3 de SEPTIEMBRE – MARTES –
22ª – SEMANA DEL T. O. – C –
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (5,1-6.9-11):
En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis,
hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará
como un ladrón en la noche.
Cuando
estén diciendo: «Paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la
ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar.
Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os
sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no
lo sois de la noche ni de las tinieblas.
Así,
pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.
Porque Dios no nos ha
destinado al castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor
Jesucristo; él murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con
él. Por eso, animaos mutuamente y ayudaos unos a otros a crecer, como ya lo
hacéis.
Palabra
de Dios
Salmo: 26,1.4.13-14
R/.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa
de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del
Señor por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del
Señor,
contemplando su templo. R/.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé
valiente,
ten ánimo, espera en el
Señor. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (4,31-37):
En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los
sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque
hablaba con autoridad.
Había
en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a
voces:
«¿Qué
quieres de nosotros, Jesús Nazareno?
¿Has
venido a acabar con nosotros?
Sé
quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús
le intimó:
«¡Cierra
la boca y sal!»
El
demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle
daño.
Todos
comentaban estupefactos:
«¿Qué
tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y
salen.»
Noticias
de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.
Palabra
del Señor
1.
Jesús fue un carismático itinerante, nunca instalado, siempre libre. De
forma
que, desde esa nueva forma de vida, se dedicó
por entero a presentar una nueva
imagen de Dios, la imagen del Dios presente en
"lo humano", en todo cuanto es realización plena de la condición
humana. Y se entregó de lleno a cuestionar la "religión" de ritos y
cultos sagrados, tal como se practicaba en Israel. Y por eso, se entregó a
luchar contra todo lo que deshumaniza a los seres humanos: el sufrimiento en
todas sus formas, las desigualdades, las relaciones humanas rotas o amenazadas,
las desgracias de los peor tratados por la vida. En esto consistió el proyecto
de Jesús. Y esta fue la religiosidad que vivió y enseñó Jesús.
2.
Por eso, después del incidente de
Nazaret (Lc 4, 16-30), Jesús se fue a
Cafarnaúm y allí empieza a poner en práctica
su proyecto. Allí expulsa demo-
nios (Lc 4, 31-37) y cura a los enfermos (Lc
38-44).
En esto se manifestó la "autoridad"
y el "poder" de Jesús.
Jesús no vino a enseñar ni una
"doctrina", ni a practicar una "religión". Jesús vino a
"humanizar" este mundo tan deshumanizado.
3.
Y esto es lo que explica por qué Jesús "conectó" tan rápidamente
con el
pueblo, con la gente, sobre todo con la gente
más necesitada de todo lo que él
precisamente ofrecía. Al tiempo que el mismo
Jesús "sufrió el enfrentamiento"
de todos los que esperaban, deseaban y querían
a toda costa más orden, más
religión, más poder, más autoridad, más
dinero...
Por más que todo eso aumentara la
deshumanización que ya soportamos en este mundo tan mal organizado.
San Gregorio I Magno, papa
Memoria de san Gregorio Magno,
Gregorio el Grande o Gregorio I, papa y doctor de la Iglesia, que siendo monje
ejerció ya de legado pontificio en Constantinopla y después, en tal día, fue
elegido Romano Pontífice. Arregló problemas temporales y, como siervo de los
siervos, atendió a los cuidados espirituales, mostrándose como verdadero pastor
en el gobierno de la Iglesia, ayudando sobre manera a los necesitados,
fomentando la vida monástica y propagando y reafirmando la fe por doquier, para
lo cual escribió muchas y célebres obras sobre temas morales y pastorales.
Vida de San Gregorio
I Magno papa
San Gregorio Magno es el cuarto y último de los originales
Doctores de la Iglesia Latina. Defendió la supremacía del Papa y trabajó por la
reforma del clero y la vida monástica.
Combatió la herejía nestoriana. Hizo contribuciones claves a la
cristología.
Nació en Roma alrededor del año 540, hijo de Gordianus, un senador
afluente que llegó a renunciar al mundo y ser uno de los siete diáconos de
Roma.
Después de que Gregorio adquiriese una buena educación, el
Emperador Justino lo nombró, en 574, magistrado principal de Roma. Tenía solo
34 años.
Después de la muerte de su padre edificó siete monasterios, el
último de los cuales fue en su propia casa en Roma, que se llamó Monasterio
Benedictino de San Andrés. El mismo tomó al hábito monástico en el 575, a la
edad de 35 años. Fue ordenado diácono y nombrado legado pontificio en
Constantinopla.
Después de la muerte de Pelagio, San Gregorio fue escogido
unánimemente Papa por los sacerdotes y el pueblo, el día 3 de septiembre del
año 590. Ejerció su cargo como verdadero pastor, en su modo de gobernar, en su
ayuda a los pobres, en la propagación y consolidación de la fe. Mantenía
contacto con todas las iglesias y a pesar de sus sufrimientos y labores,
compuso grandes obras. Entre ellas hay magnificas contribuciones a la Liturgia
de la Misa y el Oficio. Tiene escritas muchas obras sobre teología moral y
dogmática.
Su extraordinario trabajo le valió el nombre de "El
Grande". Su celo era extender la fe por todo el mundo. Es patrón de
maestros. Murió el 12 de Marzo del 604.
Oración a San
Gregorio I Magno papa
Señor Dios, que cuidas a tu pueblo con ternura y lo gobiernas con
amor, te pedimos que, por intercesión del papa San Gregorio Magno, concedas el
Espíritu de sabiduría a quienes has establecido como maestros y pastores de la
Iglesia, para que así el progreso de los fieles constituya el gozo eterno de
sus pastores. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
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