lunes, 14 de noviembre de 2016

Párate un momento: El Evangelio del día 15 de Noviembre - Martes 33ª – Semana del T.O.-C San Alberto Magno obispo y doctor en Iglesia



15 de Noviembre  - Martes
33ª – Semana del T.O.-C
San Alberto Magno
obispo y doctor en Iglesia

Evangelio según san Lucas19, 1-10
    En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:
"Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa'.
Él bajó enseguida y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban diciendo:
"Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador".
Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor:
"Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más".
Jesús le contestó:
"Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido".

1.  Este episodio se sitúa en Jericó, la ciudad por la que los israelitas entraron en la tierra prometida (Jos 5, 13-7, 26). De Jericó, Jesús se fue derecho a Jerusalén donde le esperaba la pasión y la muerte. De nuevo, en Jericó, Jesús inicia otra etapa en la "historia de la humanización" de este mundo. Y el primer episodio de esta etapa fue el encuentro con Zaqueo. Este hombre no era simplemente un “publicano", sino un "jefe de publicanos".
Los jefes de publicanos (architelones) eran personas importantes (J. A. Pagola), que tenían a su servicio a los simples publicanos como esclavos de sus patronos (los "jefes"), hombres odiados por el pueblo, ya que con frecuencia extorsionaban a los débiles, imponían impuestos gravosos, o sea "robaban", eran auténticos ladrones. Así es como se hacían ricos. De esta clase de individuos era Zaqueo.

2.  Sin duda, lo más significativo de este relato está en que la iniciativa de irse a casa de Zaqueo, no surgió del propio Zaqueo, sino de Jesús. Y brotó de forma que fue Jesús quien dijo: "tengo que alojarme en tu casa". Literalmente: "debo de permanecer en tu casa" (dei me meinai) (Lc 19, 5 b).
Jesús veía como un deber irse precisamente a la casa del hombre peor visto en la ciudad. Y estar allí. De ahí, el escándalo masivo:  "todos   murmuraban" contra Jesús. Pero es evidente que Jesús vio que era más importante estar junto al perdido, en casa del extraviado, que salvaguardar su buen   nombre, su prestigio público, su fama de hombre de Dios, de hombre ejemplar.
En la ciudad de Jericó, Jesús quedó como un guiñapo o un desquiciado. Pero salvó algo que para él era más importante: salvar a aquel "pecador", que, para nosotros hoy, sería un "delincuente". Un tipo que había saqueado a casi toda la gente de aquella comarca.

3. La   bondad es la fuerza que cambia a las personas. Además, la bondad genera honradez, generosidad, sensibilidad hacia los maltratados por la vida. La bondad es la única fuerza que pone las cosas en su sitio. La bondad de Jesús con Zaqueo hizo que fuera un hombre desprendido, justo, buena persona.
Nos empeñamos    en cambiar a los demás amenazando, imponiendo, castigando. No vemos que las personas se hacen mejores, no cuando se ven "amenazadas”, sino cuando se sienten "seducidas" por el ejemplo, la bondad y la paz.

San Alberto Magno,
obispo y doctor en Iglesia
San Alberto, apellidado “Magno”, obispo y doctor en Iglesia, que ingresó en la Orden de Predicadores en París, enseñó de palabra y en sus escritos las disciplinas filosóficas y divinas, y fue maestro de santo Tomás de Aquino, uniendo maravillosamente la sabiduría de los santos con la ciencias humanas y naturales. Después se vio obligado a aceptar la sede episcopal de Ratisbona, esforzándose asiduamente en fortalecer la paz entre los pueblos, pero al cabo de un año prefirió la pobreza de la Orden a toda clase de honores y murió santamente en Colonia, en la Lotaringia Germánica.

Vida de San Alberto Magno
Nació por el año 1206 en Lauingen (Alemania), cerca del Danubio. Estudió en Padua y en París. Se hizo dominico.
Ejerció el profesorado con mucho éxito en varios lugares desarrollando una impresionante labor intelectual.
Ordenado obispo de Ratisbona, puso gran empeño en lograr la concordia entre sus contemporáneos, llevando a buen puerto misiones de paz. Su producción literaria es importante en el campo de la filosofía y teología y también en el de las ciencias naturales.
Murió en Colonia el año 1280.



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