26 - DE
NOVIEMBRE – SÁBADO –
34 – SEMANA DEL T. O. – C
Beato Santiago Alberione
1874- 1971
Lectura del libro del Apocalipsis (22,1-7):
El ángel del Señor me mostró a mí, Juan,
un río de agua de vida, reluciente como el cristal, que brotaba del trono de
Dios y del Cordero. En medio de su plaza, a un lado y otro del río, hay un
árbol de vida que da doce frutos, uno cada mes. Y las hojas del árbol sirven
para la curación de las naciones. Y no habrá maldición alguna. Y el trono de
Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le darán culto. Y verán su
rostro, y su nombre está sobre sus frentes. Y ya no habrá más noche, y no
tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz de sol, porque el Señor Dios los
iluminará y reinarán por los siglos de los siglos.
Y me dijo:
«Estas son palabras fieles y veraces; el Señor, Dios de los espíritus de
los profetas, ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos lo que tiene que
suceder pronto. Mira, yo vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las
palabras proféticas de este libro».
Palabra del Señor
Salmo: 94
R/. Maranatá. ¡Ven, Señor Jesús!
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores
a la Roca que nos salva;
entremos a su
presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos. R/.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de
todos los dioses:
tiene en su
mano las simas de la tierra,
son suyas las
cumbres de los montes;
suyo es el
mar, porque él lo hizo,
la tierra
firme que modelaron sus manos. R/.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros su
pueblo,
el rebaño que
él guía. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,34-36):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con
juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de
repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la
tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo
lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».
Palabra del Señor
1. Lo
último que Jesús les dice a sus discípulos y a quienes creen en lo que él dijo,
es que cuiden, con vigilancia y oración, para que no se les "embote la mente". Propiamente, lo que dice Jesús es que no dejen que se
les opriman o se les sobrecarguen (barethósin, de baréo, "abrumar",
"oprimir") los corazones (kardíai).
Todos, en
efecto, tenemos el peligro de pasar por situaciones o, lo que es peor, orientar
nuestra vida de forma que el corazón se embote. Y cuando el corazón se embota,
con ello la mente se incapacita para ver lo que realmente nos ocurre. Nada
influye tanto en la mente como los afectos y sentimientos que ocupan y cargan
el corazón.
Cada ser
humano es lo que son sus afectos. La afectividad es la fuerza interior que
dirige nuestras vidas.
2. Pero
Jesús dice más. Lo que embota el corazón y la mente es la postura, la opción
fundamental, del que solo piensa en sí, en su propio bienestar y disfrute de la
vida, de los placeres y del dinero que los puede costear. De sobra sabemos que
eso nos incapacita para vernos por dentro, y para ver lo que realmente nos
conviene. De eso es de lo que Jesús nos previene. Porque un individuo que
va así por la vida es un peligro para sí mismo y para todo el que se roce con
él.
3. Si
Jesús dice esto, no es para amargarnos la vida. Ni para reprimir lo que nos
hace felices. El problema está en distinguir con cuidado que una cosa es la diversión y otra cosa es la fiesta.
En la fiesta
compartimos la felicidad. En la diversión alimentamos el burdo
egoísmo del que solo piensa en sí. Y eso es lo que embota el corazón y la
mente, y lo que nos impide ver lo que realmente ocurre en la vida, en el mundo,
en la sociedad y en la Iglesia.
De ahí, la
importancia que tienen estas palabras de Jesús al cerrar el año litúrgico.
Beato Santiago Alberione
1874- 1971
En Roma, beato Jacobo Alberione, presbítero, que, solícito por la
evangelización, se dedicó enteramente a poner al servicio de la sociedad humana
los instrumentos de comunicación social para promover la verdad de Cristo,
fundando, además, la Congregación de la Pía Sociedad de San Pablo Apóstol.
BIOGRAFIA
Santiago Alberione nació en San
Lorenzo di Fossano (Cuneo, Piamonte) el 4 de abril de 1884, quinto hijo de
Miquel y Teresa Allocco.
En octubre de 1900 entró en el seminario diocesano de Alba y el 29 de
junio de 1907 fue ordenado sacerdote.
El 20 de agosto de 1914, en Alba inició la Sociedad San Pablo para la
evangelización con los instrumentos de comunicación social, seguida por las
otras fundaciones que forman la Familia Paulina: Hijas de San Pablo, Pías
Discípulas de Divino Maestro, Hermanas de Jesús Buen Pastor, Instituto Reina de
los Apóstoles para las vocaciones (Hermanas Apostolinas); los Institutos
agregados: San Gabriel Arcángel, María de la Anunciación, Santa Familia y Jesús
Sacerdote; los Cooperadores Paulinos.
Varias veces dio la vuelta al mundo para reunirse con sus hijos e
hijas esparcidos por el mundo en todos los continentes de la tierra y
estimularlos a una vida cada vez más contemplativa y apostólica.
El secreto de su inmensa actividad apostólica está en su vida
interior impulsada en un crecimiento continuo a realizar las palabras del
Apóstol Pablo: “Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20).
El 26 de noviembre de 1971, a la edad de 87 años, confortado por la
visita y por la bendición del Papa Paulo VI, dejó la tierra para volver a la
Casa del Padre.
Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en Roma el 27 de abril de
2003.
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