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DE JUNIO - LUNES -
12ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Mt 7, 1-5
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “No juzguéis y no os
juzgarán.
Porque os van
a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que
uséis, la usarán con vosotros. ¿Por
qué te fijas en la mota que tiene tu
hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
¿Cómo puedes
decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota
del ojo teniendo
una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo;
entonces verás claro y podrás sacar la
mota del
ojo de tu hermano".
1. Las
buenas relaciones entre personas solo son posibles cuando los que se
relacionan entre sí no se juzgan unos a otros.
Cuando uno
sabe o sospecha que los demás le están juzgando, y le están
juzgando mal, la relación humana se complica, posiblemente se
envenena, y termina por hacerse insoportable. Es muy duro ir por la
vida sabiendo que hay gente que piensa mal de ti, que te juzga, y te
condena.
2. El verbo
que el Evangelio pone en boca de Jesús es "kríno", que
tiene un amplio abanico de significados. Se refiere a “juzgar",
“actuar de juez", “dictar sentencia”. Ahora bien, uno que
se erige en juez de la vida de los otros y, además, se considera con
conocimientos y el suficiente criterio para
condenarlos, lo que realmente hace es usurpar el puesto y la tarea
que corresponde a Dios. Por eso es tan frecuente que las personas
que se consideran más cercanas a Dios y a los principios de la recta
moral son los jueces más implacables. Sin darse cuenta, le quitan el
puesto a Dios. Dejemos que Dios sea Dios y que Él tenga la última
palabra.
3. Jesús
debió ver, en esta inclinación que tenemos a juzgar a otras
personas, algo muy serio. Las hipérboles de la mota y la viga son
“un dardo clavado de un golpe dirigido al corazón del hombre que
(piensa que) sabe del bien y del mal”
(D.
Bonhoeffer).
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