11 DE FEBRERO – MARTES –
5ª – SEMANA DEL T. O. – A –
Lectura
del primer libro de los Reyes (8,22-23.27-30):
En aquellos días, Salomón, en pie ante el altar del
Señor, en presencia de toda la asamblea de Israel, extendió las manos al cielo
y dijo:
«¡Señor, Dios de Israel! Ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra hay un
Dios como tú, fiel a la alianza con tus vasallos, si caminan de todo corazón en
tu presencia.
Aunque, ¿es posible que Dios habite en la tierra? Si no cabes en el cielo y
lo más alto del cielo, ¡cuánto menos en este templo que he construido! Vuelve
tu rostro a la oración y súplica de tu siervo Señor, Dios mío, escucha el
clamor y la oración que te dirige hoy tu siervo.
Día y noche estén tus ojos abiertos sobre este templo, sobre el sitio donde
quisiste que residiera tu nombre.
¡Escucha la oración que tu siervo te dirige en este sitio! Escucha la
súplica de tu siervo y de tu pueblo, Israel, cuando recen en este sitio;
escucha tú, desde tu morada del cielo, y perdona.»
Palabra de Dios
Salmo:
83,3.4.5.10.11
R/.
¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo. R/.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido donde colocar sus
polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío. R/.
Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Fíjate, oh, Dios, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido. R/.
Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Marcos (7,1-13):
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos
con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con
manos impuras, es decir, sin lavarse las manos (los fariseos, como los demás
judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a
la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse
antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y
ollas.)
Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús:
«¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición
de los mayores?»
Él les contestó:
«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:
"Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El
culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos
humanos." Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la
tradición de los hombres.»
Y añadió:
«Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición.
Moisés dijo:
"Honra a tu padre y a tu madre" y "el que maldiga a su padre
o a su madre tiene pena de muerte"; en cambio, vosotros decís: Si uno le
dice a su padre o a su madre: "Los bienes con que podría ayudarte los
ofrezco al templo", ya no le permitís hacer nada por su padre o por su
madre, invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os trasmitís; y
como éstas hacéis muchas.»
Palabra del Señor
1.- Seguramente, este es el pasaje de los
evangelios donde se ve con más claridad la diferencia tan profunda que existe
entre la religión de Jesús y la religión de los fariseos. Porque el problema de
la "pureza ritual" es central en la mayoría de las religiones. Y es
central por el tema de la pureza y por el tema de los ritos. Dos asuntos en los
que los predicadores religiosos suelen insistir machaconamente.
Insisten hasta tal
punto que, como es bien sabido, lo mismo a la pureza que a la observancia de
los rituales, se les conceda (en los ambientes religiosos) más importancia que
a los comportamientos éticos que afectan a las relaciones interpersonales.
Los estudiosos del
"puritanismo griego" suelen decir que, a partir de Pitágoras,
"la pureza, más que la justicia, es el medio cardinal de la
salvación" (E. R. Dodds).
Los que le dan más
importancia la "pureza" que a la "justicia", sin duda
alguna, es que son más "griegos" que cristianos".
2.- Jesús vio que
esta forma de entender y practicar la religión es un engaño, para el que la
defiende y, sobre todo, para quien la pone en práctica. Porque tranquiliza su
conciencia con unas observancias que no pasan de ser actos de magia.
No olvidemos que
las prácticas rituales son siempre "mediaciones" para encontrar a
Dios. Pero, según las enseñanzas de Jesús, Dios no se ha encarnado" en los
"rituales", sino en las "personas". De ahí que, por medio
de la mejor relación posible con las personas, es como encontramos a Dios. Eso
es lo que se nos va a decir en el juicio final (Mt 25, 31-46).
3.- Lo que ocurre
es que practicar ritos de purificación (mediante lavatorios es más fácil y
cómodo que llevarse bien con los demás, con todos, sean quienes sean. Esto es
lo que explica el gran fraude que cometían los letrados cuando le decían a la
gente que dejaran su dinero para el templo y con eso estaban dispensados de
cuidar de sus padres ancianos o enfermos. Por eso les dice Jesús que el culto
que practican no sirve para nada.
En la Curia
Vaticana hay una Sagrada Congregación del Culto Divino" o Congregación de
Ritos. Pero no hay allí una Congregación dedicada a velar por el comportamiento
evangélico de obispos, sacerdotes, religiosos y laicos. Siendo esto último lo
más importante que tiene que cuidar la Iglesia. En todo esto, el ejemplo del
papa Francisco es una fuente de esperanza para los cristianos y para el mundo.
Bienaventurada
Virgen María de Lourdes
Memoria de la Bienaventurada Virgen María
de Lourdes. Cuatro años después de la proclamación de su Inmaculada Concepción,
la Santísima Virgen se apareció en repetidas ocasiones a la humilde joven santa
María Bernarda Soubirous en los montes Pirineos, junto al río Gave, en la gruta
de Massabielle, de la población de Lourdes, y desde entonces aquel lugar es
frecuentado por muchos cristianos, que acuden devotamente a rezar.
Vida de
Bienaventurada Virgen María de Lourdes
Sucedió en las cercanías de los Pirineos
franceses. Fue un hecho impensado y nada previsto que acabó revolucionando las
conciencias y pasó con elegancia por encima de las mentes un tanto cegatas para
lo sobrenatural por la corriente racionalista y anticlerical de aquellos
franceses. El mismo día en que se celebraba en la liturgia de la iglesia la
fiesta de la Anunciación se reveló con la sencillez de las cosas grandes que
aquella aparición repetida tantas veces era nada menos que la misma Virgen
María. Sí, la visita era grandiosa por la dignidad y asombrosa por lo
inusitado. La muchacha que se afirmaba como vidente ni siquiera sabía
pronunciar bien el término "concepción" las primeras veces y el dogma
como tal hacía muy poco tiempo que se había proclamado en Roma por el Papa.
Pero Bernardita o Bernardette, que así se llamaba, refirió que la aparición
había dicho: "Yo soy la Inmaculada Concepción". La primera aparición
fue el 11 de febrero de 1858. Luego se fueron repitiendo hasta dieciocho veces
y no sin dificultades, burlas, expresiones altivas y otras cosas. Pues buenos
eran aquellos listillos escépticos, algunos bastante engreídos por los
conocimientos de las ciencias humanas. Hubo de superar aquella pobre analfabeta
y con poca salud, hija de una familia pobre arruinada y miserable en aquellos
días todas las trabas imaginables, incluidas las que puso la misma autoridad
eclesiástica. Pero lo que es documentación, hay toda y seria; examinada desde
todos los ángulos que puede contemplarse y someterse a crítica un documento que
pertenece a la Historia; declaraciones, procesos, dictámenes técnicos, pruebas,
cartas y réplicas. Las pruebas de los hechos están exhaustivamente estudiadas:
unas yerbas comidas, la tierra arañada, fuente que brota y gente curada;
aluviones imparables de gente con ganas de rezar y que tiene ansias de
curación; junto a algún iluminado y escéptico excéntrico, multitudes
agradecidas y enfervorizadas. Pidió la Señora que se le edificara una iglesia
por lo pequeño, capilla y se hiciera procesión. Los actos multitudinarios
fueron varias veces prohibidos y el recinto de la cueva cerrado; hasta que
llegó la esposa del almirante Bruat, institutriz de los hijos del emperador,
coincidente en el día con la que hizo el mismo polemista Luis Veuillot, y se
pudo informar de modo adecuado a Napoleón III que mandó levantar la
prohibición. El obispo de Tarbes inició el proceso que duró dos años, hasta que
el 18 de enero de 1862, en carta pastoral firmada por él afirmaba:
"Juzgamos que la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, se apareció
realmente a Bernardetta Soubirous el 11 de febrero de 1858 y días siguientes,
en número de 18 veces, en la gruta de Massabielle, cerca de la ciudad de
Lourdes; que tal aparición contiene todas las características de la verdad y
que los fieles pueden creerla por cierto... Para conformarnos con la voluntad
de la Santísima Virgen, repetidas veces manifestada en su aparición, nos
proponemos levantar un santuario en los terrenos de la gruta". Aún así
hubo restricciones por parte de las autoridades locales, pero trabajaron los
arquitectos, las brigadas de obreros se pusieron en marcha y el 18 de mayo de
1866 pudo consagrarse la cripta, cimiento de la futura capilla. Comenzaron las
peregrinaciones masivas y organizadas en el 1873. En el 1876 se pudo consagrar
la basílica.
La iglesia del Rosario, consagrada en
1901, se levanta para suplir las deficiencias de espacio de la primitiva
basílica, que pronto fueron palpables por la afluencia de peregrinos. En 1958,
consagra el cardenal Roncalli que más tarde será el papa Juan XXIII la basílica
subterránea dedicada a san Pío X; bien merecido porque este papa fue quien
extendió la devoción a toda la Iglesia. Lourdes es un sitio privilegiado para
la devoción cristiana. Oración, silencio para el recogimiento. Abundantes actos
de culto que facilitan la piedad. Muchos rosarios en las manos de los fieles
por los espacios descubiertos e iglesias. Gente enfervorizada de rodillas.
Culto público y multitudinario en tantas ocasiones para atender las necesidades
espirituales de los peregrinos que acuden en masa.
Vía Crucis o Chemin de la Croix que se
recorre entre empinadas pendientes con las estaciones de la Pasión para
facilitar seguir los principales momentos de Jesús sufriente por la humanidad.
Y dos actos cumbres diarios. La procesión con el Santísimo a primera hora de la
tarde, con filas de peregrinos y multitud de enfermos adorantes que reciben su
bendición entre súplicas, lágrimas y actos de fe ¡de esperanza! Porque de vez
en cuando pasa que lo que se pide se alcanza. Es el milagro que hace falta
probar, examinar, discutir, mirar y remirar hasta que se pueda publicar. La
procesión de antorchas por la noche. Cantos, honra, alabanzas en todos los
idiomas pronunciadas, unión de corazones en las avemarías del Rosario;
luminarias de fe.
¿Lo más grande? El enfermo, atendido,
asistido, y hasta mimado; los más tristes y desesperados casos se pueden ver en
cualquier rincón de Lourdes; perfectamente cuidados, llevados y traídos por un
generoso voluntariado internacional y multirracial que con delicadeza ve a otro
Cristo en el cuerpo a veces tan descompuesto de la camilla que empuja o
arrastra
¡Y lo más admirable! La humanidad doliente atendida, esa que
suplica salud para el cuerpo, está pletórica de esperanza, de consuelo; se
percibe a simple vista alegría en la aceptación de la enfermedad, del
sufrimiento. Limitación sosegada y alegre con dulce resignación.
¿Más? Sí. No sería completo el panorama
descrito si no hubiera oportunidades para curar el alma. Igual que hay una
piscina para los cuerpos, por si a la Virgen Santísima le pareciera bien
devolver la salud, hay confesionarios para enjugar las almas, con la certeza
firme de obtener siempre el perdón solicitado en al sacramento de la
reconciliación; y abundan los huecos para los confesores, con facilidad para
idiomas... miles de perdones y gracias.
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