miércoles, 3 de junio de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 3 DE JUNIO – MIÉRCOLES - 9ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO








3 DE JUNIO – MIÉRCOLES -
9ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Mc 12, 18-27

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús saduceos, de los que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero no hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano”. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección y vuelvan a la vida, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella”. Jesús les respondió: “Estáis equivocados, porque no entendéis la Escritura ni el poder de Dios. Cuando resuciten, ni los hombres ni las mujeres se casarán: serán como ángeles del Cielo. Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dice Dios: Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados”.

1. Los saduceos eran el partido opuesto a los fariseos. Sociológicamente pertenecían a la clase alta. No aceptaban la resurrección de los muertos (Hech 23, 8 y Josefo). Por eso, para demostrar su creencia en que no hay nada después de la muerte, le plantean a Jesús un caso esperpéntico, basado en la ley judía (Dt 25, 5-10) interpretada de forma muy rigurosa.

2. La respuesta de Jesús no significa ningún tipo de contraposición entre lo terrenal y lo celestial, como si el matrimonio y la sexualidad fueran cosas terrenales, de las que nos liberaremos en el cielo, cuando seamos como ángeles. Jesús no se refiere a eso. Se limita a decirles a los saduceos que el ejemplo, que le han puesto, no demuestra nada. Por tanto, Jesús reafirma lo que creemos los cristianos sobre la resurrección de los muertos.


3. Pero, de paso, la respuesta de Jesús también sugiere que, en la plenitud de la vida que se nos promete, la sexualidad, “ese oscuro objeto del deseo", dejará de ser un “objeto imposible” (Carlos Domínguez). Porque quizá entonces, cuando la vida no tenga limitación alguna, será cuando el deseo encuentre el paraiso reconstruido, ese fantasma que en esta vida no es sino un mito elaborado por nuestra fantasia. ¿No da pie este evangelio para decir estas cosas?




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