jueves, 14 de marzo de 2019

Párate un momento: El Evangelio del dia 15 de MARZO – VIERNES – 1ª – SEMANA DE CUARESMA – C – San Raimundo de Fitero



15 de MARZO – VIERNES –
1ª – SEMANA DE CUARESMA – C –

Lectura de la profecía de Ezequiel (18,21-28):

ESTO dice el Señor Dios:
«Si el malvado se convierte de todos los pecados cometidos y observa todos mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se tendrán en cuenta los delitos cometidos; por la justicia que ha practicado, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado —oráculo del Señor Dios—, y no que se convierta de su conducta y viva?
Si el inocente se aparta de su inocencia y comete maldades, como las acciones detestables del malvado, ¿acaso podrá vivir? No se tendrán en cuenta sus obras justas. Por el mal que hizo y por el pecado cometido, morirá.
Insistís: No es justo el proceder del Señor. Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que es injusto?
Cuando el inocente se aparta de su inocencia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá».

Palabra de Dios

Salmo: 129,1-2.3-4.5-7a.7bc-8

R/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?

    Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.
 Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor. R/.
 Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora. R/.
   Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y el redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,20-26):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil” tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehena” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

Palabra del Señor

1.  Los escribas y fariseos eran los hombres más religiosos y observantes   que había en Israel, en tiempos de Jesús. Se puede asegurar que, si nos   atenemos
al "hecho religioso" en sí, nadie estaba (ni podía estar) por encima de estos dos grupos de observantes, que, en su fidelidad a la religión, llegaban al "fanatismo". Y, por supuesto, a la intolerancia.  Sin embargo, Jesús afirma que los discípulos del Evangelio tienen que superar a los escribas y fariseos.
- ¿En qué?   - ¿Cómo? 
Jesús va a presentar una superación, que no es "cuantitativa", sino "cualitativa". Jesús no pide "más observancia", sino que insiste en "otra observancia".
El Evangelio no pide fidelidad a los "ritos", sino amor y bondad con las
"personas". Este es el cambio que Jesús le dio a la religión. Así, el Evangelio supera al hecho religioso.

2.  Por eso, es decir, porque el centro del "Proyecto de vida" de Jesús, ya no
está en las observancias religiosas (ritos, ceremonias, lo sagrado), sino en el amor a las personas, por eso, Jesús plantea un   problema, que nos tendría que hacer temblar.  Se trata de esto: si estás en el templo, y vas hacia el altar, para presentar tu ofrenda al Señor (esto es un hombre religioso), pero en ese momento    te acuerdas de que alguien tiene algo contra ti (no si tú tienes algo contra tu hermano), mira, lo que tienes que hacer es dar media vuelta y no te acerques al altar. Vete, ante todo, y arreglas con tu hermano lo que él tenga contra ti. Y cuando eso esté resuelto, entonces vete a misa, vete al rezo, a la cofradía, al acto religioso, en definitiva.

3.  Lo primero, las personas. Después, las ceremonias religiosas. Por eso, yo no me explico cómo nos han (o nos hemos) organizado la conciencia, de forma que vamos a actos religiosos, con una conciencia tan deforme, que -a juicio de Jesús- hacemos una monstruosidad     detrás de otra. Y nos quedamos
con la conciencia tranquila.
 Empresarios que les roban a sus trabajadores, políticos que se hacen millonarios a costa del hambre de las clases bajas, obispos que viven en palacios sabiendo que hay criaturas durmiendo en la calle, etc. Y luego, esa gente (los culpables de que las cosas estén así), el domingo, a misa, o sea al altar.
Somos cristianos deformes.

San Raimundo de Fitero



Abad del monasterio cisterciense de Fitero en Navarra, y fundador de la Orden militar de Calatrava.

Vida de San Raimundo de Fitero

Se llamaba Raimundo Sierra o Raymond Serrat. Aunque documentalmente no puede probarse, lo más probable es que naciera en Saint Gaudens de Garona, en Francia, y que la época fue a comienzos del siglo XII. Algunos autores sitúan su nacimiento en Tarazona (Aragón), y otros afirman que fue en Barcelona.
Aparece como canónigo en Tarazona, atestiguado documentalmente por testimonio de su primer obispo, Don Miguel, monje benedictino. De aquí pasó a monje del monasterio cisterciense de Nuestra Señora de Sacala Dei, en Gascuña, y de ahí fue enviado como prior a la nueva fundación que Don Bernardo determinó hacer en España.
Se asentaron los nuevos monjes en el monte que llaman Yerga, con consentimiento del rey. En 1140 Alfonso VII les donó la villa de Nienzabas que había quedado asolada por los moros; aquí fundaron el monasterio de Nienzabas del que fue abad Raimundo a la muerte de Durando, alrededor del año 1144. Lo eligieron abad por la fama que tenía de santo y taumaturgo. Con el título y oficio de abad aparece ya en la escritura del 1146, al donar el rey al monasterio los dominios de Serna de Cervera y Baños de Tudescón, actuales balnearios de Fitero.
En 1148 asistió al capítulo general de la orden del Císter, en calidad de abad; en ese concilio estuvo presente el papa Eugenio III, que también era cisterciense.
Raimundo trasladó ese mismo año el monasterio al mejor sitio de Castejón, recibió la donación real del castillo de Tulungen y, en la heredad donada por Don Pedro Tizón y su esposa Doña Toda, fundó en 1150 el de Santa María de Fitero del que será el primer abad.
Diego de Velázquez es un monje que en tiempo pasado fue soldado y amigo del rey Sancho. Raimundo y él se encuentran en Toledo el año 1158. Diego ha escuchado al rey el gran peligro que corre la plaza de Calatrava confiada años atrás por Alfonso VII a los Templarios, pero que ahora está casi desguarnecida que es por el momento la llave estratégica de Toledo. El peligro es grande por la proximidad de los almohades. Raimundo y Diego piden al rey la defensa de la plaza y con los monjes traídos de Fitero más un ejército formado por campesinos y artesanos consiguen defender la plaza y ahuyentar a los moros. En premio, el rey Sancho III les concede el dominio de Calatrava donde Raimundo funda el mismo año la Orden mitad monjes obedientes al toque de la campana, mitad soldados obedientes al toque de la trompeta que fue aprobada posteriormente por el papa Alejandro III, por bula de 25 de setiembre de 1164, cuando ya había muerto su fundador.
Raimundo murió en 1163 en Ciruelos y allí se enterró. En 1471 se trasladaron sus restos al monasterio cisterciense de Monte León de Toledo y, desde el siglo XIX, las reliquias del santo se encuentran en la catedral de Toledo.

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