25 - DE
AGOSTO – MIERCOLES –
21ª – SEMANA DEL T. O. – B –
San José de Calasanz
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (2,9-13):
Recordad,
hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle
gravoso a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios. Vosotros sois
testigos, y Dios también, de lo leal, recto e irreprochable que fue nuestro
proceder con vosotros, los creyentes; sabéis perfectamente que tratamos con
cada uno de vosotros personalmente, como un padre con sus hijos, animándoos con
tono suave y enérgico a vivir como se merece Dios, que os ha llamado a su reino
y gloria.
Ésa es la razón por la
que no cesarnos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios,
que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en
verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros, los
creyentes.
Palabra de
Dios
Salmo: 138,7-8.9-10.11-12ab
R/. Señor, tú me sondeas y
me conoces
¿Adónde
iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R/.
Si vuelo
hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha. R/.
Si digo:
«Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día. R/.
Lectura del santo evangelio
según san Mateo (23,27-32):
En aquel
tiempo, habló Jesús diciendo:
«¡Ay de vosotros,
escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados!
Por fuera tienen buena
apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo
vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de
hipocresía y crímenes.
¡Ay de vosotros,
escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y
ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo:
"¡Si hubiéramos
vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el
asesinato de los profetas”! Con esto
atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los
profetas.
¡Colmad también
vosotros la medida de vuestros padres!»
Palabra del
Señor
1.
La comparación de los fariseos con los sepulcros aparece dos veces en los
evangelios. En Lc 11, 44 y en Mt 23, 27.
Pero la comparación, en un caso y el otro, se utiliza en sentido completamente
inverso (U. Luz).
En Lucas, se trata de sepulcros que ni se
ven, ni se notan. Mientras que, en Mateo, son sepulcros adornados y "con
buena apariencia". En cualquier caso, los sepulcros contienen un contraste
tremendo: son bellos por fuera y están llenos de muerte y podredumbre por
dentro. En esto consiste la hipocresía de los hombres de la religión: una cosa
es lo que se ve en ellos; y otra cosa la realidad que viven dentro. En gente
así, es imposible la transparencia.
-
¿Quién se fía de tales personas?
-
¿Qué credibilidad pueden tener?
2.
La segunda denuncia que se hace en este texto, se refiere al asesinato
de los profetas. En tiempo de Jesús existía la convicción de que Israel
persiguió y hasta asesinó a los profetas (Mc 12, 1-9; Lc 13, 31-33). Y existían
listas de los profetas que habían sido víctimas de la persecución: Isaías,
Jeremías, Ezequiel, Miqueas, Amós, Zacarías (Vit. Proph. II; J. Jeremias). Así
fue el destino de hombres que fueron libres, que no se callaron ante las
injusticias que se cometían contra el pueblo y las infidelidades a lo que Dios
quería.
Por otra parte, es evidente que honrar la
memoria de quienes dieron su vida por pacificar y humanizar este mundo, es lo
mismo que condenar a quienes fueron los asesinos de los inocentes y honrados.
Un pueblo honrado borra de su memoria a
quienes fueron agentes de violencia y opresión.
Esto también es parte esencial del Evangelio.
San José de Calasanz
José de Calasanz
nació en Peralta de la Sal, un pequeño pueblo situado en la actual provincia de
Huesca, en 1557. Con doce años, José deja su pueblo para estudiar en el colegio
de los padres Trinitarios de Estadilla, a unos 20 Km. Al cumplir los catorce años,
José de Calasanz manifiesta la decisión de hacerse sacerdote. Su entrega, su
generosidad, su anhelo por ayudar a los demás, van unidos a una fuerte y
vivencial fe en Dios, aumentada por el ejemplo y la educación recibida por
parte de su familia.
Terminados sus
estudios eclesiásticos, José es ordenado sacerdote en 1583, a los 25 años.
Aconsejado por el obispo de Urgell, Andrés Capilla, Calasanz se va a Roma en
1592. Antes de cumplir los 6 años de su estancia en Roma, el río Tíber, se
desborda, provocando la más catastrófica inundación del siglo. Como resultado
de ésta, centenares de familias pobres quedaron sin techo, sin alimentos y hay
más de dos mil muertos. Calasanz, con gran integridad, trabaja infatigablemente
en la operación de ayuda a los afectados.
Se integra en Roma
en las denominadas Cofradías, asociaciones que se dedicaban a la caridad.
Calasanz encontrará junto a los necesitados, a los niños. Con el tiempo, los
niños pobres de aquellos barrios romanos se convertirán en su principal punto
de atención.
Fruto de este
descubrimiento, comienza a pensar en crear una escuela gratuita abierta a todos
los niños, especialmente a los más necesitados. No todos a los que les propuso
la idea la vieron con buenos ojos. Y entonces decide lanzarse solo a la aventura.
Y hacia 1597, en la sacristía de una iglesia que solía visitar, Santa Dorotea,
en el Trastévere romano, comienza la primera escuela gratuita de Europa.
Al principio los
alumnos no eran muchos, con el tiempo la idea se fue dando a conocer y con la
ayuda de sacerdotes y algunos laicos, con el dinero que le dan unos y otros,
las escuelas fueron creciendo. La Iglesia de San Pantaleón se convertirá en la
primera escuela estable de Calasanz. La primera escuela cristiana, popular y
gratuita.
Calasanz nunca volvió
a su tierra. Se quedó definitivamente en Roma hasta su muerte en 1648. Y desde
allí su obra ha ido esparciéndose por todo el mundo.
Calasanz es un
ejemplo de vida que muchos jóvenes -hombres y mujeres- han seguido y siguen aún
hoy. Su festividad se celebra el 25 de agosto.
Pensamiento
espiritual y pedagógico
La larga vida de
San José de Calasanz ocupa prácticamente la segunda mitad del siglo XVI y toda
la primera parte del XVII. Persona abierta a la realidad circundante, recibió
el impacto de las ideas y problemas que le rodeaban, y con su compromiso
personal, contribuyó al progreso de las ideas y a la solución de los problemas.
Se puede afirmar que, junto con otros de sus contemporáneos, fue protagonista
-aunque poco conocido- de la transición del renacimiento a la modernidad.
En la formación
espiritual de Calasanz mucho influyeron las corrientes renovadoras del siglo
XVI en España, personificadas en algunos autores ascéticos y místicos como Juan
de Ávila y Teresa de Jesús.
Fue precisamente a
partir de la dedicación de Calasanz a la educación de los hijos de las clases
populares en Roma, en los años de transición del siglo XVI al XVII, cuando fue
elaborando de modo explícito su pensamiento pedagógico, fruto de su personal
itinerario espiritual y social. Precedentemente algunos pensadores humanistas
como Juan Luis Vives, Erasmo y el mismo Lutero habían teorizado sobre la
educación de niños y jóvenes. En diversos escritos fundacionales, Calasanz hace
un planteamiento teórico claro de lo que pretende con la obra iniciada:
contribuir a la reforma de la sociedad y a la felicidad temporal y eterna de
las personas, educando a los niños en la fe cristiana y en las letras humanas,
por medio de escuelas pías, es decir, populares y cristianas.
Esta filosofía fue
llevada a la práctica por Calasanz durante cincuenta años hasta su muerte Y
organizó no menos de treinta colegios en diversos estados europeos, dotándolos
de educadores preparados, estructuras adecuadas y reglamentos escritos por él
mismo. Para Calasanz, la figura del educador es elemento fundamental en la
consecución de los objetivos pedagógicos y sociales de su obra.
En su persona
confluyen una vocación religiosa y una vocación educativa que se integran en
una identidad propia.
El pensamiento
espiritual y pedagógico de San José de Calasanz, y la práctica de la misma
propuesta a sus primeros compañeros en Roma al comenzar el siglo XVII, dio
origen en la Iglesia a una espiritualidad pedagógica y a una pedagogía
espiritual de rasgos característicos que son una de las primeras
manifestaciones modernas.
Fuente: escolapiosalgemesi.es/san-jose-de-calasanz
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