viernes, 29 de abril de 2016

Parate un momento: El evangelio del dia 2 DE MAYO - LUNES - 6ª ~ SEMANA DE PASCUA San Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia




2 DE MAYO - LUNES      -
6ª ~ SEMANA DE PASCUA
San Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia

       Evangelio según san Juan 15, 26-16, 4a

       En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
       “Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.  Os he hablado de esto, para que no se tambalee vuestra fe.  Os excomulgarán de la sinagoga, más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte, pensará que da culto a Dios.  Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.  Os he hablado de esto para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho”.

       1.   Jesús llega aquí al límite. Porque seguro que, a los testigos del Evangelio, los excomulgarán de las sinagogas.  Es decir, esos testigos de Jesús tendrán que pasar por la dura vergüenza de verse expulsados de los centros propios de la religión.  Y, lo que es más inconcebible, llegará el día en que a los testigos de Jesús se les matará, se les quitará la vida, “pensando que así es cómo se le da culto a Dios”.
       Es, literalmente, la ofrenda cultual a Dios, convertida en “culto asesino”. E l día del Corpus de 1534, el emperador Francisco 1, presidió la procesión del Santísimo por las calles de París; y con su propia mano fue prendiendo fuego a 25 hogueras en las que ardieron 25 herejes, para honrar así a su Divina Majestad.
       Semejante perversión brutal, se da a diario en pequeñas cosas cotidianas, con más frecuencia de lo que imaginamos.

       2.   La pregunta que hay que hacerse, delante de Dios, es cómo se explica que el culto a la divinidad se pueda convertir en un culto asesino contra la humanidad.
       Esta perversión puede llegar a matar.  Y ha llegado  —y sigue llegando— a eso.  Pero no hay que ir tan lejos.  Con frecuencia, en ambientes religiosos se cometen continuas agresiones contra las personas precisamente en nombre de Dios, con la presunta autoridad que viene de Dios, y para honrar a Dios.  ¿Qué explicación tiene eso?  Por definición, “lo divino” es indeciblemente superior a “lo humano”.  Por eso, nada tiene de extraño que nuestros intereses humanos, se camuflen bajo apariencia de una pretendida o presunta condición divina, para justificar lo que no nos atrevemos a reconocer en su auténtica realidad.

       3.   Estas conductas camufladas son las que provocan que mucha gente se sienta insegura en su fe, en su religiosidad o en su espiritualidad.  Para eso necesitamos el
“Paraklétos”,  un término que el evangelio de Juan utiliza para designar al Espíritu de Dios (14, 26; cf. 14, 16; 15, 26; 16, 7-11) (F. Porsch). Y que significa el “defensor”, el uabogado”.
       El Espíritu no viene a este mundo para elegir papas, designar cardenales, iluminar conductas turbias, etc.  Nada de eso.  El Espíritu viene al mundo como defensor de los que buscan a Dios.  Para defenderlos de los engaños que el hecho religioso, en sí y por su propia condición, nos inocula, como si se tratase de un virus que pervierte nuestras conductas, sin que nos demos cuenta de las barbaridades que hacemos “en nombre de Dios”.

San Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia

Nació en Egipto, Alejandría, en el año 295. Estudió derecho y teología. Se retiró por algún tiempo a la vida solitaria, haciendo amistad con los ermitaños del desierto. Regresando a la ciudad, se dedicó totalmente al servicio de Dios.
En su tiempo, Arrio, clérigo de Alejandría, propagaba la herejía de que Cristo no era Dios por naturaleza. Para enfrentarlo se celebró el primero de los ecuménicos, en Nicea, ciudad del Asia Menor. Atanasio, que era entonces diácono, acompañó a este concilio a Alejandro, obispo de Alejandría. Con doctrina recta y gran valor sostuvo la verdad católica y refutó a los herejes. El concilió excomulgó a Arrio y condenó su doctrina arriana.
Pocos meses después de terminado el concilio murió san Alejandro y Atanasio fue elegido patriarca de Alejandría. Los arrianos no dejaron de perseguirlo hasta que lo desterraron de la ciudad e incluso de Oriente. Cuando la autoridad civil quiso obligarlo a que recibiera de nuevo a Arrio en la Iglesia a Arrio a pesar de que este se mantenía en la herejía, Atanasio, cumpliendo con gran valor su deber, rechazó tal propuesta y perseveró en su negativa, a pesar de que el emperador Constantino, en 336, lo desterró a Tréveris.
Durante dos años permaneció Atanasio en esta ciudad, al cabo de los cuales, al morir Constantino, pudo regresar a Alejandría entre el júbilo de la población. Inmediatamente renovó con energía la lucha contra los arrianos y por segunda vez, en 342, sufrió el destierro que lo condujo a Roma.
Ocho años más tarde se encontraba de nuevo en Alejandría con la satisfacción de haber mantenido en alto la verdad de la doctrina católica. Pero sus adversarios enviaron un batallón para prenderlo. Providencialmente, Atanasio logró escapar y refugiarse en el desierto de Egipto, donde le dieron asilo durante seis años los anacoretas, hasta que pudo volver a reintegrarse a su sede episcopal; pero a los cuatros meses tuvo que huir de nuevo. Después de un cuarto retorno, se vio obligado, en el año 362, a huir por quinta vez. Finalmente, pasada aquella furia, pudo vivir en paz en su sede.


Falleció el 2 de mayo del año 373. Escribió numerosas obras.

Párate un momento:El evangelio del dia 1 de Mayo – Domingo 6ª – Semana de Pascua – C



1 de Mayo – Domingo
6ª – Semana de Pascua – C

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (15,1-2.22-29):

En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia. Los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron entonces elegir algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé.
Eligieron a Judas Barsabá y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y les entregaron esta carta: «Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos del paganismo. Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alarmado e inquietado con sus palabras.
Hemos decidido, por unanimidad, elegir algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han dedicado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. En vista de esto, mandamos a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación. Haréis bien en apartaros de todo esto. Salud.»

Salmo 66,2-3.5.6.8

R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos,    
       que todos los pueblos te alaben

*         El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R/.

*         Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R/.

*         Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga;
que le teman hasta los confines del orbe. R/.

Lectura del libro del Apocalipsis (21,10-14.21-23):

El ángel me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios.  Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido.  Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel.  A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas.  La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero. Santuario no vi ninguno, porque es su santuario el Señor Dios todopoderoso y el Cordero.  La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero.

Evangelio según san Juan 14,23-29),

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.    
El que no me ama no guardará mis palabras.
Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo.
Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde.
Me habéis oído decir:
 "Me voy y vuelvo a vuestro lado."
Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo.
Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.»

LA PAZ EN LA IGLESIA
      
1.   En el evangelio de Juan podemos leer un conjunto de discursos en los que Jesús se va despidiendo de sus discípulos.  Los comentaristas lo llaman "El Discurso de despedida".   En él se respira una atmósfera muy especial: los discípulos tienen miedo a quedarse sin su Maestro; Jesús, por su parte, les insiste en que, a pesar de su partida, nunca sentirán su ausencia.
Hasta cinco veces les repite que podrán contar con «el Espíritu Santo».
Él los defenderá, pues los mantendrá fieles a su mensaje y a su proyecto.      Por eso lo llama «Espíritu de la verdad». En un momento determinado, Jesús les explica mejor cuál será su quehacer: «El Defensor, el Espíritu Santo... será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho». Este Espíritu será la memoria viva de Jesús.

2.   El horizonte que ofrece a sus discípulos es grandioso.  De Jesús nacerá un gran movimiento espiritual de discípulos y discípulas que le seguirán defendidos por el Espíritu Santo.  Se mantendrán en su verdad, pues ese Espíritu les irá enseñando todo lo que Jesús les ha ido comunicando por los caminos de Galilea.  Él los defenderá en el futuro de la turbación y de la cobardía.
Jesús desea que capten bien lo que significará para ellos el Espíritu de la verdad y Defensor de su comunidad: «Os estoy dejando la paz; os estoy dando la paz».  No sólo les desea la paz.  Les regala su paz.  Si viven guiados por el Espíritu, recordando y guardando sus palabras, conocerán la paz.
No es una paz cualquiera.  Es su paz.  Por eso les dice: «No os la doy yo como la da el mundo».  La paz de Jesús no se construye con estrategias inspiradas en la mentira o en la injusticia, sino actuando con el Espíritu de la verdad.  Han de reafirmarse en él: «Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde».

3.   En estos tiempos difíciles de desprestigio y turbación que estamos sufriendo en la Iglesia, sería un grave error pretender ahora defender nuestra credibilidad y autoridad moral actuando sin el Espíritu de la verdad prometido por Jesús.  El miedo seguirá penetrando en el cristianismo si buscamos asentar nuestra seguridad y nuestra paz alejándonos del camino trazado por él.
No es difícil señalar algunos rasgos de la persona que lleva en su interior la paz de Cristo.  Busca siempre el bien de todos, no excluye a nadie, respeta las diferencias, no alimenta la agresión, fomenta lo que une, nunca lo que nos enfrenta.
¿Qué estamos aportando hoy desde la Iglesia de Jesús? ¿Concordia o división? ¿Reconciliación o enfrentamiento?
Y si los seguidores de Jesús no llevan paz en su corazón,  ¿qué es lo que llevan?  ¿Miedos, intereses, ambiciones, irresponsabilidad?
Cuando en la Iglesia se pierde la paz, no es posible recuperarla de cualquier manera ni sirve cualquier estrategia.  Con el corazón lleno de resentimiento y ceguera no es posible introducir la paz de Jesús.  Es necesario convertirnos humildemente a su verdad, movilizar todas nuestras fuerzas para desandar caminos equivocados, y dejarnos guiar por el Espíritu que animó la vida entera de Jesús.



Párate un momento: El Evangelio del día 30 DE ABRIL – SÁBADO – 5ª ~ SEMANA DE PASCUA ~ C San Pío ~ V, papa






30 DE ABRIL – SÁBADO –
5ª ~ SEMANA DE PASCUA ~ C
San Pío ~ V, papa

       Evangelio según san Juan 15, 18-21

       En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
       “Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros.  Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.
       Recordad lo que os dije:
       “No es el siervo más que su amo.  Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi Palabra, también guardarán la vuestra.  Y todo esto lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió”.

       1.   Aunque no se entienda a primera vista, el hecho es que quien ama a todos los humanos, y los ama siempre, por eso mismo se hace objeto y motivo de odio.
       Jesús les dejó a sus seguidores el extraño “mandamiento del amor a todos”.   Y ahora nos damos cuenta de que quien toma eso en serio y, por tanto, ama a todos de verdad, por eso mismo se hace motivo y objeto de odio.  ¿Por qué?  ¿Cómo se explica que el amor sin restricciones genere el odio y la persecución?

       2.   Amar a todos los humanos.  Y amarlos con todas sus consecuencias, es una opción en la vida, que lleva derechamente a tener que soportar el odio de muchos.
       ¿Por qué? Porque el amor universal no soporta las desigualdades, los sufrimientos, las humillaciones, las privaciones de los derechos fundamentales de las personas.
       El mandato de Jesús sobre el amor universal lleva consigo tener que soportar el odio, la persecución y la violencia de los más poderosos, de los más ricos, de los causantes del sufrimiento y las desigualdades.  
       Amar a todos es ponerse de parte de quienes son menos apreciados, menos valorados, menos queridos.
       Por más extraño que parezca, lo que menos quieren los causantes del sufrimiento es que haya personas que creen seriamente en el Evangelio.   Y personas, sobre todo, que están dispuestas a aplicar las exigencias del Evangelio en la sociedad y en la vida de todos y para todos.

       3.   Todo esto supuesto, una de las consecuencias más duras, que se siguen de este evangelio, es que la Iglesia y los hombres de Iglesia no han tomado en serio el Evangelio.   Cuando la Iglesia se ve bien aceptada en la sociedad, aceptada, pagada y privilegiada por los poderes públicos, tiene que preguntarse cómo y por qué es tan aceptada por quienes causan tanto dolor a los más débiles, a los más ignorantes, a los pobres y a los “sin papeles”.        Cuando la Iglesia es privilegiada en la sociedad, eso nos está diciendo a gritos que no ama a quienes más sufren en la sociedad y no son atendidos debidamente por quienes privilegian a obispos, curas, frailes y monjas.
       Los poderes (políticos y económicos) que privilegian a la Iglesia no hacen eso por amor a la Iglesia.  Lo hacen para taparle la boca a la Iglesia. 
       ¿Por qué la Iglesia, en casi toda Europa, se ha callado en los duros años de la crisis económica?   Solo con Cáritas, no se resuelve el sufrimiento de los más desamparados.  ¿No lo vemos claro?

San Pío ~ V, papa

Antonio Ghislieri nace el 17 de enero de 1504 en Alessandría (Italia), Hijo de Pablo Ghislieri y Dominica Augeria. En 1521, a sus diecisiete años, profesa en la Orden de Predicadores, en Vigevano, tomando el nombre de Miguel. Realiza su "currículum" filosófico - teológico en Bolonia. Posteriormente cumple el ministerio de Lector de Filosofía y de Teología en Pavía.
A los cuarenta y siete años, en 1551 es llamado a Roma por Julio III y designado Comisario General del Santo Oficio, donde trabaja por la difusión y la pureza de la fe. Pablo IV le nombra obispo de Sutri y Nepi en 1556, y cardenal en 1557. El mismo Pablo IV, en 1560, le traslada a Mondovi (Piamonte), diócesis que se encuentra en lamentable estado, donde se empeña por acercarla al Evangelio de Jesucristo.
Descubierto por San Carlos Borromeo, el cardenal fray Miguel Ghislieri es elegido Papa en 1566 a los sesenta y dos años de edad. No es un príncipe, sino un asceta el que la Orden de Santo Domingo presta al papado de Roma. Pío V - así se llamará- lleva el estilo de la Orden a la Curia Romana. El nuevo Papa ofrece a la Iglesia el Breviario y Misal Romanos para que alimente su oración: también se esfuerza por confirmar a toda la Iglesia en la misma fe. Así publica el "Catecismo" del Concilio de Trento, llamado "Catecismo Romano"
Su corazón se inquieta frente a las nuevas situaciones pastorales. Por una parte, mundos recientemente descubiertos que es necesario evangelizar; y por otra, países protestantes que comienzan a nacer. A fin de abordar tales problemas crea dos congregaciones cardenalicias que serán base de la posterior Sagrada Congregación "De Propaganda Fide" (creada en 1622). Proclama a Tomás de Aquino "Doctor de la Iglesia" e impulsa la "Opera Omnia" conocida como "Piana".
Se esfuerza por hacer coincidir la sociedad terrena con el Reino de Dios. Ve destrucción y muerte sobre Europa con la inminente invasión de los otomanos. Por eso, propicia entre los príncipes la liga de España y Venecia para detenerlos. Se alcanza la victoria en Lepanto el día 7 de octubre de 1571, mientras el Papa se encuentra en oración a María, la Madre de Dios, en su devoción al rosario; por ello instituye para este día la fiesta con el título de Nuestra Señora de la Victoria que en 1573 se denominará "del Rosario".
San Pio V murió santamente en Roma el 1 de mayo de 1572, a sus sesenta y ocho años y siete de papado. Beatificado por Clemente X, fue canonizado por Clemente XI el 22 de mayo de 1721. Su cuerpo se venera en la capilla del Santísimo Sacramento de la basílica romana de Santa María la Mayor.



jueves, 28 de abril de 2016

Párate un momento: El Evangelio del dia 29 de Abril ~ VIERNES ~ 5ª ~ SEMANA DE PASCUA ~ C Santa Catalina de Siena, patrona de Europa



29 de Abril ~ VIERNES ~
5ª ~ SEMANA DE PASCUA ~ C
Santa Catalina de Siena, patrona de Europa

       Evangelio según san Juan 15,12-17

       En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
       Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
       Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.  Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor; a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.  No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os ha elegido, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.  De modo que lo que le pidáis al Padre en mi nombre, os lo dé.  
       Esto os mando:
       que os améis unos a otros”.

       1.   Este evangelio es la continuación inmediata del anterior.  No solo porque está
(en el texto de Juan) inmediatamente después. Sino sobre todo porque es la aplicación (y la consecuencia) que el mismo Jesús deduce de lo que ha dicho antes.
       En el evangelio de ayer veíamos que Jesús afirma su cualidad, única e irrepetible, de ser, él mismo, el revelador de Dios.  Allí nos dice Jesús “cómo” es Dios.  Ahora nos explica “lo que” Dios quiere de nosotros.  Y lo que Dios quiere —lo único que quiere— es que nos amemos, como Jesús nos amó.  
       Esta insistencia en el cariño mutuo es la prueba más clara de la importancia central que Jesús le concede a este asunto.  
       Jesús no habló nunca de temas que han cobrado una importancia enorme en la Iglesia: la obediencia al papa y a los obispos, la observancia de los rituales y ceremonias, la ortodoxia en las creencias y doctrinas teológicas, la honestidad en las buenas costumbres.  
       Todo eso es secundario. Lo central entre los humanos es lo único que es central en Dios y en Jesús: el cariño mutuo, la bondad sin límites, el respeto y la tolerancia con todos.  Sin eso no puede haber amor.

       2.   Es fácil, es incluso necesario, amar a quien nos quiere o simplemente a quien nos cae bien y con quien sintonizamos espontáneamente.  
       Lo duro, lo difícil, es amar al “otro sin más”. Es decir, querer al que me resulta indiferente y no digamos si me es desagradable, insoportable.  
       Por no hablar de los casos límite en que se trata de amar al que me odia y me ha hecho mucho daño.  
       En estos casos nos preguntamos: ¿qué es amar a los demás?  ¿Puedo yo querer al que sé que no me quiere?  ¿Puedo tener amor al que sé que me tiene odio y habla mal de mí o me desprecia?
       Este es el problema.

       3.   No es fácil saber si esto tiene solución. Una solución que nos tranquilice en la conciencia.  Por lo menos, hay algunas cosas que, en cualquier caso, se deberían tener muy claras.  Y además nos pueden ayudar:
       1) Nunca odiar a nadie.  2) Amar no es necesaria mente tener sentimientos de sintonía, simpatía, complacencia en la otra persona.   3) Amar es respetar.   4) Amar es tolerar en los demás.  5) Amar es ser transparente, es decir, proceder siempre con claridad.   6) Amar es ayudar, si es que eso está a mi alcance.  7) Amar es actuar de forma que el otro pueda estar seguro de que yo nunca le haré daño, de la forma que sea.  
       Estas siete cosas las podemos hacer todos. Y con todos.

Santa Catalina de Siena, patrona de Europa

Catalina Benincasa nace en Siena, Italia, el 25 de Marzo de 1347, hija de Jacomo Benincasa y Lapa Santa Catalina de SienaPiacenti, penúltima de veinticinco hermanos. En 1364, a los diecisiete años, se incorpora a la Orden de Predicadores abrazando la profesión de los consejos evangélicos en el mundo, según el espíritu de Santo Domingo.
Toma conciencia de que la contemplación en soledad es estéril si no se abre a Dios y al prójimo y opta por una soledad interior fecunda, guiada por los pasos de la Pasión de Cristo. Cristo crucificado la esclarece los caminos y la impulsa al amor a los pobres y enfermos. Así sirve con cariño y constancia a dos mujeres, una leprosa y otra apestada que, en lugar de agradecer a Dios los beneficios, se dedican a difamarla.
Crea un grupo de reflexión: "la bella brigata", compuesto por amigos, laicos y hermanos predicadores. Entre ellos hay notables, pintores, nobles. En el grupo se confrontan las grandes tendencias de la época con el Evangelio de Jesucristo y se especifican compromisos; porque, según Catalina, "el hombre no vive de flores, sino de frutos". Ella viene a ser la guía espiritual y la "mamma".
Escribe al Papa Gregorio XI, a eclesiásticos, religiosos, religiosas, y a muchos laicos, entre ellos al rey de Francia, a la reina de Nápoles, a príncipes y a diversas autoridades. Autora de importantes obras de espiritualidad, corona su producción literaria con el "Diálogo", las "Oraciones" y las "Cartas".
Su tiempo se caracteriza por rencores y convulsiones políticas. Pero Catalina une a su contemplación en el mundo, una gran destreza para las negociaciones políticas y un talento de hombre de estado.
En 1376, a sus 29 años, los florentinos la nombran embajadora ante el Papa, y por eso emprende viaje a Avignón. Se entrevista con Gregorio XI y consigue la reconciliación de la República de Florencia con la Santa Sede. En seguida intenta persuadir al Papa para que retorne a Roma. Lo logra meses después , en enero de 1377. Cuando el Papa entre en Roma, ella se encuentra en Siena. Gregorio XI muere en 1378 y Catalina se establece en Roma. Allí se empeña en la movilización de la ciudad eterna y de otras ciudades en apoyo al Papa de Roma, Urbano VI, sucesor de Gregorio XI.
Catalina muere en Roma el 29 de abril de 1380, a la edad de treinta y tres años. Pío II la canoniza en 1461, y el cuatro de noviembre de 1970 es declarada Doctora de la Iglesia por Pablo VI. Su magisterio carismático es un don de Dios a la Iglesia y a la humanidad. Fue sepultada en la basílica dominicana de Santa María sopra Minerva.


miércoles, 27 de abril de 2016

Párate un momento: El evangelio del día 28 DE ABRIL – JUEVES – 5ª ~ SEMANA DE PASCUA – C San Pedro Chanel, presbítero




28 DE ABRIL – JUEVES –
5ª ~ SEMANA DE PASCUA – C
San Pedro Chanel, presbítero

       Evangelio según san Juan 15, 9-11

       En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
       “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo: permaneced en mi amor.  
       Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
       Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud”.

       1.   Lo más íntimo de una persona es la relación de amor que tiene con otra. Hablar de esta relación con claridad y seguridad es el indicador más patente de que las personas, así relacionadas (por amor), se conocen mutuamente hasta el fondo de su ser y de sus vidas.
        Pues bien, si Jesús afirma sin titubeos que entre el Padre y él existe esa identidad, ese mutuo conocimiento, eso quiere decir que Jesús conoce al Padre, o sea a Dios, hasta lo más íntimo, hasta el fondo.  Jesús, al decir esto, estaba asegurando que Dios y él se conocían mutuamente hasta los detalles más profundos. Es exactamente lo mismo que, mucho antes, había dicho la fuente Q en los evangelios de Mateo y Lucas (Mt 11, 27; Lc 10, 22).

       2.   ¿Qué quiere decir esto?  Jesús es conocible para nosotros.  Porque somos humanos, como humano era él.  Dios no es conocible para nosotros.  Porque Dios es “trascendente” y no está a nuestro alcance.
       Por tanto, si Jesús conocía así a Dios y podía hablar así de Dios, lo más seguro que eso nos está diciendo es que Jesús nos revela a
Dios.  Y que, en Jesús, conocemos a Dios.  Aquí, y en esto, radica la importancia insustituible de los evangelios.  En esos relatos, aparentemente tan sencillos,  se contiene la teología más profunda sobre Dios.  La teología que nunca se nos podría haber ocurrido a los mortales.  En la vida, en las costumbres, en los hechos y en las palabras de Jesús, nos habla Dios, se nos da a conocer Dios mismo.
       Jesús es el revelador de Dios. Como es también la revelación de Dios.

       3.   Seguramente nunca hemos pensado detenidamente las consecuencias enormes que entraña esta manera de entender el contenido de los evangelios.  Porque sin ellos  —y según la tradición cristiana—  no podríamos conocer a Dios.  Es decir, no podríamos saber quién es Dios ni cómo es Dios.  Solamente podríamos hacer “representaciones” humanas de Dios. Que es lo que en realidad hacen los teólogos, los clérigos y todos los que van por la vida explicando a Dios, sin saber lo que explican, ni entender de lo que dicen que saben.
       Los evangelios tienen que ser el punto de partida de la teología.  Porque de Dios solo podemos saber lo que sabemos de Jesús.
       “La divinidad se revela en una persona, hijo del hombre e hijo de Dios.  La deidad deja de ser inalcanzable cuando la vida y muerte de Jesús son la mediación para llegar a ella” (Juan A. Estrada).

San Pedro Chanel, presbítero



Pedro Chanel nació en un pueblo francés llamado Cuet, diócesis de Lyon, el 12 de julio de 1803, en el seno de una familia acomodada. Hizo la Primera Comunión a los 15 años y entonces sintió la vocación misionera. Dos años después entró en el seminario. En 1823 quiso acompañar a un profesor suyo, que partía hacia las misiones de América del Norte, junto con otros dos compañeros de estudios, pero no fue posible porque aún le faltaba un año de filosofía.
Pedro fue ordenado sacerdote en 1827 y pidió a su Obispo que lo enviara a las misiones. El Obispo le respondió que su diócesis estaba tan necesitada de evangelización que podía empezar siendo misionero en su propia tierra.
Hacia 1830 se unió a un grupo de sacerdotes con vocación misionera. Formaban la Sociedad de María, o Maristas. A finales de 1836 partió hacia la Polinesia un grupo de maristas en el que figuraba el Padre Pedro Chanel. Por el camino se dividieron en dos grupos, y el Padre Pedro y otro hermano desembarcaron en Futuna el 12 de noviembre de 1837. La isla se hallaba dominada por dos tribus que siempre estaban guerreando. No conocían el cristianismo y había allí un comerciante inglés que estimulaba la beligerancia de los nativos. Pronto estalló una guerra y el rey de la tribu vencedora obligó a los misioneros a vivir cerca de su casa para tenerlos bien vigilados. Pese a todo, Pedro se las arregló para predicar y empezó a convertir a los nativos. En febrero de 1839 un huracán arrasó la isla y las dos tribus firmaron una tregua; pero en agosto la rompieron y una tribu casi aniquiló a la otra en una matanza sin precedentes.
El rey vencedor acabó creyendo que aquellos cristianos estaban introduciendo supersticiones que molestaban a sus propios dioses y decidió acabar con el Padre Pedro. El 28 de abril de 1841, un grupo capitaneado por Musumusu, yerno del rey, fue a buscar a Pedro; lo sacaron de su cabaña y Musumusu le abrió la cabeza de un hachazo. Pedro fue beatificado en 1889 y proclamado mártir y Patrón de Oceanía en 1954.



martes, 26 de abril de 2016

Párate un momento: El Evangelio del día 27 DE ABRIL - MIÉRCOLES –C 5ª ~ SEMANA DE PASCUA Santa Zita, virgen




27 DE ABRIL - MIÉRCOLES –C
5ª ~ SEMANA DE PASCUA
Santa Zita, virgen


       
        Evangelio según san Juan 15, 1-8

       En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
       “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador.  A todo sarmiento mío que no da fruto, lo arranca y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.  Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí y yo en vosotros.  Como el sarmiento no puede dar fruto por si,  si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.      Yo soy la vid, vosotros los sarmientos: el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante porque sin mí no podéis hacer nada.  Al que no permanece en mi, lo tiran fuera como el sarmiento, y se seca: luego los recogen y los echan al fuego, y arden.  Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que deseáis, y se realizará.  Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos”.

       1.   La vida se mantiene y subsiste porque la tierra produce “frutos”. Por eso hay una correlación necesaria, indispensable, entre los “frutos” y la “vida”.  De manera que, como explica Jesús en el sermón del monte, por el fruto se ve la autenticidad del árbol o de la planta (Mt 7, 16 par; Lc 6, 44; Mt 7, 17...), lo que es acentuado por el mismo Jesús, en Mt 7, 21 ss.  
       La calidad de cada persona se ve por los resultados que produce en su vida.  Hay gente que se pasa la vida consumiendo los frutos que otros producen.  Como hay personas que rinden más de lo que uno se puede imaginar. La insistencia del N. T. en el tema de los “frutos” es la prueba más clara de que el centro del cristianismo está en la vida, ante todo, en “esta vida”.

       2.   Con frecuencia, lo que dice Jesús sobre la vid y los sarmientos, con el fruto que se ha de esperar, se aplica a la vida espiritual, la gracia santificante o a otros temas teológicos, que son sin duda importantes y a los que nunca prestaremos la debida atención.  Pero hay algo previo a todo eso que nunca deberíamos olvidar.  Se trata de la “productividad” en el trabajo, en la vida en general.  Es conocido el tema de Max Weber cuando explica cómo la propia “profesión” se debe vivir como la “vocación” a la que Dios llama a cada cual.  Está fuera de duda que los países del Norte de Europa, de matriz protestante, han fomentado una religiosidad que les ha llevado a entender la propia profesión como la vocación, mientras que los países del Sur de Europa, más condicionados por la tradición católica, han derivado la religiosidad hacia las prácticas de piedad y ritos sacramentales.  El resultado ha sido el contraste entre la riqueza de los países del Norte y la pobreza de los países del Sur.  Las consecuencias que estamos palpando en la actual crisis económica están a la vista de todos.
      
       3.   Sin duda alguna, tenemos que repensar cómo y hasta qué punto nuestra fe cristiana influye en nuestra productividad, en los frutos que damos, para que este mundo sea más habitable y en él haya menos sufrimiento.
        La responsabilidad laboral, profesional, ciudadana, hasta en la honradez de nuestra ética económica, todo eso, entra de lleno en la meditación de la vid y los sarmientos.  Una persona que no se afana por hacer este mundo más habitable, más rico para todos, más igualitario, más abundante, no puede ser un creyente en Jesús.

Santa Zita, virgen

                                     Patrona de las sirvientas domésticas.

Santa Zita nació en Lucca, Italia, en 1218, de una familia campesina pobre, pero muy piadosa.
A los 12 años, a causa de la pobreza de la familia tuvo que emplearse de sirvienta en una familia rica. Para mantener a su familia, a los doce años de edad se hizo sirvienta de los Fatinelli, una familia rica de Lucca, y les sirvió el resto de su vida, por 48 años.
Desde pequeña demostró un gran amor para con todos, especialmente los pobres y abandonados. Esto no agradaba mucho a la familia Fatinelli. Pero el Señor intervino. En una ocasión, Zita fue a servir a un necesitado dejando momentáneamente su trabajo en la cocina. Otros sirvientes se lo dijeron a la familia Fatinelli, pero cuando ésta fue a la cocina a investigar encontró a ángeles haciendo su trabajo. Desde aquel día le permitieron más libertad para servir a los pobres. No por eso cesaron las burlas y los ataques de los otros sirvientes.
Una vez que el hambre azotó la ciudad, Zita tenía la costumbre de repartir todo lo suyo, incluso su comida, con los pobres. Pero la necesidad era muy grande, por lo que repartió la despensa de granos de la familia con los pobres. Cuando la familia fue a investigar encontró la despensa repleta. Fueron muchos los incidentes milagrosos de su vida. Cuando le quedaba un día libre, lo empleaba en visitar pobres, enfermos y presos, en ayudar a los condenados a muerte.
Estuvo 48 años de sirvienta, demostrando que en cualquier oficio y profesión que sea del agrado de Dios, se puede llegar a una gran santidad.
Zita tenía particular devoción por los prisioneros condenados a muerte.
Murió el 27 de abril de 1278, a los 60 años, e inmediatamente su culto se propagó especialmente en Palermo, Sicilia, otras partes de Italia e Inglaterra.
Fueron tantos los milagros que se obraron por su intercesión que el Papa Inocencio XII la declaró santa en 1696.



lunes, 25 de abril de 2016

PÁRATE UN MOMENTO: EVANGELIO DEL DÍA 26 de abril - Martes – 5º - Semana de Pascua – C San Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia.




26 de abril - Martes –
5º - Semana de Pascua – C
San Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia.

       Evangelio según san Juan 14, 27-31a

       En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
       “La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo.  Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. 
       Me habéis oído decir:  
       “Me voy y vuelvo a vuestro lado”.
       Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.  Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mi; pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me da, yo lo hago”.

       1.   ¿Por qué Jesús, al despedirse de sus discípulos y apóstoles, les pide que no se dejen dominar por el miedo?  ¿Por qué les dijo que no permitiesen que les temblara el corazón? Porque Jesús era consciente de que les estaba pidiendo algo que, para personas que se mueven en ambientes de creencias religiosas, son cosas que entrañan un enorme peligro.  Se trata del peligro que lleva consigo el hecho de desplazar la religión.  Sacar la religión del templo y ponerla en la calle, en la casa, en el lugar de trabajo, en las relaciones humanas con los demás.  Decir que el centro de la religión está en la ética, en la conducta, en la vida que cada cual lleva...  Todo eso no se puede hacer impunemente.  Porque cambia la vida.  Y convierte el kósmos (orden) en kaos (desorden).  Esto es muy peligroso.  Lo que esto representa es una auténtica amenaza.  Y un peligro muy serio.

       2.   Los discípulos soportaron el peligro y la amenaza mientras Jesús estuvo con ellos.  A juicio del evangelio de Juan, el miedo se convirtió en amenaza seria y fuerte el día que Jesús anuncio que se quitaba de en medio y los dejaba solos.  El problema de los discípulos no era simplemente que se quedaban sin la presencia y la cercanía de Jesús.  El problema más fuerte estuvo en que aquellos hombres eran conscientes de que les esperaba una vida que, antes o después, terminaría como terminó la vida del propio Jesús.  Esto es lo que muchos obispos no comprenden.  Ni muchos sacerdotes.  Ni la mayoría de los cristianos lo entendemos.  Esto es tremendo.  Pero es así. “Usamos” el cristianismo.  Pero “no vivimos” el cristianismo.  Nos va bien con la ortodoxia y la obediencia.  Con la misa del domingo.  Con el rezo de siempre y las costumbres de siempre. Con eso “nos apañamos”.  Y pensamos ingenuamente que somos creyentes respetables.

       3.   Un cristiano que no tiene miedo de ser cristiano es que no se ha enterado de lo que es el Evangelio.  Y de lo que exige el seguimiento de Jesús.  Este es el problema más elocuente y más grave que tiene que resolver la Iglesia.

San Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia.


Obispo y Doctor de la Iglesia
(560-636)

San Isidoro de Sevilla es el último de los Padres latinos, y resume en sí todo el patrimonio de adquisiciones doctrinales y culturales que la época de los Padres de la Iglesia transmitió a los siglos futuros.  Isidoro fue un escritor enciclopédico, muy leído en la Edad Media, sobre todo por sus Etimologías, una «summa» muy útil de la ciencia antigua, en la que condensó los principales resultados más con celo que con espíritu crítico. Pero a pesar de poseer tan ricamente la ciencia antigua y de influir considerablemente en la cultura medioeval, su gran preocupación como obispo celoso fue la de lograr una madurez cultural y moral del clero español.

Para esto fundó un colegio eclesiástico, prototipo de los futuros seminarios, dedicando mucho de su laboriosa jornada a la instrucción de los candidatos al sacerdocio. La santidad era de casa en la noble familia, oriunda de Cartagena, de la que nació (en Sevilla) Isidoro en el 560: tres hermanos fueron obispos y santos: Leandro, Fulgencio e Isidoro; una hermana, Florentina, fue religiosa y santa. Leandro, el hermano mayor, fue tutor y maestro de Isidoro, que quedó huérfano cuando era muy niño.

El futuro doctor de la Iglesia, autor de muchos libros que tratan de todo el saber humano, desde la agronomía hasta la medicina, de la teología a la economía doméstica, al principio fue un estudiante poco aplicado. Como tantos otros compañeros dejaba de ir a la escuela para ir a vagar por los campos. Un día se acercó a un pozo para sacar agua y notó que las cuerdas habían hecho hendiduras en la dura piedra. Entonces comprendió que también la constancia y la voluntad del hombre pueden vencer las duras dificultades de la vida.

Regresó con amor a sus libros y progresó tanto en el estudio que mereció ser considerado el hombre más sabio de su tiempo. Isidoro sucedió al hermano Leandro en el gobierno de la importante diócesis de Sevilla. Como el hermano, fue el obispo más popular y autorizado de su tiempo, y también presidió el importante cuarto concilio de Toledo, en el 633. Se formó con la lectura de San Agustín y de San Gregorio Magno, y aun sin tener el vigor un Boecio o el sentido organizador de un Casiodoro, Isidoro compartió con ellos la gloria de ser el maestro de la Europa medioeval y el primer organizador de la cultura cristiana. Cuenta una simpática leyenda que cuando tenía un mes de vida, un enjambre de abejas invadió su cuna y dejó en los labios del pequeño Isidoro un poco de miel, como auspicio de la dulce y sustanciosa enseñanza que un día saldría de esos labios. Isidoro fue muy sabio, pero al mismo tiempo de profunda humildad y caridad; no sólo obtuvo el título de «doctor aegregius» sino también la aureola de santo.