31 - DE AGOSTO – MARTES –
22ª –
SEMANA DEL T. O. – B –
Beato
Enrique Vidaurreta Palma
Lectura de la primera carta del
apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (5,1-6.9-11):
En lo
referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os
escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la
noche.
Cuando estén diciendo:
«Paz y seguridad», entonces, de
improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está
encinta, y no podrán escapar.
Pero vosotros, hermanos, no vivís en
tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois
hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas.
Así, pues, no durmamos como los demás,
sino estemos vigilantes y despejados.
Porque Dios no nos ha destinado al
castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo; él
murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con él. Por eso,
animaos mutuamente y ayudaos unos a otros a crecer, como ya lo hacéis.
Palabra de Dios
Salmo: 26,1.4.13-14
R/. Espero gozar de la dicha del Señor en el
país de la vida
El Señor es mi
luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.
Una cosa pido
al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.
Espero gozar
de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.
Lectura del santo evangelio según
san Lucas (4,31-37):
En aquel
tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la
gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía
un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces:
«¿Qué quieres de nosotros, Jesús
Nazareno?
¿Has venido a acabar con nosotros?
Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús le intimó:
«¡Cierra la boca y sal!»
El demonio tiró al hombre por tierra en
medio de la gente, pero salió sin hacerle daño.
Todos comentaban estupefactos:
«¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con
autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen.»
Noticias de él iban llegando a todos los
lugares de la comarca.
Palabra del Señor
1. Jesús fue un carismático
itinerante, nunca instalado, siempre libre. De forma
que, desde esa nueva forma de vida, se dedicó por entero a presentar una
nueva
imagen de Dios, la imagen del Dios presente en "lo humano", en
todo cuanto es realización plena de la condición humana. Y se entregó de lleno
a cuestionar la "religión" de ritos y cultos sagrados, tal como se
practicaba en Israel. Y por eso, se entregó a luchar contra todo lo que
deshumaniza a los seres humanos: el sufrimiento en todas sus formas, las
desigualdades, las relaciones humanas rotas o amenazadas, las desgracias de los
peor tratados por la vida. En esto consistió el proyecto de Jesús. Y esta fue
la religiosidad que vivió y enseñó Jesús.
2. Por eso, después del
incidente de Nazaret (Lc 4, 16-30), Jesús se fue a
Cafarnaúm y allí empieza a poner en práctica su proyecto. Allí expulsa
demonios (Lc 4, 31-37) y cura a los enfermos (Lc 38-44).
En esto se manifestó la
"autoridad" y el "poder" de Jesús.
Jesús no vino a enseñar ni una
"doctrina", ni a practicar una "religión". Jesús vino a
"humanizar" este mundo tan deshumanizado.
3. Y esto es lo que explica
por qué Jesús "conectó" tan rápidamente con el
pueblo, con la gente, sobre todo con la gente más necesitada de todo lo que
él
precisamente ofrecía. Al tiempo que el mismo Jesús "sufrió el
enfrentamiento"
de todos los que esperaban, deseaban y querían a toda costa más orden, más
religión, más poder, más autoridad, más dinero...
Por más que todo eso aumentara la
deshumanización que ya soportamos en este mundo tan mal organizado.
Beato Enrique Vidaurreta Palma
Enrique
Vidaurreta Palma (Antequera, 10 de octubre de 1896 – 31 de agosto de 1936.
Fue mártir de la persecución religiosa durante la Guerra Civil
española y beatificado en Roma el 28 de octubre de 2007 junto a 498 mártires
del siglo XX en España.
Su padre, Enrique Vidaurreta
Carrillo, Teniente de Navío de la Armada Española, murió en el buque Oquendo
durante la batalla de Santiago de Cuba en la Guerra contra los Estados Unidos
en 1898, quedando el joven Enrique y su hermano mayor Santiago bajo el cuidado
de su madre Purificación Palma González del Pino.
Los dos hijos estudiaron en el colegio de San Estanislao, de El Palo
(Málaga), regentado por los jesuitas, donde es nombrado Prefecto de la
Congregación Mariana. Terminados los estudios de bachillerato, su madre se
trasladó a Madrid para que sus hijos continuasen los estudios superiores.
Enrique ingresó en el seminario diocesano, donde estuvo dos años como alumno
externo. Pensaba hacerse jesuita, pero cambió de opinión después de hablar con
el obispo malagueño Manuel González.
Terminados los estudios eclesiásticos fue ordenado de diácono el 21
de diciembre de 1918 y de presbítero el 14 de junio de 1919, ambas órdenes
conferidas en la capilla de seminario conciliar de Madrid por el obispo de
Madrid-Alcalá, Prudencio Melo Alcaide. Celebró la primera misa en la iglesia de
San Francisco o de San Zoilo, de Antequera el 24 de junio de 1919.
Posteriormente se le nombró capellán del asilo de San Manuel, en Málaga, donde
trabajo en la administración de El Granito de arena, con los sacerdotes Pablo
González Domínguez y Emilio Cabello.
Comenzó a actuar en el seminario de Málaga a raíz de la marcha de los
josefinos en 1920. Fue prefecto de disciplina de mayores y posteriormente
vicerrector. El obispo diocesano Beato Manuel González García hizo construir de
nueva planta el seminario diocesano en 1923. Don Enrique fue nombrado rector
del seminario en 1929 y a través de los años fue profesor de varias materias
filosóficas y teológicas. A causa de su formación musical se encargaba de los
ensayos de la música litúrgica y de preparar a los seminaristas en el espíritu
litúrgico y canto gregoriano.
El 18 de julio de 1936, al
producirse el levantamiento militar, Enrique Vidaurreta estaba en el seminario
haciendo ejercicios espirituales con un grupo de sacerdotes. El día 21 se
produce el asalto al seminario por un grupo de milicianos, Enrique Vidaurreta
se presentó ante ellos diciendo que todos los que allí estaban eran sacerdotes,
inmediatamente fueron detenidos y bajados por la fuerza al cuartel de Capuchinos
donde permanecieron 24 horas. El 22 pasaron a la comisaría del Gobierno Civil y
de allí a la Cárcel Provincial donde fueron asignados a la brigada 5ª que era
el dormitorio destinado a los eclesiásticos. Allí rezaban el rosario, hacían
meditación y lectura espiritual. Tenían dos o tres breviarios que se pasaban
unos a otros. Hubo varias sacas de presos ajusticiados.
La noche
del 30 al 31 de agosto a eso de la 5 de la mañana, a la voz de “Arriba
canallas”, entraron unos milicianos preguntando que quienes eran, a lo que
respondieron que sacerdotes. A esta respuesta indicaron que salieran fuera.
Entre los señalados estaba Don Francisco Palomo; Don Enrique intercede por él
diciéndoles que estaba enfermo. El miliciano no hizo caso, sino que dio a Enrique
Vidaurreta un empujón y lo metió en el grupo de los señalados para morir. Según
testimonios de los presentes, poco después se oyeron descargas y a la mañana
siguiente los mismos oficiales de prisiones confirmaron que los habían ido
matando por el camino hasta el cementerio de San Rafael y que todo el camino
estaba sembrado de cadáveres.
Don
Enrique y los demás fallecidos el día 31 de agosto fueron enterrados en una
fosa común en el cementerio de San Rafael. Exhumados en 1940 y 1941, los restos
de Don Enrique fueron reconocidos porque en el bolsillo tenia el Epitome de
Moral. Se los trasladó a la catedral de Málaga. Ahora reposan en la Capilla de
los Mártires, donde hay 2100 nichos, los restos del Beato Enrique reposa en uno
de ellos. Se realizó su proceso diocesano en Málaga de 1964 a 1967 juntamente
con cuatro agustinos y el diacono Juan Duarte.
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