2 DE MARZO – LUNES –
1 – SEMANA DE CUARESMA – A –
Lectura
del libro del Levítico (19,1-2.11-18):
EL Señor habló así a Moisés:
«Di a la comunidad de los hijos de Israel:
“Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo.
No robaréis ni defraudaréis ni os
engañaréis unos a otros.
No juraréis en falso por mi nombre, profanando el nombre de tu Dios. Yo soy
el Señor.
No explotarás a tu prójimo ni le robarás. No dormirá contigo hasta la
mañana siguiente el jornal del obrero.
No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezo al ciego. Teme a tu Dios. Yo soy
el Señor.
No daréis sentencias injustas. No serás parcial ni por favorecer al pobre
ni por honrar al rico. Juzga con justicia a tu prójimo.
No andarás difamando a tu gente, ni declararás en falso contra la vida de
tu prójimo. Yo soy el Señor.
No odiarás de corazón a tu hermano, pero reprenderás a tu prójimo, para que
no cargues tú con su pecado.
No te vengarás de los hijos de tu pueblo ni les guardarás rencor, sino que
amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor”».
Palabra de Dios
Salmo:
18,8.9.10.15
R/.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida
V/. La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes. R/.
V/. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.
V/. El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son
verdaderos
y enteramente justos. R/.
V/. Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi
corazón,
Señor, Roca mía, Redentor mío. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (25,31-46):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él,
se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las
naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las
cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para
vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber,
fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me
visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.
Entonces los justos le contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos
de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te
vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”.
Y el rey les dirá:
“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis
hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.
Entonces dirá a los de su izquierda:
“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y
sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me
disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me
vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”.
Entonces también estos contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o
enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”.
Él les replicará:
“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños,
tampoco lo hicisteis conmigo”.
Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».
Palabra del Señor
1. Vivimos en tiempos y en condiciones que nos
obligan a pensar a fondo el contenido de este relato. Porque lo que queda más
claro, en este texto impresionante, es que Dios está presente en cada ser
humano, sea quien sea, viva como viva, esté donde esté.
Nunca ponderaremos
bastante que la
originalidad y la singularidad del cristianismo
consiste en que afirma su fe
en que Dios se ha fundido y confundido con el ser
humano. De forma que, los creemos en
Dios, no podemos vivir de manera que tengamos más respeto a un templo, a un
objeto sagrado o a una imagen de madera, que a la verdadera y única imagen viva
del Dios vivo: el ser humano.
No acabamos de
entender — y menos aún, de vivir— que donde real y verdaderamente está Dios es
en cada ser humano, sea quien sea, piense lo que piense, venga de donde venga, viva donde viva o tenga la
religión que tenga.
2. Pero el texto de este evangelio concreta
más: no se fija solo en el ser humano,
sino que precisa más y centra la atención en el ser humano que sufre. de donde surge
una pregunta inquietante:
¿por qué somos más respetuosos ante la hermosura de
una "imagen sagrada" que ante la fealdad de una "persona
humana"?
En Semana Santa nos
extasiamos ante las espléndidas imágenes de la pasión de Cristo, al tiempo que
nos alejamos o queremos echar de nuestra tierra a los inmigrantes que nos
resultan desagradables.
3. ¿Por qué somos
más sensibles a lo sagrado que a lo humano?
Mientras no
tengamos esto resuelto, no somos cristianos. Seremos, por supuesto, muy
religiosos. Pero no cristianos.
A fin de cuentas,
"lo humano" es "lo profano" (según las teorías de la
sociología de las religiones). Y, como es lógico, "lo profano" se
tiene que supeditar a "lo sagrado". Esto es el veneno mortal de la fe
en Jesús y su Evangelio.
San Simplicio, papa
Vida de San
Simplicio, papa
Natural de Tívoli, en el campo de Roma. Es hijo de Castino. Le vemos
formando parte del clero romano y sucediendo al papa san Hilario en la Sede de
Roma, en marzo del año 467.
Le toca vivir y ser Supremo Pastor en un tiempo difícil por la herejía y la
calamidad dentro de la Iglesia que aparece como inundada por el error. En
Occidente, Odaco se ha hecho dueño de Italia y es arriano como los godos en las
Galias, los de España y los vándalos en África; el panorama no es muy
consolador, no. Los ingleses aún están en el paganismo. Para Oriente no van
mejor las cosas, aunque con otros tonos, en cuanto a la vida de fe: el
emperador Zenón y el tirano Basílico favorecen la herejía de Eutiques; los
Patriarcas han resultado ambiciosos de poder y las sedes patriarcales son una
deseada presa más que un centro de irradiación cristiana. ¡Lamentable estado
general de la Iglesia que está necesitando un buen timonel!
El nuevo papa adopta en su pontificado una actitud fundamental: atiende
preferente al clero. Procura su reforma, detectando el error y proponiendo el
remedio con la verdad sin condescendencias que lo acaricien; muestra
perseverancia firme y tesón férreo cuando debe reprimir la ambición de los
altos eclesiásticos.
Modera la Iglesia que está en Oriente siendo un muro de contención frente a
las ambiciones de poder y dominio que muestra Acacio, Patriarca de
Constantinopla, cuando pretendía los derechos de Alejandría y Antioquía. No
cedió a las pretensiones del usurpador Timoteo Eluro, ni a las del intruso
Pedro el Tintorero. Defendió la elección canónica de Juan Tabenas como
Patriarca de Alejandría frente a las presiones de Pedro Mingo protegido por el
emperador Zenón.
Gobierna la Iglesia que está en Occidente mandando cartas a otro Zenón
-obispo de Sevilla-, encargándole rectitud y alabando su dedicación permanente
a la familia cristiana que tiene encomendada. También escribe a Juan, Obispo de
Rávena, en el 482, con motivo de ordenaciones ilícitas: «Quien abusa de su
poder -le dice- merece perderle». En el año 475 manda a los obispos galos
Florencio y Severo corregir a Gaudencio y privar del ejercicio episcopal a los
que ordenó ilícitamente al tiempo que da orientaciones para distribuir los bienes
de la Iglesia y evitar abusos.
En su diócesis de Roma se comporta como modelo episcopal, entregándose al
cuidado de sus fieles como si no tuviera en sus hombros a la Iglesia Universal.
Aquí cuida especialmente la instrucción religiosa de los fieles, facilita la
distribución de limosnas entre los más pobres y dicta normas para atender
primordialmente la administración del bautismo. Aún tuvo tiempo para dedicar el
primer templo en el occidente a San Andrés, el hermano del apóstol Pedro, iuxta
sanctam Mariam o iuxta Praesepe, sobre el monte Esquilino.
También convocó un concilio para explicitar la fe ante los errores que había
difundido Eutiques, equivocándose en la inteligencia de la verdad, pues, en su
monofisismo, sólo admitía en Cristo la naturaleza divina con lo que se llegaba
a negar la Redención.
Los datos exactos de su óbito no están aun perfectamente esclarecidos, si
bien se conoce que fue en el mes de Febrero del año 483. Sus reliquias se
conservan en Tívoli.
Los contemporáneos del santo conocieron bien la austeridad de su vida y su
constante oración hasta el punto de afirmar que rezó como un monje y se
mortificó como un solitario del desierto. Sin esos medios su labor de servicio
a la Iglesia hubiera resultado imposible.
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