de las naciones. Y no habrá maldición alguna. Y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le darán culto. Y verán su rostro, y su nombre está sobre sus frentes. Y ya no habrá más noche, y no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz de sol, porque el Señor Dios los iluminará y reinarán por los siglos de los siglos.

Y me dijo:

«Estas son palabras fieles y veraces; el Señor, Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos lo que tiene que suceder pronto. Mira, yo vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras proféticas de este libro».

 

Palabra del Señor

 

Salmo: 94

R/. Maranatá. ¡Ven, Señor Jesús!

Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos. R/.

Porque el Señor es un Dios grande,

soberano de todos los dioses:

tiene en su mano las simas de la tierra,

son suyas las cumbres de los montes;

suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos. R/.

Entrad, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,34-36):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.

Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».

 

Palabra del Señor

 

1.  Lo último que Jesús les dice a sus discípulos y a quienes creen en lo que él dijo, es que cuiden, con vigilancia y oración, para que no se les "embote la mente". Propiamente, lo que dice Jesús es que no dejen que se les opriman o se les sobrecarguen (barethósin, de baréo, "abrumar", "oprimir") los corazones (kardíai).

Todos, en efecto, tenemos el peligro de pasar por situaciones o, lo que es peor, orientar nuestra vida de forma que el corazón se embote. Y cuando el corazón se embota, con ello la mente se incapacita para ver lo que realmente nos ocurre. Nada influye tanto en la mente como los afectos y sentimientos que ocupan y cargan el corazón. 

Cada ser humano es lo que son sus afectos. La afectividad es la fuerza interior que dirige nuestras vidas.

 

2.  Pero Jesús dice más. Lo que embota el corazón y la mente es la postura, la opción fundamental, del que solo piensa en sí, en su propio bienestar y disfrute de la vida, de los placeres y del dinero que los puede costear. De sobra sabemos que eso nos incapacita para vernos por dentro, y para ver lo que realmente nos conviene. De eso es de lo que Jesús nos previene. Porque un individuo que va así por la vida es un peligro para sí mismo y para todo el que se roce con él.

 

3.  Si Jesús dice esto, no es para amargarnos la vida. Ni para reprimir lo que nos hace felices. El problema está en distinguir con cuidado que una cosa es la diversión y otra cosa es la fiesta.

En la fiesta compartimos la felicidad. En la diversión alimentamos el burdo egoísmo del que solo piensa en sí. Y eso es lo que embota el corazón y la mente, y lo que nos impide ver lo que realmente ocurre en la vida, en el mundo, en la sociedad y en la Iglesia.

De ahí, la importancia que tienen estas palabras de Jesús al cerrar el año litúrgico.

 

Beato Santiago Alberione

1874- 1971


En Roma, beato Jacobo Alberione, presbítero, que, solícito por la evangelización, se dedicó enteramente a poner al servicio de la sociedad humana los instrumentos de comunicación social para promover la verdad de Cristo, fundando, además, la Congregación de la Pía Sociedad de San Pablo Apóstol.

 

    BIOGRAFIA

 

Santiago Alberione nació en San Lorenzo di Fossano (Cuneo, Piamonte) el 4 de abril de 1884, quinto hijo de Miquel y Teresa Allocco.

En octubre de 1900 entró en el seminario diocesano de Alba y el 29 de junio de 1907 fue ordenado sacerdote.

El 20 de agosto de 1914, en Alba inició la Sociedad San Pablo para la evangelización con los instrumentos de comunicación social, seguida por las otras fundaciones que forman la Familia Paulina: Hijas de San Pablo, Pías Discípulas de Divino Maestro, Hermanas de Jesús Buen Pastor, Instituto Reina de los Apóstoles para las vocaciones (Hermanas Apostolinas); los Institutos agregados: San Gabriel Arcángel, María de la Anunciación, Santa Familia y Jesús Sacerdote; los Cooperadores Paulinos.

Varias veces dio la vuelta al mundo para reunirse con sus hijos e hijas esparcidos por el mundo en todos los continentes de la tierra y estimularlos a una vida cada vez más contemplativa y apostólica.

El secreto de su inmensa actividad apostólica está en su vida interior impulsada en un crecimiento continuo a realizar las palabras del Apóstol Pablo: “Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20).

El 26 de noviembre de 1971, a la edad de 87 años, confortado por la visita y por la bendición del Papa Paulo VI, dejó la tierra para volver a la Casa del Padre.

Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en Roma el 27 de abril de 2003.

 

https://www.paoline.org

 

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