3 – DE ABRIL
- LUNES –
LUNES SANTO – A
SAN SIXTO – I
Lectura del libro de Isaías (42,1-7):
Así dice el
Señor:
«Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi
elegido, en quien me complazco. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la
justicia a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La
caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará. Manifestará la
justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará, hasta implantar la justicia en
el país. En su ley esperan las islas.
Esto dice el Señor, Dios, que crea y
despliega los cielos, consolidó la tierra con su vegetación, da el respiro al
pueblo que la habita y el aliento a quienes caminan por ella:
«Yo, el Señor, te he llamado en mi
justicia, te cogí de la mano, te he formé e hice de ti alianza de un pueblo y
luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los
cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan en tinieblas».
Palabra de Dios
Salmo: 26,1.2.3.13-14
R/. El Señor es mi luz y mi salvación
El Señor es la
defensa de mí vida,
¿Quién me hará temblar? R.
Cuando me
asaltan los malvados
para devorar mi carne, ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y
caen. R.
Si un ejército
acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo. R.
Espero gozar
de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.
Lectura del santo evangelio según san Juan
(12,1-11):
Seis días
antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había
resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y
Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de
perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los
enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos,
el que lo iba a entregar, dice:
«¿Por qué no se ha vendido este perfume
por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».
Esto lo dijo, no porque le importasen
los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo
que iban echando.
Jesús dijo:
- «Déjala; lo tenía guardado para el día
de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí
no siempre me tenéis».
Una muchedumbre de judíos se enteró de
que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al
que había resucitado de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos
judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Palabra del Señor
1. Hay dos maneras de relacionarse
con la religión y, en general, con las experiencias religiosas:
1) Para expresar, mediante gestos
simbólicos y poéticos, los sentimientos más hondos y más nobles del ser humano.
2) Para utilizar la religión (y las
experiencias que conlleva) en provecho propio.
La primera manera manifiesta la belleza
de lo más noble que hay en nosotros. La segunda pone en evidencia lo más
detestable que tenemos (y ocultamos) los mortales.
2. María, perfumando los pies
de Jesús con esencia de nardo, del bueno y del caro, expresaba el amor más
bello y más noble, el sentimiento más sublime, del que se habla en la Biblia:
los encantos del esposo y de la esposa (Cant 1, 12. 14; 5, 1. 5).
Judas, invocando la ayuda a los pobres,
para disimular su ambición por el dinero, pone al descubierto la bajeza
vergonzosa del que se sirve del sufrimiento humano para enriquecerse sin pudor.
3. Da pena pensar cómo y
hasta qué punto estas dos maneras de relacionarse con la religión siguen
teniendo actualidad.
La primera, la más noble y la más
hermosa, la hemos mezclado y hasta la hemos confundido con la relación
puramente erótica. Y hemos olvidado, no solo el Cantar de los Cantares y la
espléndida experiencia mística que en él se dibuja, sino hasta lo que ya
intuyeron los griegos cuando, en las Bacanales de Eurípides, el coro entona un
himno al dios Dioniso en el que "la felicidad de la bacanal" conduce
a "poner las almas en común" (M. Daraki).
La belleza y el goce nos unen a los
humanos. Por el contrario, la seducción del dinero se disfraza de
ideas sociales (saqueando, por ejemplo, a cualquier ONG) o atesorando joyas y
vanidades en la ornamentación de sagrarios, altares y capillas, por poner otro
ejemplo.
¡Qué peligrosa es la religión!
El Evangelio, sin embargo, hace brotar
en nosotros los sentimientos de mayor humanidad. Lo que, entre otras
cosas, representa que el Evangelio hecho vida nos humaniza. Nos hace
profundamente humanos.
4.
Seis días antes de la Pascua ofrecieron a Jesús una cena en Betania
expresándole el afecto que le tenían. Allí había resucitado a Lázaro,
resurrección distinta a la de Cristo pues Lázaro volverá a morir. En plena
celebración, María realiza un gesto que hoy, al igual que Judas, corremos el
riesgo de juzgar desproporcionado. Trescientos denarios era el salario que un
trabajador del campo podía ganar en todo un año. Es como si en aquella libra de
perfume María hubiera ido acumulando cada día su amor por Jesús. Decía san
Bernardo que podemos parecernos a Dios en el amor, si lo amamos con todo el
corazón.
El gesto de María derramando perfume
sobre los pies del Señor nos invita a venerar con respeto y cariño la humanidad
de Jesús, que se nos sigue acercando sacramentalmente en la Eucaristía y
reclama nuestra atención en los pobres y necesitados. Así podemos encontrarnos
con Jesús, que ha vencido a la muerte con el sacrificio de su cuerpo pero que
no permanece ajeno al sufrimiento que hay en el mundo. Judas no pudo entenderlo
porque redujo la acción de María al ponerle precio. Pero ¡qué importa cuánto
costara aquella libra de perfume! Su valor apunta a otro –esta vez infinito–
que será el Espíritu Santo. Quienes acojan la unción que viene de lo alto
podrán vivir según el Corazón de Jesús y a su alrededor se difundirá el amor
que Dios nos tiene.
VII Papa
Martirologio Romano: En Roma, san Sixto I,
papa, que en tiempo del emperador Adriano rigió la Iglesia Romana, siendo el
sexto tras el bienaventurado Pedro (128).
Etimológicamente: Sixto = Aquel que es
listo, es de origen griego.
Biografía
El Papa San Sixto I (en los
documentos más antiguos se usa "Xystus" para los primeros tres papas
con ese nombre), sucedió a San Alejandro y fue sucedido por San Telesforo.
Según el “Catálogo Liberiano” de papas, fue
la cabeza de la Iglesia durante el reino de Adrián "a conulatu Nigri et
Aproniani usque Vero III et Ambibulo", es decir, desde 117 hasta 126. En
su “Chronicon” Eusebio usó un catálogo de papas distinto al que usó en su
“Historia ecclesiastica”; en su “Chronicon” dice que Sixto I ocupó la posición
de papa de 114 a 124, mientras que en su “Historia” menciona que fue papa de
114 a 128.
Todas las autoridades concuerdan en que la
duración de su papado fue de cerca de diez años.
Era Romano por nacimiento, y su padre se
llamaba Pastor. Según el "Liber Pontificalis", pasó las tres
ordenanzas siguientes:
1.- que no se le permita a
nadie excepto por los sacerdotes tocar los Vasos Sagrados
2.- que los obispos que han
sido convocados a la Santa Sede, no sean recibidos por su diócesis hasta que
presenten las Cartas Apostólicas
3.- que después del prefacio
en la Misa, el sacerdote recite el Sanctus junto con los fieles.
El “Catálogo Feliciano” de papas y las
varias martirologías lo titulan de mártir.
Fue enterrado en el Vaticano junto a la tumba
de San Pedro, y se dice que sus reliquias fueron transferidas a Alatri en 1132,
aunque O Jozzi sostiene que todavía están en la Basílica Vaticana. Butler
(Vidas de los Santos, 6 de Abril) dice que Clemente X le dio algunas de sus
reliquias al Cardenal de Retz, quien las puso en la Abadía de San Miguel en
Lorraine.
El Xystus a quien se conmemora en el Canon de
la Misa es Xystus II, no Xystus I.
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