miércoles, 26 de febrero de 2025

Párate un momento: El Evangelio del dia 1 - DE MARZO – SÁBADO – 7ª- SEMANA DE T.O. – C San David de Gales

 

 


 

1 - DE MARZO – SÁBADO –

7ª- SEMANA DE T.O. – C

San David de Gales

 

         Lectura del libro del Eclesiástico (17,1-13):

 

   EL Señor creó al ser humano de la tierra, y a ella lo hará volver de nuevo.

   Concedió a los humanos días contados y un tiempo fijo, y les dio autoridad sobre cuánto hay en la tierra.

   Los revistió de una fuerza como la suya y los hizo a su propia imagen.

Hizo que todo ser viviente los temiese, para que dominaran sobre fieras y aves.

   Discernimiento, lengua y ojos,

oídos y corazón les dio para pensar.

   Los llenó de ciencia y entendimiento, y les enseñó el bien y el mal.

  Puso su mirada en sus corazones, para mostrarles la grandeza de sus obras, y les concedió gloriarse por siempre de sus maravillas.

  Por eso alabarán su santo nombre, para contar la grandeza de sus obras.

  Puso delante de ellos la ciencia,

y les dejó en herencia una ley de vida.

  Estableció con ellos una alianza eterna, y les enseñó sus decretos.

Sus ojos vieron la grandeza de su gloria y sus oídos oyeron su voz gloriosa.

  Les dijo: «Guardaos de toda iniquidad», y les dio a cada uno preceptos acerca del prójimo.

  La conducta humana está siempre ante Dios, no puede ocultarse a sus ojos.

 

Palabra de Dios

 

  Salmo: 102,13-14.15-16.17-18a

 

  La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos

 

   Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por los que lo temen;

porque él conoce nuestra masa,

se acuerda de que somos barro. R/.

 

   Los días del hombre duran lo que la hierba, florecen como flor del campo, que el viento la roza, y ya no existe, su terreno no volverá a verla. R/.

 

  Pero la misericordia del Señor

dura desde siempre y por siempre,

para aquellos que lo temen;

su justicia pasa de hijos a nietos:

para los que guardan la alianza. R/.

 

 

      Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,13-16):

 

 En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban.

Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:

  «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».

 Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.

 

Palabra del Señor

 

 

  1.- Dios hizo al hombre a su propia imagen. Este pasaje del Eclesiástico tiene un paralelismo con la creación que se narra en el Génesis. Está empapado de una belleza extraordinaria; es una hermosa imagen llena de ternura y pasión de Dios por el ser humano, nuestra vida es una obra de arte, llena de infinito amor.

  El Señor derramó sin límites su amor, cuando creo al ser humano. Qué cierto es que en Él nos movemos, vivimos y existimos; somos su obra sublime al hacernos a su imagen y semejanza. No obstante, por la desobediencia de nuestros primeros padres, nosotros rechazamos este amor, cambiándolo por la avaricia y la soberbia de querer ser como Dios. Fuimos los autores del límite del tiempo: contado y fijo, fruto del pecado, Sin embargo, como la misericordia de Dios es infinita, nos dio autoridad sobre cuánto hay en la tierra, regalándonos muchos dones y privilegios, para que su gloria se manifieste en nosotros. Pero ¿realmente agradecemos al Señor todos los dones que nos ha otorgado, tanto materiales como espirituales? ¿Estamos convencidos de que esto es una realidad? No somos conscientes de que su mirada amorosa está constantemente puesta en nuestros corazones, ya que, sin su gracia, seríamos incapaces de alabarle, darle gracias y ser instrumentos de su amor, para el bien de los que nos rodean. Tenemos que grabar al “rojo vivo” en nuestros corazones, las actitudes más íntimas de Jesús, para poder identificarnos con Él y ser otros “Cristos” en la tierra, en medio del mundo.

 

  2.-  Aunque, en muchas circunstancias de la vida podamos tener la sensación de que el Señor no nos quiere o nos ha dejado solos, esto está muy lejos de la realidad, ya que, en este fragmento bíblico, nos recuerda que establece una alianza eterna, un pacto infinito, es decir, que, aunque nosotros fallemos, Él es fiel y constante en sus promesas. Por eso, debemos tener temor, no por considerar al Señor un tirano, sino por temer perderlo y no confiar plenamente en Él, amando al “dios” más cercano que tenemos: que es el prójimo. Y, ¿cómo podemos perder al Señor? Si no guardamos su Alianza. Sin Dios en nuestra vida, nos privamos de la esperanza futura en el encuentro con el Señor, es decir, sin él, no somos nada.

Él siente ternura por nosotros, que somos sus hijos, porque sabe que somos barro y nos perdona constantemente si nos arrepentimos de verdad, porque su amor es incondicional. ¡Qué locura, Dios mío! ¿Nos sentimos los primeros beneficiados de esta acción santificadora del Señor? ¿Qué más podemos pedirle? Debemos aprovechar este Año Jubilar, para discernir, escrutar y orar la Palabra de Dios y aplicarla a nuestro día a día.

 

   3.-  En este pasaje evangélico se percibe cómo el Señor ama, valora y defiende lo pequeño, lo frágil, lo que no cuenta, para anular lo que cuenta y lo identifica totalmente con el Reino de Dios.

  La mirada de Jesús es muy distinta que la de los discípulos, que en muchas ocasiones también es la nuestra, los cuales creen que el Reino de Dios es sólo para la gente fuerte, madura, importante, adulta, sin embargo, llama la atención que nuestro Señor se enfada con ellos, por su brusquedad y su poco tacto y delicadeza, al no ver que la inocencia, la candidez, la transparencia, el dejarse querer y a la vez dar cariño auténtico, son las llaves para entrar y ser parte del Reino de Dios.

  Los adultos hoy en día, la sociedad, e incluso la misma educación, están quitando la inocencia y el candor a los niños, que por naturaleza son inocentes, entonces, si se lo impedimos, ¿cómo podremos ser los adultos como ellos? ¿No será que tenemos que volver con sinceridad y sin doblez de corazón, nuestro pensar, ser y sentir a Jesucristo?

  ¿Cómo podemos ser parte de este Reino? Con la gracia de Dios, que va haciendo su obra en nuestras vidas y siendo dóciles y humildes a la acción santificadora del Espíritu Santo; experimentando el gozo de gustar y ver cuán bueno es el Señor, que es nuestro Camino, Verdad, Luz y Vida, teniendo la experiencia de un Dios Padre cercano, Amigo y familiar, que en Jesús somos sus hijos y hermanos entre nosotros. Que la luz de Cristo siga calentando, iluminando, guiando y dando sentido a nuestra vida y vocación.

 

San David de Gales

 



 
 

   Martirologio Romano: En Menevia, en Cambria, san David (o Dewi), obispo, que, imitando los ejemplos y virtudes de los Padres orientales, fundó un monasterio, del cual partieron muchos monjes que evangelizaron Cambria, Irlanda, Cornualles y Armórica (c. 601).

 

  Fecha de canonización: En el año 1120 por el Papa Calixto II.

 

  San David, o Dewi Sant, como se le conoce en idioma galés, es el santo patrono de Gales. Era un monje, abad y obispo celta que vivió durante el siglo VI. Fue arzobispo de Gales, y uno de los primeros santos que ayudaron a diseminar el cristianismo entre las tribus celtas paganas del oeste de las islas británicas.

 

  Dewi nació cerca de Capel Non, en la costa suroriental de Gales, cerca de lo que ahora es la ciudad de Sain Dewi. Estudió en un monasterio de nombre Hen Fynyw.

 

  Dewi hizo muchos viajes como misionero por todo Gales, donde estableció varias iglesias. También viajó al sur y oeste de Inglaterra y Cornualles. Fundó un monasterio en Glyn Rhosyn en la ribera del pequeño Río Alun, donde actualmente se yergue la catedral de la ciudad de Saint David.

 

Existen muchas historias acerca de la vida de Dewi, pero tal vez la más conocida se dice que ocurrió en el Sínodo de Llanddewi Brefi. Estaban por decidir se Dewi se convertiría en arzobispo. Una multitud se congregó en el Sínodo y cuando Dewi se puso de pié para tomar la palabra, uno de los miembros de la congregación grito: "No podremos verlo ni oírlo". En ese momento, el piso se elevó hasta que todos podían verlo y oírlo. Así, no era de sorprender que pronto fuera nombrado arzobispo.

 

  Se dice que Dewi vivió más de 100 años, y generalmente se acepta que murió en al año 589. Las últimas palabras que dirigió a sus seguidores fueron en un sermón un domingo antes de su muerte. Según uno de sus biógrafos, Dewi les dijo: "Sean alegres y mantengan su fe y su credo. Hagan las pequeñas cosas que me han visto u oído hacer. Yo caminaré por la ruta que nuestros ancestros recorrieron antes que nosotros".

 

  "Hagan las pequeñas cosas" es una frase muy conocida en galés que ha sido la inspiración de muchos. Se dice que el martes 1 de marzo del año 589 el monasterio se llenó de ángeles y Cristo recibió su alma.

 

  Tal como se celebra en la actualidad, el Día de San David data del año 1120, cuando Dewi fue canonizado por el Papa Callactus Segundo, y el 1 de marzo quedó incluido en el calendario de la Iglesia.

 

  San David fue, y sigue siendo, una figura muy importante de Gales. El Día de San David es una gran celebración para Gales.

 

 

 

 

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