jueves, 4 de enero de 2018

Párate un momento: El Evangelio del dia 5 DE ENERO - VIERNES VÍSPERA DE LA EPIFANÍA San Juan Nepomuceno Neumann





5  DE   ENERO  - VIERNES
VÍSPERA DE LA  EPIFANÍA San Juan Nepomuceno Neumann

Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 43-51
    En aquel tiempo, determinó Jesús salir para Galilea. Encontró a Felipe y le dice:
    "Sígueme".
Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro.
Felipe encuentra a Natanael y le dice:
"Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los Profetas lo hemos encontrado; a Jesús, hijo de José, de Nazaret".
Natanael le replicó:
"¿De Nazaret puede salir algo bueno?".
Felipe le contestó:
"Ven y verás".
      Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
"Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño. 
Natanael le contesta:
"¿De qué me conoces?".
       Jesús le responde:
"Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi'.
Natanael respondió:
"Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel".
Jesús le contestó:
"¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees?  Has de ver cosas mayores".
Y le añadió: 
"Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre".

1.  La primera decisión firme que tomó Jesús fue irse a Galilea. Judea era la región de los entendidos, de los ricos, los piadosos, los notables.  Galilea era todo lo contrario. Jesús se fue con los peor vistos y los que peor vivían.   Porque es desde dónde ve uno la vida, marca y   determina lo que uno ve en la vida y, sobre todo, cómo ve la realidad.
Como es sabido, este principio es uno de los grandes   temas de la hermenéutica, es decir, es uno de los grandes criterios que regulan la interpretación, no solo de los textos religiosos, sino de nuestra visión y de cómo   entendemos la realidad que nos rodea.  Esto supuesto,
sabemos que, desde los notables y sus pedestales, no se predica el Evangelio, sino la religiosidad sumisa, que es lo que más interesa a los que ven la vida desde la seguridad de los que gozan de buen nombre.
La crisis actual no la ven ni la viven lo mismo los que temen perder el trabajo o que les rebajen el sueldo que quienes saben que no les va a faltar nada importante.  Los religiosos, con su voto de pobreza, no están viviendo la crisis como los millones de trabajadores que temen irse al paro o que no ganan para llegar a fin de mes.
Es evidente que los religiosos no ven la vida como la ven los trabajadores.  No pueden verla igual. Desde   la "seguridad" no se ve la vida como se la ve desde la "inseguridad" y el consiguiente miedo.

2.  En este primer encuentro de los discípulos con Jesús, el IV evangelio sitúa la "confesión de Pedro" (Jn 1, 41; cf. Mt 16, 16). Pero tal confesión, en este
evangelio, la hace Andrés (Jn 1, 40). Y es que la confesión del mesianismo de Jesús no es exclusiva de Pedro, sino que es la afirmación de la fe del "colegio apostólico".  Del que es sucesor el "colegio episcopal". El papado es la cabeza del episcopado.  Lo importante   del Papa es que se trata del obispo de Roma, como dijo el actual papa Francisco cuando apareció, por primera vez, en el balcón central de la plaza de San Pedro, en Roma.

3.  Jesús dice que en él vemos el cielo abierto y a los mensajeros de Dios (los ángeles) subir y bajar sobre él (Gn 28, 11-17). En Jesús, se abre el cielo, es decir, el ámbito de la trascendencia queda patente, lo vemos, lo oímos, lo tocamos, en la inmanencia de un ser humano. A Dios lo vemos y lo conocemos en Jesús. Y en Jesús     aprendemos lo que le gusta y le disgusta a Dios. La voluntad de Dios está en el Evangelio.

San Juan Nepomuceno Neumann

Sacerdote Redentorista, Obispo y fundador de las Hermanas Terciarias Franciscanas
Martirologio Romano: En la ciudad de Filadelfia, del estado de Pensilvania, en los Estados Unidos de Norteamérica, san Juan Nepomuceno Neumann, obispo, de la Congregación del Santísimo Redentor, quien se distinguió por su solicitud a favor de los inmigrantes pobres, ayudándoles con sus consejos y su caridad, así como en la educación cristiana de los niños (1860).
Fecha de canonización: 19 de junio de 1977 por el Papa Paulo VI
Juan Nepomuceno Neumann nació en 1811 en Prachatitz, entonces parte del Imperio Austro-Húngaro, hoy población checa. Juan fue el tercero de una familia de seis hijos. Durante los estudios de filosofía, realizados con los cistercienses, su afición eran las ciencias naturales tanto que pensó en estudiar medicina, pero, motivado por su madre, ingresó al seminario.
En el año 1831, mientras estudiaba teología en el seminario de Budweis se interesó vivamente por las misiones y decidió dedicarse a la evangelización en América.
Habiéndole llegado la hora de la ordenación sacerdotal, su obispo la defirió por tiempo indefinido. En esas circunstancias decidió partir para Estados Unidos, invitado por el obispo de Filadelfia. Desde Budweis escribió a sus padres: Mi inalterable resolución, hace ya tres años acariciada y ahora próxima a cumplirse, de ir en auxilio de las almas abandonadas, me persuade de que es Dios el que me exige este sacrificio... Yo os ruego, queridos padres, que llevéis con paciencia esta cruz que Dios ha puesto sobre vuestros hombros y los míos.
Llegó a Nueva York en 1836, siendo ordenado sacerdote ese mismo año en la catedral de San Patricio. Inmediatamente se le destinó a la región de las cataratas del Niágara. Movido por un deseo de mayor entrega a Dios e impresionado por la eficacia del apostolado realizado por los misioneros redentoristas, quienes intentaban establecerse en aquellas tierras, pidió ser admitido en la congregación. Como redentorista ejerció el ministerio sagrado en Baltimore. Fue nombrado sucesivamente vicario del provincial, consejero, y finalmente superior de comunidad, en Filadelfia.
Estando esta ciudad, fue nombrado obispo de Filadelfia. En su labor pastoral, ideó un plan llamado sistema de escuelas parroquiales para dotar a cada parroquia con una escuela católica; en sus ocho años de episcopado se abrieron setenta escuelas. En el centenario de su muerte, celebrado en Pennsylvania en el año 1960, fue reconocido por el Senado como hombre insigne, pionero y promotor del sistema escolar católico de Estados Unidos.
Entre 1854 y 1855 se ausentó de su diócesis para ir a Roma en visita ad límina. El 8 de diciembre recibió la gracia de estar presente en la basílica de San Pedro cuando el papa Pío IX proclamó solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción. A él correspondió sostener el libro en el que el Papa leyó las palabras de la proclamación del dogma.
De regreso a su diócesis llevó a cabo un permiso recibido del papa Pío IX: recibió los votos religiosos de tres mujeres que pertenecían a la tercera orden de San Francisco y convirtió su asociación en congregación religiosa: las Hermanas Terciarias Franciscanas, para quienes redactó unas constituciones. Murió en 1860. Fue beatificado en 1963 y canonizado en 1977 por el papa Pablo VI.



No hay comentarios:

Publicar un comentario