11 - DE
FEBERO – MARTES –
5ª-
SEMANA DE T.O. – C
Bienaventurada Virgen María de
Lourdes
Lectura del libro del Génesis (1,20–2,4a):
DIJO Dios:
«Bullan las aguas de seres vivientes, y
vuelen los pájaros sobre la tierra frente al firmamento del cielo».
Y creó Dios los grandes cetáceos y los seres
vivientes que se deslizan y que las aguas fueron produciendo según sus
especies, y las aves aladas según sus especies.
Y vio Dios que era bueno.
Luego los bendijo Dios, diciendo:
«Sed fecundos y multiplicaos, llenad las
aguas del mar; y que las aves se multipliquen en la tierra».
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día
quinto.
Dijo Dios:
«Produzca la tierra seres vivientes según sus
especies: ganados, reptiles y fieras según sus especies».
Y así fue.
E hizo Dios las fieras según sus especies,
los ganados según sus especies y los reptiles según sus especies.
Y vio Dios que era bueno.
Dijo Dios:
«Hagamos al hombre a nuestra imagen y
semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los
reptiles de la tierra».
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen
de Dios lo creó, varón y mujer los creó.
Dios los bendijo; y les dijo Dios:
«Sed fecundos y multiplicaos, llenad la
tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo y todos los
animales que se mueven sobre la tierra».
Y dijo Dios:
«Mirad, os entrego todas las hierbas que
engendran semilla sobre la superficie de la tierra y todos los árboles frutales
que engendran semilla: os servirán de alimento. Y la hierba verde servirá de
alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos
los reptiles de la tierra y a todo ser que respira».
Y así fue.
Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy
bueno.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día
sexto.
Así quedaron concluidos el cielo, la tierra y
todo el universo.
Y habiendo concluido el día séptimo la obra que había hecho, descansó el
día séptimo de toda la obra que había hecho.
Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró,
porque en él descansó de toda la obra que Dios había hecho cuando creó.
Esta es la historia del cielo y de la tierra
cuando fueron creados.
Palabra de Dios
Salmo: 8,4-5.6-7.8-9
Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la
tierra!
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el
hombre, para que te acuerdes de él, el ser
humano, para mirar por él? R/.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste
de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus
manos.
Todo lo sometiste bajo sus pies. R/.
Rebaños de ovejas y toros, y hasta las
bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar. R/.
Lectura del santo evangelio según
san Marcos (7,1-13):
EN aquel
tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de
Jerusalén; y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir,
sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin
lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus
mayores, y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se aferran a
otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas).
Y los fariseos y los escribas le preguntaron:
«Por qué no caminan tus discípulos según las
tradiciones de los mayores y comen el pan con manos impuras?».
Él les contestó:
«Bien profetizó Isaías de vosotros,
hipócritas, como está escrito:
“Este pueblo me honra con los labios, pero su
corazón está lejos de mí.
El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos
humanos”.
Dejáis a un
lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».
Y añadió:
«Anuláis el
mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: “Honra a tu
padre y a tu madre” y “el que maldiga a su padre o a su madre es reo de
muerte”. Pero vosotros decís: “Si uno le dice al padre o a la madre: los bienes
con que podría ayudarte son ‘corbán’, es decir, ofrenda sagrada”, ya no le
permitís hacer nada por su padre o por su madre; invalidando la palabra de Dios
con esa tradición que os transmitís; y hacéis otras muchas cosas semejantes».
Palabra del Señor
1.- En no
pocas ocasiones la tradición se coloca por encima de la fe, de la alabanza y de
la bendición de Dios. Incluso en la sociedad secular se entrecruzan tradiciones
que, sin arraigo en el pueblo, se alimentan justificando con alusiones a un
ámbito cultual más antiguo respecto a la cultura cristiana.
Estas alusiones pretenden ser una
pseudo-cultura efímera, ya que sólo se remite a ella cuando se quiere rechazar
la cultura cristiana. Una vez hecha la alusión o la referencia, queda relegada
al olvido. No permanece en la memoria de un pueblo.
No ocurre lo mismo con la cultura judía o
cristiana. Aunque con orientaciones diferentes, son religiones que alimentan
tradiciones muy antiguas arraigadas en el corazón del hombre.
Jesús, el Cristo, vive en una cultura judía y
se refiere a las tradiciones antiguas como la tradición de nuestros padres.
Muchos fariseos imponen tales tradiciones sustituyendo a Dios. Las tradiciones
no caminan solas. Tienen un origen, un desarrollo y un declive en el corazón
creyente del ser humano.
En un diálogo directo con sus congéneres les
hace ver que mantienen un culto vacío a tradiciones que ya no tienen sentido si
no avivan el amor y el verdadero encuentro con Dios. Si una tradición sustituye
a Dios, o es puesta por encima de Dios, se convierte en un culto vacío sin
contenido. Porque ya no tiene un verdadero y sincero arraigo en Dios.
2.- ¿De qué sirve la limpieza, o el
sacramento de la reconciliación, como prácticas sacramentales y sagradas, si no
alimenta el amor a mi hermano? Cuando vaciamos la fe del contenido del amor
estamos practicando una religión sin Dios. Un culto vacío. Jesús impregnó cada
palabra, cada gesto milagroso de la misericordia y compasión de Dios. No
podemos caminar a ciegas sin el contenido de la fe. Puesto que estaremos dando
tumbos sin un rumbo claro en el seguimiento de Cristo.
Bienaventurada Virgen María de Lourdes
Memoria de la Bienaventurada Virgen María
de Lourdes. Cuatro años después de la proclamación de su Inmaculada Concepción,
la Santísima Virgen se apareció en repetidas ocasiones a la humilde joven santa
María Bernarda Soubirous en los montes Pirineos, junto al río Gave, en la gruta
de Massabielle, de la población de Lourdes, y desde entonces aquel lugar es
frecuentado por muchos cristianos, que acuden devotamente a rezar.
Vida de Bienaventurada Virgen María de
Lourdes
Sucedió en las
cercanías de los Pirineos franceses. Fue un hecho impensado y nada previsto que
acabó revolucionando las conciencias y pasó con elegancia por encima de las
mentes un tanto cegatas para lo sobrenatural por la corriente racionalista y
anticlerical de aquellos franceses. El mismo día en que se celebraba en la
liturgia de la iglesia la fiesta de la Anunciación se reveló con la sencillez
de las cosas grandes que aquella aparición repetida tantas veces era nada menos
que la misma Virgen María. Sí, la visita era grandiosa por la dignidad y
asombrosa por lo inusitado. La muchacha que se afirmaba como vidente ni
siquiera sabía pronunciar bien el término "concepción" las primeras
veces y el dogma como tal hacía muy poco tiempo que se había proclamado en Roma
por el Papa. Pero Bernardita o Bernardette, que así se llamaba, refirió que la
aparición había dicho: "Yo soy la Inmaculada Concepción". La primera
aparición fue el 11 de febrero de 1858. Luego se fueron repitiendo hasta dieciocho
veces y no sin dificultades, burlas, expresiones altivas y otras cosas. Pues
buenos eran aquellos listillos escépticos, algunos bastante engreídos por los
conocimientos de las ciencias humanas. Hubo de superar aquella pobre analfabeta
y con poca salud, hija de una familia pobre arruinada y miserable en aquellos
días todas las trabas imaginables, incluidas las que puso la misma autoridad
eclesiástica. Pero lo que es documentación, hay toda y seria; examinada desde
todos los ángulos que puede contemplarse y someterse a crítica un documento que
pertenece a la Historia; declaraciones, procesos, dictámenes técnicos, pruebas,
cartas y réplicas. Las pruebas de los hechos están exhaustivamente estudiadas:
unas yerbas comidas, la tierra arañada, fuente que brota y gente curada; aluviones
imparables de gente con ganas de rezar y que tiene ansias de curación; junto a
algún iluminado y escéptico excéntrico, multitudes agradecidas y
enfervorizadas. Pidió la Señora que se le edificara una iglesia por lo pequeño,
capilla y se hiciera procesión. Los actos multitudinarios fueron varias veces
prohibidos y el recinto de la cueva cerrado; hasta que llegó la esposa del
almirante Bruat, institutriz de los hijos del emperador, coincidente en el día
con la que hizo el mismo polemista Luis Veuillot, y se pudo informar de modo
adecuado a Napoleón III que mandó levantar la prohibición. El obispo de Tarbes
inició el proceso que duró dos años, hasta que el 18 de enero de 1862, en carta
pastoral firmada por él afirmaba: "Juzgamos que la Inmaculada Virgen María,
Madre de Dios, se apareció realmente a Bernardetta Soubirous el 11 de febrero
de 1858 y días siguientes, en número de 18 veces, en la gruta de Massabielle,
cerca de la ciudad de Lourdes; que tal aparición contiene todas las
características de la verdad y que los fieles pueden creerla por cierto... Para
conformarnos con la voluntad de la Santísima Virgen, repetidas veces
manifestada en su aparición, nos proponemos levantar un santuario en los
terrenos de la gruta". Aún así hubo restricciones por parte de las
autoridades locales, pero trabajaron los arquitectos, las brigadas de obreros
se pusieron en marcha y el 18 de mayo de 1866 pudo consagrarse la cripta,
cimiento de la futura capilla. Comenzaron las peregrinaciones masivas y
organizadas en el 1873. En el 1876 se pudo consagrar la basílica.
La iglesia del Rosario, consagrada en
1901, se levanta para suplir las deficiencias de espacio de la primitiva
basílica, que pronto fueron palpables por la afluencia de peregrinos. En 1958,
consagra el cardenal Roncalli que más tarde será el papa Juan XXIII la basílica
subterránea dedicada a san Pío X; bien merecido porque este papa fue quien
extendió la devoción a toda la Iglesia. Lourdes es un sitio privilegiado para
la devoción cristiana. Oración, silencio para el recogimiento. Abundantes actos
de culto que facilitan la piedad. Muchos rosarios en las manos de los fieles
por los espacios descubiertos e iglesias. Gente enfervorizada de rodillas.
Culto público y multitudinario en tantas ocasiones para atender las necesidades
espirituales de los peregrinos que acuden en masa.
Vía Crucis o Chemin de la Croix que se
recorre entre empinadas pendientes con las estaciones de la Pasión para
facilitar seguir los principales momentos de Jesús sufriente por la humanidad.
Y dos actos cumbres diarios. La procesión con el Santísimo a primera hora de la
tarde, con filas de peregrinos y multitud de enfermos adorantes que reciben su
bendición entre súplicas, lágrimas y actos de fe ¡de esperanza! Porque de vez
en cuando pasa que lo que se pide se alcanza. Es el milagro que hace falta
probar, examinar, discutir, mirar y remirar hasta que se pueda publicar. La
procesión de antorchas por la noche. Cantos, honra, alabanzas en todos los
idiomas pronunciadas, unión de corazones en las avemarías del Rosario;
luminarias de fe.
¿Lo más grande? El enfermo, atendido,
asistido, y hasta mimado; los más tristes y desesperados casos se pueden ver en
cualquier rincón de Lourdes; perfectamente cuidados, llevados y traídos por un
generoso voluntariado internacional y multirracial que con delicadeza ve a otro
Cristo en el cuerpo a veces tan descompuesto de la camilla que empuja o
arrastra
¡Y lo más admirable! La humanidad
doliente atendida, esa que suplica salud para el cuerpo, está pletórica de
esperanza, de consuelo; se percibe a simple vista alegría en la aceptación de
la enfermedad, del sufrimiento. Limitación sosegada y alegre con dulce
resignación.
¿Más? Sí. No sería completo el panorama
descrito si no hubiera oportunidades para curar el alma. Igual que hay una
piscina para los cuerpos, por si a la Virgen Santísima le pareciera bien
devolver la salud, hay confesionarios para enjugar las almas, con la certeza
firme de obtener siempre el perdón solicitado en al sacramento de la
reconciliación; y abundan los huecos para los confesores, con facilidad para
idiomas... miles de perdones y gracias.
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