miércoles, 12 de julio de 2017

Parate un momento: El Evangelio del dia 13 DE JULIO - JUEVES – XIV - SEMANA DEL T. O. -A SAN ENRIQUE





13 DE JULIO - JUEVES –
XIV - SEMANA DEL T. O. -A

Evangelio según san Mateo 10, 7-15
      En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
"Id y proclamad que el Reino de los Cielos está cerca: curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.
No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla, ni tampoco alforja para el camino, ni otra túnica, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento.
Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa saludad; si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros.
Si alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del pueblo, sacudid el polvo de los pies. Os aseguro que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra, que a aquel pueblo".

1. Jesús les plantea con claridad a sus apóstoles dos cuestiones enteramente fundamentales para la misión que les encarga:
1) La tarea que han de cumplir.
2) Las condiciones para poder cumplir con esa tarea.
La tarea consiste en proclamar que ya está cerca una situación completamente nueva en las relaciones
del Cielo con la Tierra, de la Trascendencia con la Inmanencia, de "lo divino" con "lo humano".
-       ¿En qué consiste esa nueva situación?
En que el ejercicio de reinar, o sea de ejercer el poder, ya no va a ser ni el de la jerarquía social vertical,
ni el del poder despótico, todo ello inventado en la tierra, para satisfacer los privilegios e intereses de quienes ejercen tales jerarquías y poderes. La nueva
situación es una amenaza directa para esas jerarquías y poderes. No olvidemos que, desde sus orígenes más remotos, la religión es generalmente aceptada como "un sistema de rangos, que implica dependencia, sumisión y subordinación a superiores invisibles" (W. Burkert, H. Steible).
Lo que Jesús plantea aquí, lo que en realidad entraña, es un "cambio revolucionario".

2. ¿En qué consiste ese cambio?
El Cielo va a reinar, no mediante el poder que
somete, sino mediante la misericordia que sana y alivia el sufrimiento.
- ¿Qué manda Jesús a sus apóstoles?
No imponerse, ni someter, ni exigir obediencia.
Para hacer esas cosas, no da Jesús ninguna autoridad. Su mandato es claro: el Reinado de los cielos consistirá en: "Curar enfermos, resucitar muertos, limpiar leprosos, expulsar demonios".
O sea: el Cielo reina en la Tierra haciendo más soportable la vida aquí, haciéndonos a todos menos desgraciados y más felices. Eso, nada más y nada menos, es el Reinado de Dios.
La misión de los apóstoles. La misión de la Iglesia.

3.  Al hacer eso, Jesús no fundó una "obra social", una ONG. Jesús restauró un nuevo orden de relaciones entre los humanos. Por eso, las condiciones para conseguir que se realice el proyecto de Jesús se centran en ir por la vida sin ostentación, sin medios económicos, sin seguridades, sin privilegios.
El dolor de los cristianos es que los sucesores de los apóstoles, y la Iglesia que ellos han organizado, no van por el camino que trazó Jesús. Los hombres de Iglesia, sin darnos cuenta de lo que hacemos, le hemos dicho a Jesús que se equivocó.  Nosotros sabemos, mejor que Jesús, cómo se arregla este mundo. Y hemos conseguido ostentación, dinero, seguridades y privilegios.
-¿Estamos consiguiendo que el Cielo mande en la Tierra?
Eso —decimos tranquilamente— ya no depende de nosotros. ¡Qué cinismo!
Urge crear una nueva mentalidad en la teología, en la pastoral, en la Curia Vaticana.

SAN   ENRIQUE

972 - † 1024
 Fue el único emperador canonizado. Nace en el año 972 en el castillo de Abaudia, sobre el río Danubio siendo hijo de Enrique, duque de Baviera y de Gisela, hija de Conrado, rey de Borgoña. Fue criado en un ambiente cristiano, su hermano Bruno era obispo, su hermana Brígida monja.
Se casó con Santa Cunegunda de Luxemburgo, que más tarde llegaría a ser Santa, con la que vivió como hermanos guardando perfecta castidad y tuvo como tutor a San Wolfgan, obispo. Al poco tiempo de morir Wolfgan lo soñó escribiendo en una pared la frase "después de 6". Enrique creyó que se trataba del momento de su muerte en 6 días y se prepara santamente, luego creyó que sería 6 meses y se siguió preparando y al cabo de 6 años fue elegido emperador. El daba gracias a Dios por tan magnífica preparación. Funda, dota y restaura los monasterios, ya que veía en ellos una fuerza viva, un foco de oración, de estudio y de actividad bienhechora. Consigue la conversión del esposo de su hermana Gisela, Esteban, el rey de Hungría, que sería San Esteban. Consultaba con Dios lo que había de disponer en el gobierno, oraba intensamente, era bondadoso con sus súbditos.

        San Enrique Era amado por su pueblo. Amante de la paz, se esfuerza por verla reinar en su imperio. Trabajó también por la extensión del evangelio. Junto a esta vida agitada, llevaba cuando podía una vida recogida y piadosa como un monje.
De entre todas las iglesias, la que merecía su particular predilección era la catedral de Bamberga, que Él mismo había edificado, y en la que reposa junto con Santa Cunegunda. Junto a la estatua del famoso caballero, se encuentra un monumento en memoria de los "Santos Enrique y Cunegunda, que brillaron en medio de las tinieblas de su tiempo como dos lises de oro sobre el altar". Al final de su vida, Enrique, llamado con razón el Piadoso, se retira al monasterio de Vanne. El abad Ricardo le ordena volver al trono.
Pero poco después, el 13 de julio del año 1024, a los cincuenta y dos años, recibía la corona de la gloria en el castillo de Grona. Fue canonizado el 1146 por Eugenio III.





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