29 DE JULIO – SÁBADO –
16ª - SEMANA DEL T.O.-A
Evangelio según san Mateo 13, 24-20
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente:
"El Reino de los Cielos se parece a un
hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, un
enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a
verdear y se formaba la espiga, apareció también la cizaña.
Entonces fueron los criados a decirle al amo:
"Señor, ¿no sembraste buena semilla en
tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?"
Él les dijo:
"Un enemigo lo ha hecho".
Los criados le preguntaron:
"¿Quieres que vayamos a
arrancarla?"
Pero él les respondió:
"No, que podríais arrancar también el
trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega, y cuando llegue la siega diré a
los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla y
el trigo almacenadlo en mi granero".
1. La parábola de la cizaña condena el juicio y
la intolerancia.
El juicio de los que
se ven a sí mismos con el derecho de distinguir el "bien" y el
"mal". Y la intolerancia de aquellos que se creen tener el derecho de
arrancar de raíz todo lo que ellos mismos ven como malo y, por tanto, intolerable.
Son dos
comportamientos mucho más frecuentes de lo que imaginamos. Quizá lo hacemos sin
darnos cuenta. Incluso es posible que lo hagamos desde el
convencimiento de que el juicio y la
intolerancia son un deber que brota de nuestras creencias religiosas. Por eso
ocurre, con frecuencia, que hay personas tan religiosas como intolerantes. Por
eso es un hecho que constantemente estamos juzgando y condenando, rechazando y
erigiéndonos en vigilantes de un mundo limpio, a la carta, es decir, un mundo
del que desearíamos expulsar a todo el que nos desagrada o no se ajusta a
nuestras preferencias.
2. Lo primero que tendríamos que hacer es
acabar, de una vez, con la "ética del bien y del mal". Porque,
- ¿quién decide lo
que está "bien" y lo que está
"mal"? Los que tienen poder para
ello.
Nietzsche lo dijo con
crudeza: "fueron "los buenos" mismos, es decir, los nobles, los
poderosos, los hombres de posición superior y elevados sentimientos quienes se
sintieron y se valoraron a sí mismos y a su obrar como buenos... en
contraposición a todo lo bajo, abyecto,
vulgar y plebeyo" ("La genealogía de
la moral", I, 2).
"Bueno" y
"justo" suele considerarse lo que conviene a los que tienen el poder de decidir lo que
es bueno y lo que es justo.
3. La ética de la "bondad" y la
"maldad" tiene que dejar paso a la ética de la "felicidad"
y el "sufrimiento". Éticamente correcto tendría que ser lo que hace
feliz a un mayor número de personas. Como debe ser intolerable lo que causa sufrimiento.
Teniendo en cuenta que
la felicidad y el sufrimiento no se imponen como un deber, se contagian como
una experiencia. Aquí y en esto es donde se encuentra la genialidad del
Evangelio.
Stª. MARTA de Betania
Marta = ama
de casa, señorial, atractiva. Viene de la lengua hebrea.
Breve Biografía
Marta es
hermana de María y de Lázaro y vivía en Betania, pequeña población distante
unos cuatro kilómetros de Jerusalén, en las cercanías del Monte de los Olivos.
Jesús
Nuestro Señor vivía en Galilea pero cuando visitaba Jerusalén acostumbraba
hospedarse en la casa de estos tres discípulos en Betania, que, tal vez, habían
cambiado también su morada de Galilea por la de Judea. Marta se esforzó en
servirle lo mejor que pudo y, más tarde, con sus oraciones impetró la
resurrección de su hermano.
San Juan
nos dice que "Jesús amaba a Marta y a su hermana María y Lázaro" (Jn
11:5).
Lucas
añade: "Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada
Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que,
sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba
atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa
que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude.» -Lucas
10:38-40
No
podemos estar seguros de la motivación de Marta al hacer su petición al Señor
pero todo parece indicar que se quejaba contra su hermana. Nuestro Señor
aprecia el servicio de Marta, pero al mismo tiempo sabía que era imperfecto.
Muchas veces nuestro servicio, aunque sea con buena intención, esta mezclado
con el afán de sobresalir, la compulsión por ser protagonistas, la competencia
para sentirnos que somos los mejores. Es entonces que salen las comparaciones.
¿Por que la otra no hace nada y soy la que trabajo?
El Señor
corrige a Marta, penetra en su corazón afanado y dividido y establece
prioridades:
«Marta, Marta, te preocupas y te
agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María
ha elegido la parte buena, que no le será quitada.» -Lucas 10: 41-42
Esa
única cosa de la que hay necesidad es de poner todo el corazón en amar a Dios,
atender a Jesús que nos habla, que quiere levantarnos de nuestra miseria.
Toda
vida activa debe surgir de la contemplación. La vida activa sin contemplación
lleva al alma a dispersarse perder de vista el fin. La vida contemplativa se
concentra en Dios y se une a Él por la adoración y el amor. La vida
contemplativa es una especie de noviciado del cielo, pues la contemplación es
la ocupación de los bienaventurados del paraíso. Por ello, Cristo alabó la
elección de María y afirmó: "sólo una cosa es necesaria". Eso
significa que la salvación eterna debe ser nuestra única preocupación.
Si
contemplamos como van las cosas en cualquier Iglesia podremos ver muchas
actividades, programas, ideas... Es relativamente fácil hacer cosas por Jesús,
pero cuanto nos cuesta estar en silencio ante su Presencia. En seguida pensamos
en cosas que hacer. No comprendemos que lo primero y más importante es
atenderlo a Él directamente por medio de la oración.
Jesús
encontró más digna de alabanza la actitud contemplativa de María. Cuanto
quisiera El Señor que todos, como María, nos sentáramos ante el para escucharle.
Ella se consagraba a la única cosa realmente importante, que es la atención del
alma en Dios. También el Padre nos pide que, ante todo, escuchemos a Su Hijo
(Mt 17-5).
Entonces,
¿no es necesario trabajar? Claro que sí lo es. Pero para que el trabajo de
fruto debe hacerse después de haber orado. El servicio de Marta es necesario,
pero debe estar subordinado al tiempo del Señor. Hay que saber el momento de
dejar las cosas, por importantes que parezcan, y sentarse a escuchar al Señor.
Esto requiere aceptar que somos criaturas limitadas. No podemos hacerlo todo.
No podemos siquiera hacer nada bien sin el Señor
San
Agustín escribe: "Marta, tú no has escogido el mal; pero María ha escogido
mejor que tú". San Basilio y San Gregorio Magno consideran a la hermana
María modelo evangélico de las almas contemplativas y su santidad no está en
duda, sin embargo, es curioso que, de los tres hermanos, solo Marta aparece en
el santoral universal.
La resurrección de Lázaro
El
capítulo 11 de San Juan narra el gran milagro de la resurrección de Lázaro. En
aquella ocasión vuelve a hablarse de Marta. Lázaro se agravó de muerte mientras
Jesús estaba lejos. Las dos hermanas le enviaron un empleado con este sencillo
mensaje: "Señor aquel que tú amas, está enfermo". En un mensaje de
confianza en que Jesús va actuar a su favor.
De los
años siguientes de la santa no tenemos ningún dato históricamente seguro,
aunque según la leyenda de la Provenza, Marta fue con su hermana a Francia y
evangelizó Tarascón donde según cuenta la leyenda Santa Marta derroto a la
Tarasca, un dragón que amenazaba a la ciudad. Ahí se dice que encontraron, en
1187, sus pretendidas reliquias, que todavía se veneran en su santuario.
Los
primeros en dedicar una celebración litúrgica a santa Marta fueron los franciscanos
en 1262, el 29 de julio, es decir, ocho días después de la fiesta de santa
María Magdalena, identificada por algunos como su hermana María.
No hay comentarios:
Publicar un comentario