jueves, 26 de marzo de 2020

Párate un momento: El Evangelio del dia 27 DE MARZO – VIERNES – 4 – SEMANA DE CUARESMA – A – Stª – LIDIA





27 DE MARZO – VIERNES –
4 – SEMANA DE CUARESMA – A –
Stª – LIDIA

Lectura del libro de la Sabiduría (2,1a.12-22):

SE decían los impíos, razonando equivocadamente:
«Acechemos al justo, que nos resulta fastidioso: se opone a nuestro modo de actuar, nos reprocha las faltas contra la ley
y nos reprende contra la educación recibida; presume de conocer a Dios y se llama a sí mismo hijo de Dios.
Es un reproche contra nuestros criterios, su sola presencia nos resulta insoportable.
Lleva una vida distinta de todos los demás y va por caminos diferentes.
Nos considera moneda falsa
y nos esquiva como a impuros.
Proclama dichoso el destino de los justos, y presume de tener por padre a Dios.
Veamos si es verdad Jo que dice, comprobando cómo es su muerte.
Si el justo es hijo de Dios, él lo auxiliará y lo librará de las manos de sus enemigos.
Lo someteremos a ultrajes y torturas, para conocer su temple y comprobar su resistencia.
Lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues, según dice, Dios lo salvará».
Así discurren, pero se equivocan, pues los ciega su maldad.
Desconocen los misterios de Dios, no esperan el premio de la santidad, ni creen en la recompensa de una vida intachable.

Palabra de Dios

Salmo: 33,17-18.19-20,21.23

R/. El Señor está cerca de los atribulados

V/. El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias. R/.

V/. El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor. R/.

V/. Él cuida de todos sus huesos,
y ni uno solo se quebrará.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él. R/.

Lectura del santo evangelio según san Juan (7,1-2.10.25-30):

EN aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas.
Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.
Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron:
«¿No es este el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que este es el Mesías? Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene».
Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó:
«A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado».
Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.

Palabra del Señor

1.  La fiesta de los Campamentos (o de las Chozas) se celebraba en otoño, cuando los campesinos habían terminado de recoger la vendimia.  Era una fiesta de agricultores que daban gracias a Dios por la cosecha. Duraba una semana y a ella acudía mucha gente. Pero lo más importante era la fuerte carga religiosa que se vivía esos días que servían para excitar las esperanzas mesiánicas del judaísmo (Lv 23, 33-36; Zac14,16.19; 9, 9).
Si a Jesús se le veía como una posible promesa o una amenaza, se comprende  que acudiera a la fiesta clandestinamente.

2.  Tiene que ser fuerte sentirse vigilado, controlado y amenazado de muerte. Jesús sabía que lo iban a matar. En tales condiciones, acudir a una fiesta tan nacionalista y de tanta exaltación religiosa era evidentemente correr un riesgo. Podía pasar cualquier cosa.
Jesús tuvo que echarle valor a aquel viaje. Pero no se dejó dominar por el miedo. Subió a Jerusalén, se fue derecho al Templo y allí se puso a hablar e incluso a gritar. Y gritó de tal manera que intentaron matarlo entonces mismo. Pudo escapar porque no le había llegado su hora.

3.  Para hablar de Dios, como lo hizo Jesús, hay que ser muy libre. Y tener valor para vencer el miedo. Y es que hablar de Dios, como se debe hablar, es un asunto muy peligroso.
Hablar del "Dios" que les conviene a los poderes de este mundo es una cosa que da poder y prestigio.
Hablar del Dios que cuestiona a esos poderes, sobre todo al poder y a los intereses de los hombres de la religión, es peligroso, en ello se juega uno hasta la misma vida.

Stª – LIDIA


Martirologio Romano: Conmemoración de santa Lidia de Tiatira, vendedora de púrpura, que fue la primera que creyó en el Evangelio en Filipos, en Macedonia, cuando lo predicó el apóstol san Pablo (s. I).
Ser el primero en hacer algo es un modo seguro de hacer que tu nombre figure en el libro de los récords. La primera persona en dar la vuelta al globo. La primera persona en correr la milla en menos de tres minutos. La primera persona en llegar al Polo Sur. Lidia también fue una de las primeras. Su familia fue la primera en Europa en convertirse al cristianismo y ser bautizada.
Lidia era una comerciante de púrpuras. Eso podría no significar mucho para nosotros hoy en día, pero en el siglo primero eso significaba que era una mujer muy rica. Dado que el tinte de la púrpura se extraía con muchas dificultades de cierto molusco, sólo una elite podía permitirse tener telas teñidas de ese color. Una mercader que vendiera ese tinte tan extremadamente costoso era rica, se mirase como se mirase.
La riqueza se cita a menudo como uno de los principales obstáculos al crecimiento espiritual.
Se nos advierte que "es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Reino de los Cielos". Eso no significa, sin embargo, que ser pobre te haga mejor automáticamente. Una persona pobre que acumula unas pocas posesiones no es mejor que una persona rica que acumula muchas. No hay indicaciones de que Lidia abandonara su negocio tras convertirse al cristianismo. Pero hay muchas pruebas de que utilizó su fortuna sabiamente.
Entendió que el valor real de la riqueza reside en el modo en que la usas, no en cuánto tienes.

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