4 DE NOVIEMBRE
- VIERNES
31ª
SEMANA DEL T. O.- C
SAN CARLOS BORROMEO
Evangelio
según san Lucas 16, 1-8
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"Un
hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus
bienes. Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es lo que me cuentan de ti?
Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido".
El
administrador se puso a echar sus cálculos: ¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo?
Para
cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza.
Ya sé lo que voy a hacer para que cuando me
echen de la administración, encuentre
quién me reciba en su casa".
Fue
llamando uno a uno a los deudores de su amo, y le dijo al primero: "¿Cuánto
debes a mi amo?" Este respondió: "Cien barriles de aceite".
Él le dijo: "Aquí está tu recibo:
Aprisa, siéntate y escribe "Cincuenta".
Luego
dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" Él contestó: "Cien fanegas
de trigo". Le dijo: "Aquí está tu recibo: escribe
"Ochenta".
Y
el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había
procedido.
Ciertamente,
los hijos de este mundo son más astutos con sus gentes que los hijos de la
luz".
1.
¿Qué quiere decir esta parábola?
Resulta inexplicable que Jesús ponga como ejemplo
a un ladrón que roba a su amo y, además, lo engaña.
¿Jesús poniendo como ejemplo a un indeseable que
roba por dos veces?
¿No había otro ejemplo para ponderar que los hijos
de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz?
Vivimos en tiempos de crisis económica y política.
Urge entender este asunto.
2. Jesús no
elogia ni el robo, ni la mentira. Tampoco pretende poner tales vicios como ejemplos
de astucia.
Se ha pensado que la explicación más lógica es la
que toma como clave de interpretación,
no la tramposa conducta del administrador, sino los criterios que rigen el
pensamiento del rico. Y es así. Pero esto necesita una aclaración.
El administrador, tal como lo presenta el relato,
era un sinvergüenza.
Pero más sinvergüenza era el rico, que no solo
había acumulado una fortuna, en un país donde
la mayoría de la población se moría de hambre, sino que además era un
tipo que valoraba sumamente el negocio (incluso sucio) y la ganancia. Y no contento
con eso, además elogiaba al canalla que le había robado.
Para el rico, lo único que tiene valor en la vida
es ganar, aunque eso se haga con trampas, falsificando documentos y mintiendo a todas horas.
3. La
riqueza pervierte a las personas. Y cuando el beneficio es lo único que interesa
en la vida, peor aún.
La canallada del sistema ha llegado a tal extremo,
que los que más roban son los que más votos ganan cuando llegan unas
elecciones.
En el fondo, todos estamos elogiando al
administrador injusto.
Esta manera de pensar es la que nos ha hundido en
la crisis. Porque es la manera de pensar que ve razonable —y lo pone como ejemplo—
el modo de pensar de los banqueros y
los magnates de las mayores fortunas del mundo.
Sabemos que eso se hace cometiendo injusticias, aumentando
desigualdades y humillando personas.
¿Y lo ponemos como ejemplo?
Repetimos
la parábola todos los días. Y encima nos creemos inteligentes y honrados.
Es lo peor que el sistema ha hecho con nosotros.
SAN CARLOS BORROMEO
San Carlos cuyo
nombre significa "hombre prudente" ha sido uno de los santos
extraordinariamente activos a favor de la Iglesia y del pueblo que sobresale
admirablemente. San Carlos Borromeo, un santo que tomó muy en serio aquella
frase de Jesús: "Quien ahorra su vida, la pierde, pero el que gasta su
vida por Mí, la ganará", murió relativamente joven porque desgastó
totalmente su vida y sus energías por hacer progresar la religión y por ayudar
a los más necesitados. Decía que un obispo demasiado cuidadoso de su salud no
consigue llegar a ser santo y que a todo sacerdote y a todo apóstol deben
sobrarle trabajos para hacer, en vez de tener tiempo de sobra para perder.
Nació en Arona
(Italia) en 1538. Desde joven dio señales de ser muy consagrado a los estudios
y exacto cumplidor de sus deberes de cada día. A los 21 años obtuvo el
doctorado en derecho en la Universidad de Milán. Un hermano de su madre, el
Cardenal Médicis, fue nombrado Papa con el nombre de Pío IV, y éste admirado de
sus cualidades nombró a Carlos como secretario de Estado. Más tarde, renunció a
sus riquezas, se ordenó de sacerdote, y luego de obispo y se dedicó por
completo a la labor de salvar almas.
San Carlos fundó
740 escuelas de catecismo con 3,000 catequistas y 40,000 alumnos. Fundó además
6 seminarios para formar sacerdotes bien preparados, y redactó para esos
institutos unos reglamentos tan sabios, que muchos obispos los copiaron para
organizar según ellos sus propios seminarios. Fue amigo de San Pío V, San
Francisco de Borja, San Felipe Neri, San Félix de Cantalicio y San Andrés
Avelino y de varios santos más.
Murió cuando
tenía apenas 46 años, el 4 de noviembre de 1584. En Arona, su pueblo natal, le
fue levantada una inmensa estatua que todavía existe.
San Carlos fue oficialmente canonizado
por Paulo V el 1de noviembre de 1610.
No hay comentarios:
Publicar un comentario