domingo, 5 de mayo de 2019

Párate un momento: El Evangelio del dia 7 de MAYO – MARTES – 3ª – SEMANA DE PASCUA – C San Juan de Beverley




7 de MAYO – MARTES –
3ª – SEMANA DE PASCUA – C

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (7,51–8,1a):

EN aquellos días, dijo Esteban al pueblo y a los ancianos y escribas:
«¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ahora vosotros lo habéis traicionado y asesinado; recibisteis la ley por mediación de ángeles y no la habéis observado».
Oyendo sus palabras se recomían en sus corazones y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijando la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo:
«Veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios».
Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos dejaron sus capas a los pies de un joven llamado Saulo y se pusieron a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación:
«Señor Jesús, recibe mi espíritu».
Luego, cayendo de rodillas y clamando con voz potente, dijo:
«Señor, no les tengas en cuenta este pecado».
Y, con estas palabras, murió.
Saulo aprobaba su ejecución.

Palabra de Dios

Salmo: 30,3cd 4.6ab.7b.8a.17.21ab

R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu

Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R/.

A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Yo confío en el Señor.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. R/.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
En el asilo de tu presencia los escondes
de las conjuras humanas. R/.

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,30-35):

EN aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús:
«¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti?
¿Cuál es tu obra?
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”».
Jesús les replicó:
«En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».
Entonces le dijeron:
«Señor, danos siempre de este pan».
Jesús les contestó:
«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás».

Palabra del Señor

1.   El prodigio del maná, al que se refiere la gente que pregunta a Jesús, es
explicado y aplicado por Jesús de tal manera, que afecta a cuatro cosas:
1) Quien da el pan es Dios, no Moisés.
2) El don del pan no ha ocurrido en el pasado, sino que sucede ahora.
3) El pan del que habla Jesús es el "pan verdadero del cielo".
4) Jesús afirma que los destinatarios del pan no son los antepasados de la multitud, sino la multitud misma (U. Schnelle, Jean Zumstein).

2.   Por tanto, cuando Jesús dice: Yo soy el pan de vida, lo que quiere decir es
que Jesús mismo es el que les da, a quienes le siguen y se fían de él. De la
misma manera que el pan es el alimento base que nos sustenta y mantiene nuestra vida. Eso es, en efecto, el alimento. Jesús, con su vida y su conducta es el pan que nos da vida.

3.   Con este planteamiento, Jesús introduce un cambio radical en la historia
de las tradiciones religiosas de la humanidad. Y, por eso mismo, en la historia de las relaciones de los humanos con Dios.
La religión ya no consiste en someterse a unas verdades o en cumplir   con unos ritos y unas normas. La religión
consiste en asumir las convicciones determinantes de una persona, la persona de Jesús. De forma que las convicciones determinantes, de lo que fue la vida de Jesús, sean también las convicciones determinantes de nuestra vida.
Quien no entiende esto, nunca podrá entender el Evangelio. Ni, por tanto, podrá vivir de acuerdo con su mensaje.

San Juan de Beverley






En Berveley, en Northumbria, san Juan, obispo de Hexham, y después de York, en Inglaterra, que unió el trabajo pastoral a la oración en soledad y, después de haber renunciado a su cargo, transcurrió los últimos años de su vida en el monasterio que él mismo había fundado.

Vida de San Juan de Beverley

San Juan de Bevérley, obispo de York, 1721. Puede ser considerado como un precursor del benedictino Pedro Ponce de León, inventor del método de hacer hablar a los sordomudos. También él fue monje, después de haber estudiado letras divinas y humanas en el monasterio de Whitby, gobernado por una monja princesa, Santa Hilda. Gobernó primero la diócesis de Hexam, de donde pasó a la de York. Cuenta de él su biógrafo que llegó a hacer hablar a un sordomudo, enseñándole la vocalización paciente e ingeniosamente. Murió en 721.
Monje de Whitby, Inglaterra, y después obispo de York; en su afán de caridad, llega para sanar a un sordomudo, a descubrir un modo de paciente vocalización. Aunque muerto el año 721, ha sido considerado por ello como un precursor del sabio benedictino Ponce de León.

Fuente: mercaba.org


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