lunes, 9 de septiembre de 2019

Párate un momento: El Evangelio del dia 10 de SEPTIEMBRE – MARTES – 23ª – SEMANA DEL T. O. – C – San Nicolás de Tolentino





10 de SEPTIEMBRE – MARTES –
23ª – SEMANA DEL T. O. – C –

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 2, 6-15

Hermanos:

Ya que habéis aceptado a Cristo Jesús, el Señor, proceded arraigados en él, dejaos construir y afianzar en la fe que os enseñaron, y rebosad agradecimiento.
Cuidado con que haya alguno que os capture con esa teoría que es una insulsa patraña forjada y transmitida por hombres, fundada en los elementos del mundo y no en Cristo.
Porque es en Cristo en quien habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, y por él, que es cabeza de todo principado y autoridad, habéis obtenido vuestra plenitud.
Por él fuisteis también circuncidados con una circuncisión no hecha por hombres, cuando os despojaron de los bajos instintos de la carne, por la circuncisión de Cristo.
Por el bautismo fuisteis sepultados con él, y habéis resucitado con él, porque habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos. Estabais muertos por vuestros pecados, porque no estabais circuncidados; pero Dios os dio vida en él, perdonándoos todos los pecados. Borró el protocolo que nos condenaba con sus cláusulas y era contrario a nosotros; lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz, y, destituyendo por medio de Cristo a los principados y autoridades, los ofreció en espectáculo público y los llevó cautivos en su cortejo

Palabra de Dios.

Salmo: 144, 1-2. 8-9. 10-11

R/. El Señor es bueno con todos.

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás. Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. R/.

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas R/.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/.

Lectura del santo evangelio según San Lucas (6, 12-19):

Sucedió que por aquellos días se fue él al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles.
A Simón, a quien llamó Pedro,
y a su hermano Andrés;
a Santiago y Juan,
a Felipe y Bartolomé,
a Mateo y Tomás,
a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes;
a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.
Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados.
Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Palabra del Señor

1.  Lo primero que se debe destacar es el hecho de que Jesús, ante una próxima decisión importante, se retira a una montaña lejana y allí pasa la noche entera en oración. Jesús no era un asceta, que vivía convencido de que a Dios se le encuentra alejándose de la convivencia   con la gente. No hay datos para suponer   que esa era la intención de Jesús.
Se comprende que, como hacemos todos cuando vamos a tomar una decisión importante, buscamos estar aislados, poder pensar, etc. Pero hay una cosa llamativa: Jesús jamás se fue al Templo a orar. No quiso eso. Prefirió irse al campo o al monte. A la naturaleza.
En todo caso, hay que pensar en la concentración total de Jesús en lo único
que él veía como decisivo; hacer las cosas como Dios quiere que se hagan, no según otras conveniencias o intereses (F. Bovon).

2.   Lo que Jesús hace, a la mañana siguiente, es elegir a los Doce, cuya lista
de nombres se indica.
Del conjunto del N. T. se deduce   claramente que no puede haber comunidades cristianas sin responsables (¿dirigentes?). Pero estos no se sitúan ni "sobre" la comunidad, ni -menos aún-   "frente a" la comunidad.   
La designación de los responsables, en el caso de Jesús, tuvo que ser él mismo quien los designó.  Pero no confundamos    el momento original fundante con lo que ha sucedido después.  Los Doce que designó Jesús no tuvieron una pervivencia institucional para siempre.   Sabemos que Judas lscariote se suicidó y fue sustituido por Matías (Hech 1, 15-26).
A partir de Pentecostés, se fueron muriendo, pero no fueron sustituidos.  La llamada "sucesión apostólica" tiene sus orígenes, por un proceso lento, desde finales del s. II. Y en cuanto a la forma de designación, durante diez siglos, se hizo
por elección democrática en la que participaba la comunidad.  Fue en el s.
XI (Gregorio VII) cuando el papado se   apropió el derecho de designar a los
obispos. 
Por lo demás, tanto en Mateo como   en Lucas, la enseñanza de Jesús se presenta precedida de un sumario de curaciones de enfermos y alivio de
sufrimientos y dolencias.

3.   Mientras que el evangelio de Mateo sitúa el sermón programático de
Jesús en un "monte" (Mt 5, 1), Lucas lo pone en un "llano" (Lc 6, 17). Es discutible esta distinta ubicación, pero no es indiferente. Mientras que el monte, en
la Biblia, indica el lugar del encuentro con Dios, Lucas habla de un llano, lugar
del trabajo y de la convivencia.
Por lo demás, tanto en Mateo como en Lucas, la enseñanza de Jesús se presenta   precedida de un sumario de curaciones de
enfermos y alivio de sufrimientos y dolencias.
El Evangelio "ilumina la mente", pero antes que eso "remedia el dolor" humano. Ambas cosas tendrían que ir siempre unidas en la actividad apostólica y pastoral de la Iglesia.

San Nicolás de Tolentino



En Tolentino, del Piceno, en Italia, san Nicolás, presbítero, religioso de la Orden de Ermitaños de San Agustín, que, fraile de rigurosa penitencia y oración asidua, severo consigo y comprensivo con los demás, se autoimponía muchas veces la penitencia de los otros.

Vida de San Nicolás de Tolentino

Nació en 1245 en Fermo (Italia). La mayor parte de su vida la pasó en el convento agustino de Tolentino, cerca del lugar donde nació.
El hecho de su nacimiento fue una gracia del Santo Nicolás de Bari a sus padres, Compañón y Amada, que no se resignaban a tener, año tras año, vacío su hogar; de ahí que agradecidos al santo lo nombraran Nicolás.
Recibió las sagradas Órdenes en el año 1269. Aunque predicaba con el ejemplo, las buenas prendas de predicador le llevaron de un lado a otro. Tuvo visión de las almas del Purgatorio que solicitaban sufragios. Guía de almas muy estimado, llamaba al concurrido confesonario "el lecho de los moribundos" y siempre estuvo dispuesto a dar el perdón de los pecados, imponiendo penitencias suaves mientras él se reservaba completarlas después en su cuarto. Dormía en jergón de paja y tenía como cubierta sólo su manto. Flagelaba su carne con ásperos instrumentos, reconociendo sus huellas, después de muerto, los notarios. También, como al Cura de Ars, le maltrató el Demonio muchas veces, apaleándole, causándole heridas y dejándolo finalmente cojo. Lo mejor de las limosnas que recibía lo daba a los pobres. Los últimos años de su vida fueron de mucha enfermedad y aún así, ayudado por un hermano y apoyado en una muleta, curó de su parálisis a un enfermo con una bendición. Durante varios días, un meteoro luminoso que alumbraba a todo Tolentino predijo su muerte... y su gloria en los días últimos de su vida. Una vez muerto, el agua con que lavaron sus manos se conservó limpia y curandera. Célebre fue, más que otros, la resurrección de la joven de Fermo. La reliquia de su brazo ha derramado sangre más de dos docenas de veces.
Resalta en esta vida ejemplar, tan llena de amor de Dios y dedicación a los hombres, el apoyo fontal que para él fue la Eucaristía. Se preparaba para la Misa con el dolor de los pecados y la confesión sacramental incluso diaria. Refieren los testigos tanto religiosos como laicos que no dejó de celebrar la Santa Misa aún con los achaques de la enfermedad, repetidas veces se acercaba apoyado en un bastón y otras, llevado en volandas, a peso.
Confortado con el Viático, murió en el 1305.

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