22 de MARZO – VIERNES –
2ª – SEMANA DE CUARESMA – C –
San Bienvenido Scotivoli
Lectura
del libro del Génesis (37,3-4.12-13a. 17b-28):
ISRAEL amaba a José más
que a todos los otros hijos, porque le había nacido en la vejez, y le hizo una
túnica con mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los demás,
empezaron a odiarlo y le negaban el saludo.
Sus
hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre. Israel dijo a José:
«Tus
hermanos deben de estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar
donde están ellos».
José
fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos y,
antes de que se acercara, maquinaron su muerte.
Se
decían unos a otros:
«Ahí
viene el soñador. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que
una fiera lo ha devorado; veremos en qué paran sus sueños».
Oyó
esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo:
«No
le quitemos la vida».
Y añadió:
«No
derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no pongáis
las manos en él».
Lo
decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre.
Cuando llegó José al lugar
donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica, la túnica con
mangas que llevaba puesta, lo cogieron y lo echaron en un pozo. El pozo estaba
vacío, sin agua.
Luego
se sentaron a comer y, al levantar la vista, vieron una caravana de ismaelitas
que transportaban en camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a Egipto. Judá
propuso a sus hermanos:
«¿Qué
sacaremos con matar a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a venderlo a
los ismaelitas y no pongamos nuestras manos en él, que al fin es hermano
nuestro y carne nuestra».
Los
hermanos aceptaron.
Al
pasar unos mercaderes madianitas, tiraron de su hermano; y, sacando a José del
pozo, lo vendieron a unos ismaelitas por veinte monedas de plata. Estos se
llevaron a José a Egipto.
Palabra
de Dios
Salmo:
104,16-17.18-19.20-21
R/.
Recordad las maravillas que hizo el Señor
Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de
pan;
por delante había
enviado a un hombre,
a José, vendido como
esclavo. R/.
Le
trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en
la argolla,
hasta que se cumplió su
predicción,
y la palabra del Señor
lo acreditó. R/.
El rey lo mandó desatar,
el señor de pueblos le
abrió la prisión,
lo nombró administrador
de su casa,
señor de todas sus
posesiones. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (21,33-43.45-46):
EN aquel tiempo, dijo
Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchad
otra parábola:
“Había
un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cayó en ella un
lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.
Llegado
el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los
frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados,
apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
Envió
de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo.
Por
último, les mandó a su hijo diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.
Pero
los labradores, al ver al hijo se dijeron:
‘Este
es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’.
Y
agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño
de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?”».
Le
contestan:
«Hará
morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que
le entreguen los frutos a su tiempo».
Y
Jesús les dice:
«¿No
habéis leído nunca en la Escritura:
“La
piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor
quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”?
Por
eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo
que produzca sus frutos».
Los
sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que
hablaba de ellos. Y, aunque intentaban echarle mano, temieron a la gente, que
lo tenía por profeta.
Palabra
del Señor
1.
Todo el relato, en esta parábola, alcanza unas dimensiones que impresionan.
El
"sitio" donde Jesús la pronunció: Jerusalén, la
capital y centro de la religión de aquel pueblo y de aquella cultura.
El
"momento" en que la dijo: cuando lo iban a matar, cosa
que Jesús sabía, como quedó patente en
los anuncios de la pasión.
Los
"destinatarios" a quienes Jesús habló, que fueron
precisamente los protagonistas de
aquella atrocidad.
El
"contenido" del relato que Jesús presenta: un crimen y un
robo sin motivo alguno y algo tan
descabellado, que aquello no tenía ni pies ni cabeza.
2.
Pero lo más fuerte no es nada de lo que
se acaba de indicar. Lo más grave es que aquí explica Jesús hasta qué
extremos de irracionalidad e inhumanidad lleva el poder y la ambición que se
instala en "los que mandan en la viña del Señor y de ella se aprovechan
para vivir bien".
Por una razón muy sencilla: todo está
en que los labradores, que trabajaban y dirigían la viña, confundieron el bien
de la viña con la posesión de la viña.
Si allí mandaba el dueño, tan permisivo
y tolerante, que les pone en bandeja
incluso a su propio hijo, tan
ingenuamente, para que se lo maten, con
semejante dueño, la viña no produce.
Este fue el argumento de aquellos
canallas "religiosos".
3.
Justamente, lo que ahora tenemos
en tantos sectores, instituciones y personas dirigentes de "la
actual viña del Señor". Los nuevos labradores de la viña
del Señor se han convencido de que todo el
bien de la Iglesia depende de que ellos sean los que siguen mandando. En una
"viña así", una Iglesia "puesta al día", la Iglesia que
quiere el papa Francisco, semejante viña y semejante Iglesia
(piensan los "labradores oficiales"
de hoy) sería la ruina de la "viña" y de la Iglesia.
Por eso, a semejante "dueño"
se le quita de en medio. Como sea, se le quita la autoridad, la fama, o incluso
se puede "morir de repente".
Lo que hay que procurar es que el
pueblo no se alborote, o que no lo tenga por profeta.
La pasión de Jesús sigue siendo
actual.
San Bienvenido Scotivoli
En
Osimo, en el Piceno, san Bienvenido Scotivoli, obispo, que, elegido por el papa
Urbano IV para esta sede, promovió la paz entre los ciudadanos y, según el
espíritu de los Hermanos Menores, quiso morir sobre tierra desnuda († 1282).
Breve
Biografía
Bienvenido Scotívoli nació en
Ancona en 1188; estudió derecho en Bolonia bajo la guía de San Silvestre
Guzzolini, canónigo de Osimo, después fundador de los monjes Silvestrinos.
Nombrado capellán pontificio,
luego arcediano de Ancona. El 1 de agosto de 1263 fue nombrado administrador de
la diócesis de Osimo, que había sido unida a la Numana por Gregorio IX en
castigo por su adhesión al partido de Federico II. Restablecida la sede el 13
de marzo de 1264 Urbano IV le confió su gobierno a Bienvenido, que en 1267 fue
también encargado por Clemente IV del gobierno de la Marca de Ancona.
En este período ordenó sacerdote
a san Nicolás de Tolentino. Fue devotísimo de San Francisco, acogió en su
diócesis a los Hermanos Menores y pidió pertenecer a la primera Orden. Vistió
con fervor el hábito y se empeñó en vivir el espíritu seráfico.
Bienvenido fue un gran
reformador. Por una disposición del 15 de enero de 1270 prohibió al monasterio
de San Florencio de Pescivalle, del cual era administrador, enajenar los
bienes.
En un sínodo habido el 7 de
febrero de 1273 prohibió la venta de las propiedades eclesiásticas y en 1274
puso en marcha las reformas del capítulo de la catedral y defendió los derechos
de la diócesis sobre la ciudad de Cingoli.
En su ministerio episcopal
siempre tuvo como única meta promover la gloria de Dios, despreciar las
riquezas y las cosas del mundo, trabajar intensamente por el bien de su alma y
de las almas confiadas a sus cuidados.
En su actuación sabía unir la
fortaleza y la suavidad de los modales, para el triunfo de la justicia y de la
paz en el vínculo del amor. Fue un verdadero y buen pastor de su rebaño y
vigilante custodio de las leyes de Dios y de la Iglesia. Celoso en la
predicación evangélica y en la instrucción catequística, muchas veces visitó la
diócesis, celebró un sínodo diocesano en el cual dictó sabias normas para
promover la disciplina eclesiástica. Promovió la cultura y la formación de los
nuevos levitas, que preparaba para el sacerdocio, con palabra inspirada, con el
buen ejemplo, y con su vida santa.
Bienvenido murió el 2 de marzo de
1282, a los 94 años. Fue sepultado en la iglesia catedral de Osimo en un noble
mausoleo, por disposición del clero y el pueblo. Sobre su sepulcro tuvieron
lugar gracias y milagros. Martín IV reconoció el culto en 1284, sin haber sido
canonizado.
http://es.catholic.net
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