15 DE MAYO – LUNES –
5a SEMANA DE PASCUA - A
Evangelio según san Juan
14,21-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"El que sabe mis mandamientos y los
guarda, ese me ama; y al que me ama lo amará mi Padre y lo amaré yo, y me
mostraré a él".
Le dijo Judas, no el Iscariote:
"Señor, ¿qué ha sucedido para que te
muestres a nosotros y no al mundo?"
Respondió Jesús y les dijo:
"El que me ama
guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en
él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y
la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me ha enviado. Os he
hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu
Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os
vaya recordando todo lo que os he dicho".
1. La lógica del razonamiento, que aquí hace Jesús,
es tan sencilla como contundente: el que ama de verdad a alguien, demuestra que
lo ama cuando hace lo que quiere, desea y agrada, a la persona a la que uno
dice que en ella tiene puesto su afecto, su cariño, su amor.
Por tanto, solo puede
asegurar que ama a Jesús el que hace lo que Jesús quiere. Lo sabemos muy bien
por experiencia: las personas que se quieren, por eso mismo tienen una especie
de sexto sentido, mediante el que advierten enseguida lo que agrada a la
persona en la que uno dice que ha puesto su corazón.
Así somos y así es la
vida. La conducta con relación a alguien es lo único que no engaña.
2. Hay cosas de las que sabemos con seguridad
que Jesús las quiere. Por ejemplo, que en la vida siempre triunfe el respeto al
otro, la tolerancia con el que piensa de forma diferente a como yo pienso, la
estima hacia los demás, sea cual sea su forma de pensar, de hablar o de vivir.
Jesús quiere estas cosas porque solo a partir de ellas es posible convivir en
paz, que haya una cierta armonía en la vida y que este mundo resulte más
soportable.
3. La religión se deforma y se pervierte cuando
en ella se le da más importancia a lo secundario que a lo central. Lo central
es hacer lo que, sin duda,
Jesús quiere que hagamos: lo que se acaba de
indicar aquí.
Lo secundario es el
ceremonial, el ritual, los gestos convencionales con que revestimos nuestros
sentimientos y nuestras experiencias.
A veces, ocurre que
discutimos, nos enfrentamos y hasta nos hacemos violentos por una palabra, un
ritual, una costumbre... Y no caemos en la cuenta de que lo más grave que puede
pasar entre las personas o en los grupos humanos es que la relación entre las
personas se rompa, se ahonden las divisiones y enfrentamientos. Y terminemos por devorarnos unos a otros. Es verdad que
el "buenismo" (ser y aparecer buenos, sobre todo) solamente no
arregla los problemas de la vida. Pero
tan cierto como eso es que si no
somos buenas personas, no iremos a ninguna
parte.
Una convicción
fundamental de nuestra vida tendría que ser esta: no me cansaré jamás de ser
buena persona, con todos y toda situación.
Somos dados a valorar
lo espectacular, como
los de Licaonia ante el milagro que hicieron Bernabé
y Pablo. Hoy es san Isidro, y quizá no percibimos el milagro que significa poder
llevarse un bocado de pan a la boca.
En los tiempos del santo,
el labrador, araba la tierra y esparcida la semilla, salvada de sequía o del
pedrisco la sementera, y del fuego o de
las alimañas, después, una vez escardado el trigal, madurada la mies y hecha la
siega, venís el acarreo de los haces hasta la era, después de la trilla, y
aventada la parva, llevado el trigo a los trojes, molido el grano, cernida la harina,
amasada y fermentada, hechas las hogazas, cocidas al horno de leña, el padre de
familias, sentado a la mesa, toma el cuchillo, con el que hace una cruz en la
hogaza, y la reparte en rebanadas a sus hijos, como don total de su trabajo.
Verdadero milagro de
amor, hecho por Jesús en la Eucaristía.
SAN ISIDRO LABRADOR, esposo
¿QUIÉN FUE SAN ISIDRO?
San Isidro es por
excelencia el patrón de los campesinos, es el santo a quienes muchos acuden
para que llueva y los madrileños le tienen un especial aprecio porque es su
patrón.
La mayoría de personas que han escrito sobre la vida del santo
sitúan su nacimiento a finales del siglo XI, y la fecha en que muchos se han
puesto de acuerdo es en la de 1080, pero nadie ha sabido aún en que barrio
nació, seguro que no lo hizo en el de Las Rozas ni tampoco en un piso de alto
standing del Paseo de la Castellana porque en aquella época, no existían. Ten
en cuenta, que Madrid, por aquellos tiempos no dejaba de ser un pueblo
agrícola, y que la capital hispánica, por decirlo así, era Toledo. Las
tradiciones sitúan su bautizo en la iglesia de San Andrés de la capital madrileña.
El nombre de Isidro -que no es más que una derivación de Isidoro-
fue en honor al Arzobispo San Isidoro de Sevilla. Muchas de las cosas que
sabemos de este buen hombre es gracias a Juan Diácono, que en el siglo XIII
escribió su biografía, la "Vita Sancti Isidori". Él nos retrata a un
hombre ejemplar, de buen corazón y muy bondadoso con los más necesitados.
Parece ser que una de las primeras ocupaciones de Isidro fue la
de pocero, o sea, cavar pozos, al servicio de la familia Vera hasta que se
trasladó a trabajar a Torrelaguna, donde contrajo matrimonio con una chica del
pueblo llamada María Toribia, conocida más tarde con el nombre de Santa María
de la Cabeza, también declarada santa. Fruto de su matrimonio tuvieron un hijo
llamado Illán. Al cabo de unos años la familia regresó a Madrid, para cuidar
las tierras de la familia Vargas. Fue en ese momento cuando Isidro realizó las
tareas de labrador y pasase a ser conocido popularmente como "Isidro
labrador". Falleció en el año 1130.
Tradiciones
Sobre la figura del santo se han vestido muchas narraciones
populares. La más conocida de ellas es la que nos presenta a un hombre muy
piadoso que muy a menudo tenía que soportar las burlas de sus vecinos porque
cada día iba a la iglesia antes de salir a labrar el campo. A veces, Isidro
llegaba algunos minutos tarde al trabajo y sus compañeros lo denunciaron al
patrón por holgazán. Juan de Vargas, que así se llamaba el propietario de la
finca, lo quiso comprobar por si mismo, y un buen día se escondió tras unos matorrales
situados a medio camino entre la iglesia y el campo. Al salir del templo le
recriminó su actitud. Cuando llegaron al campo, su patrón vio por sorpresa que
los bueyes estaban arando ellos solos la parte que le correspondía al buen
Isidro. El patrón entendió aquél hecho como un prodigio del cielo.
También es conocida "la olla de San Isidro". Se cuenta
que cada año nuestro amigo organizaba una gran comida popular donde eran
invitados los más pobres y marginados de Madrid. Sin embargo, en una ocasión el
número de presentes superó lo previsto y la comida que habían preparado no
llegaba ni a la mitad de los convocados. Isidro metió el puchero en la olla y
la comida se multiplicó "milagrosamente", hubo para todos y más.
Así mismo, hay un relato que nos dice que en un año de sequía y
temiendo por la rentabilidad de la hacienda de su patrón, Isidro con un golpe
de su arada hizo salir un chorro de agua del campo. Salió tanta agua de allí
que pudo abastecer toda la ciudad de Madrid. Fíjate amigo cibernauta que en
estas dos narraciones hay una homología en dos textos de la Biblia; la primera
es una analogía del milagro de los panes y los peces de Jesús y la segunda de
Moisés, que, en el éxodo de Egipto hacia la Tierra prometida, golpeó una piedra
con su bastón y salió de ella agua para saciar la sed de su pueblo.
En este apartado de "prodigios" no podríamos dejar de
lado una curación atribuida a San Isidro y que le valió la beatificación. En
tiempos del rey Felipe III (1578-1621) habiendo caído gravísimamente enfermo, a
su regreso de Lisboa, en Casarrubios del Monte (Toledo), le fue llevado el
cuerpo de San Isidro hasta su estancia real, y el monarca sanó milagrosamente.
La beatificación tuvo lugar el 14 de abril de 1619, y tres años más tarde, el
12 de marzo de 1622, el Papa Gregorio XV lo canonizaría.
Amor a los animales
Durante toda su vida de labrador tuvo un gran aprecio con los
animales. En ningún momento maltrató a los bueyes y a los otros animales de
trabajo de la hacienda, todo, al contrario. Existe una leyenda que explica que un
día de invierno y mientras se dirigía al molino con un saco de grano sintió
compasión de los pájaros que en la nieve ya no encontraban alimento y que
estaban a punto de morir. Isidro limpió un pedazo de tierra apartando la nieve
y vació allí la mitad del saco. Al llegar al molino resultó que el saco estaba
tan lleno de grano como antes.
Devoción
El aprecio a San Isidro es notable para todas aquellas personas
que trabajan en el campo, por lo tanto es el patrón de los campesinos y de los
viticultores, así como de los ingenieros técnicos agrícolas. Como ya he
comentado anteriormente es el patrón de la ciudad de Madrid desde el 14 de
abril de 1619, día en que el Papa Pablo V firmó el decreto de su beatificación.
Su protección a los campesinos y labradores españoles, así como de todos los
agricultores católicos del mundo fue declarada por el Papa Juan XXIII. Se le
puede invocar para que llueva y tener una buena cosecha. En Catalunya, San
Isidro comparte el patronazgo de los campesinos junto a San Galderic, un santo
de la comarca catalano-francesa del Rosellón.
Como te puedes imaginar son muchas las ermitas que tiene
dedicadas. La más popular es la que hay en Madrid, en el paseo Quince de Mayo
en el barrio de Carabanchel, donde cada año en el día de su fiesta se bendice
el agua de la fuente del agua, la misma que el santo hizo manar en tiempos de
sequía. Fue construida en 1528 y la edificación actual corresponde al 1725.
Cabe mencionar que el santo tiene dedicada en la capital de España una
colegiata que fue construida entre los años 1626 y 1664 y que desde el año 1885
hasta 1993 actuó como catedral. Dicho templo está situado en la calle Toledo.
Recuerda que la actual Catedral de Madrid y desde 1993 es la Catedral de la Almudena.
También me gustaría comentarte que en el Santuario de la Mare de
Déu de les Salines (Nuestra Señora de las Salinas) situado a pocos kilómetros
de Maçanet de Cabrenys (Girona) se organiza el domingo después al 15 de mayo un
aplec (fiesta) que concentra a muchos devotos de la zona y de la parte catalana
de Francia. Después del oficio solemne se reparte arroz y la tradicional
"berena", un pan redondo bendecido de unos 300 gramos. El origen de
esta ofrenda arranca cuando, antiguamente se repartía comida a todos los pobres
de la comarca que asistían al encuentro. Una fiesta muy popular que cosecha
éxito desde el año 1974.
Cabe recordar que bajo el nombre de "San Isidro" se
organizan durante los días colindantes a su onomástica diferentes ferias
agrícolas en diversos pueblos de España.
El ejemplo de San Isidro
Sin lugar a dudas, Isidro es otro de los ejemplos a imitar por su
sencillez y para ver también que Jesús se sirve de los hombres para que éstos
colaboren en la sociedad para hacerla más justa e igual para todos. ¡Cuántos de
nosotros no podríamos hacer el milagro de la "olla" si compartiésemos
parte de nuestras ganancias con los más necesitados! Vaya desde aquí también un
fuerte saludo a todos los trabajadores del campo, y sobre todo a los que están
en condiciones inhumanas, piensa en los inmigrantes que dejan su tierra con la
intención de prosperar en un país ajeno y que se encuentran en pésimas
condiciones y cobrando un salario por debajo de lo que les correspondería.
¿Sabes que muchos de ellos han vendido o hipotecado sus casas de su país de
origen para pagar el viaje a un nuevo país?
Por otra parte, Isidro nos muestra como Francisco de Asís, San
Roque y otros muchos santos, el aprecio hacia los animales. Es más, Isidro lo
hace con aquellos que son sus propias herramientas de trabajo: los bueyes.
Desgraciadamente, se tienen a los animales del campo como simples instrumentos
y muchos aún no se han parado a pensar que son seres que sienten, igual que
nosotros. En este caso, los animales son puestos al servicio del hombre de una
forma gratuita, para nuestro provecho; bueno será reconocerles la ayuda que
prestan a los trabajadores del campo. Gran ejemplo sin duda la que nos da
Isidro.
Oración
Glorioso San Isidro, tu vida fue un ejemplo de humildad y
sencillez, de trabajo y oración; enséñanos a compartir el pan de cada día con nuestros
hermanos los hombres, y haz que el trabajo de nuestras manos humanice nuestro
mundo y sea al mismo tiempo plegaria de alabanza al nombre de Dios. Como tú
queremos acudir confiadamente a la bondad de Dios y ver su mano providente en
nuestras vidas. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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