domingo, 15 de mayo de 2016

Párate un momento: El Evangelio del día 16 DE MAYO – LUNES – 7ª ~ SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO San Simón Stock, presbítero




16 DE MAYO – LUNES –
7ª ~ SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
San Simón Stock, presbítero

       Evangelio según san Marcos 9, 13-28

       En aquel tiempo, cuando Jesús hubo bajado del monte, al llegara donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos letrados discutiendo con ellos.  Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo.
       Él les pregunto:
       “¿De qué discutís?”
       Uno le contestó:
       “Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso.  He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces.  
       Él les contestó:
       “¡Gente sin fe!  ¿Hasta cuándo estaré con vosotros?  ¿Hasta cuándo os tendré que soportar?  Traédmelo”.
        Se lo llevaron.  El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.
        Jesús preguntó al padre:
       “¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?”        Contestó él:
       “Desde pequeño.  Y muchas veces lo ha echado al fuego y el agua para acabar con él.  Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos”.
        Jesús replicó: “¿Si puedo?  Todo es posible al que tiene fe”.
       Entonces el padre del muchacho gritó:        “Tengo fe, pero dudo, ayúdame”.
        Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:
       “Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: vete y no vuelvas a entrar en él”.
        Gritando y sacudiéndolo violentamente
salió.
       El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto.  Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano, y el niño se puso en pie.
       Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:
       “¿Por qué no podíamos echarlo
nosotros?”.
        Él les respondió:
       “Esta especie solo puede salir con oración y ayuno”.

       1.   En este relato tenemos el caso patente de un enfermo epiléptico.  Además, un enfermo que sufría el tormento de la incomunicación, ya que está sometido a un demonio que era sordo y mudo, una manera de decir que el chico epiléptico, además de su penosa enfermedad, no se comunicaba, ni escuchaba a quienes le cuidaban.
       Por otra parte, el padre del niño dice que el demonio tiraba al niño al fuego y al agua, con el consiguiente peligro de muerte.

       2.   Jesús se encuentra ante dos males: la incomunicación y la violencia mortal. Y Jesús no se cruza de brazos, pasivamente, en aquella situación. La resuelve inmediatamente.
       La pasividad cómplice es una forma de violencia que hoy está presente por todas partes, en todo el mundo.  Todos la toleramos pensando y diciendo que no podemos hacer nada. ¿Nada? Veamos.

       3.   Cuando las tecnologías de la comunicación lo dominan todo, es cuando hay más gente sola, aislada, marginada, deprimida. Porque lo que sobra de “información” nos falta de “comunicación”.  Para que haya comunicación, hace falta respeto y escucha. Todos podemos respetar y escuchar más a los más solitarios y abandonados.
       Y en cuanto a la violencia que quema y ahoga a tanta gente, ¿no podemos ser más respetuosos, tolerantes, acogedores y más generosos?  También nosotros podemos hacer el “milagro” que hizo Jesús. Crear un clima de escucha y de acogida por todas partes.

San Simón Stock, presbítero

San Simón Stock y la historia de un hábito
San Simón Stock, una de las figuras más importantes de la Orden del Carmen, es un santo lamentablemente casi desconocido. En parte porque se sabe poco de su vida de infancia y juventud, así como algunas lagunas de su vida carmelita. Todos los detalles legendarios que se le añadieron a partir del siglo XV para rellenar vacíos, más que bien, le hicieron mal, llegando incluso a su eliminación del calendario litúrgico por parte de los carmelitas descalzos. Hoy, afortunadamente, ha vuelto a figurar en él. Generalmente se le menciona solamente con relación al Escapulario del Carmen, pero su obra de consolidación y propagación de la Orden es interesante y muy digna de considerarse. También tocaré algunos detalles de la historia del Escapulario, dejando aparte, por razones de espacio, los detalles de la leyenda, que siempre aportan "sabor y floritura", al decir de una conocida. Y ahora, vámonos al siglo XIII: 
      San Simón Stock, VI General de la Orden, Padre Nuestro. 16 de mayo.
La referencia más antigua a un Simón, General de la Orden, se halla en la vida delBeato Jordán de Sajonia (13 de febrero), en el “Vitæ Fratrum Ordinis Prædicatorum”, de Gerardo de Frachet, en el siglo XIII. Nos dice que Fray Simón, prior General de la Orden del Carmelo, narró a los dominicos como otro fraile carmelita tuvo una visión de Jordán de Sajonia, el mismo día del ahogamiento de este, que le alentó a no abandonar la Orden, tentación que tenía dicho carmelita. Y le prometió que todo el que al Señor servía, se salvaría.
    No aparece otra referencia hasta el siglo XIV, en el catálogo de Priores Generales de Juan Grossi. Le mencionan como “Simón Stock, de la provincia de Inglaterra, hombre santo y célebre por sus milagros, muerto el 16 de mayo, en Burdeos". Curiosamente, en el siglo XV, en un Catálogus conocido como “muy breve” no aparece entre los Generales, sino entre los confesores. A esta redacción le seguirían las “breve”, “larga” y “larga parisina”, siendo que los últimos son ampliaciones o correcciones de los primeros. Ya sea en datos de un santo o de nuevos santos. El texto “breve” le pone como VI General y narra la visión de la Virgen entre ángeles, dándole el Escapulario. Le llama Simón de Gascuña, por el sitio donde murió. La redacción “larga” ya añade los datos que han pasado a la leyenda: habitó en un tronco de árbol, profesión en Aylesford, elección milagrosa como General, admiración de papas, reyes y obispos por él. Y, claro, la narración de la visión del Escapulario y la vestición de Eduardo II de Inglaterra como terciario. Este texto dice que gobernó la Orden 20 años. Mientras, el texto “largo parisino” añade que fue General cincuenta años, aunque esto hoy se sabe que sólo se puso para poner bajo su priorato e influencia, todas las batallas y triunfos de la Orden en el siglo XIII.
        Simón murió el 16 de mayo de 1265 en Burdeos, donde se hallaba de visita. Se desconocen las causas de la muerte, aunque si vivió 100 años como dice la leyenda, pues no hay que averiguar mucho. El culto a San Simón aparece junto a su tumba, en 1435, y pasa a Inglaterra e Irlanda en 1458. Toda la Orden asume su culto en 1564, fecha bastante reciente, como vemos. Las reliquias se salvaron de la destrucción de la Revolución Francesa y luego de esta se depositaron en la Catedral de Burdeos. En 1951, con el VII Centenario de la Entrega del Escapulario y la reintroducción de los carmelitas de la Antigua Observancia en el santo monasterio de Aylesford, un trozo del cráneo fue enviado a este sitio. Su culto permaneció y aumentó hasta la revisión del calendario litúrgico, en que los carmelitas descalzos lo suprimieron del oficio propio, en algunos sitios se quitó su imagen y casi parecía una figura molesta. Mientras, los “calzados” lo mantuvieron con categoría de Fiesta. Finalmente volvió al calendario "descalzo". Su día es uno de los varios que se gana la indulgencia plenaria a los que llevamos el Escapulario del Carmen.


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