Memoria de san Bernabé, apóstol
11
DE JUNIO - JUEVES -
l0ª
SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Mt
5,20-26
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Si no sois mejores
que los letrados y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás, y el que mate
será procesado. Pero yo os digo: todo el que esté peleado con su
hermano, será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil",
tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “renegado",
merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu
ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano
tiene quejas contra ti deja allí tu ofrendo ante el altar y vete
primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar
tu ofrenda. Procura arreglarte con el que pone pleito, enseguida,
mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y
el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no
saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último cuarto".
1. El
principio general que establece Jesús es muy claro: si os limitáis
a ser como los letrados y fariseos, no tenéis sitio en mi proyecto.
Ahora bien, los letrados eran los que mejor conocían la religión; y
los fariseos los que tenían fama de ser los más observantes. Por
tanto, lo que Jesús les dice a sus discípulos es que el
conocimiento de la religión y la observancia de sus normas no son
suficientes. ¿Por qué? Porque falta lo principal. Es lo que Jesús
explica en las antítesis que propone a continuación.
2. La
primera antítesis se refiere al precepto fundamental del respeto en
la relación con los demás: “no matarás” (cf. Ex 21, 12; Lev
24, 17). Pero Jesús radicaliza ese respeto hasta el extremo de no
tolerar ni el enfado, ni palabras despectivas. Jesús exige, por
tanto, el respeto total al otro. Al exigir este tipo de conducta,
Jesús hace referencia a castigos de este mundo y del otro para quien
falta al respeto al otro. Pero obviamente lo que Jesús establece no
es un ordenamiento jurídico estricto. Al contrario, lo que Jesús
pide es que seamos de tal calidad humana que no tengamos que ir, ni
recurramos, a pleitos y tribunales.
3. El
ordenamiento jurídico está establecido para garantizar los derechos
de las personas. Eso es enteramente necesario, dado lo que da de sí
la condición humana. Pero Jesús pide que la bondad del corazón sea
la fuerza que supera cualquier situación de enfrentamiento. Y, en
cualquier caso, que jamás faltemos al respeto a nadie.
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