10 DE FEBRERO – LUNES –
5ª – SEMANA DEL T. O. – A –
Santa Escolástica, virgen
Lectura
del primer libro de los Reyes (8,1-7.9-13):
En aquellos días, Salomón convocó a palacio, en
Jerusalén, a los ancianos de Israel, a los jefes de tribu y a los cabezas de
familia de los israelitas, para trasladar el Arca de la Alianza del Señor desde
la Ciudad de David (o sea Sión).
Todos los israelitas se congregaron en torno al rey Salomón en el mes de
Etanín (el mes séptimo), en la fiesta de los Tabernáculos. Cuando llegaron los
ancianos de Israel, los sacerdotes cargaron con el Arca del Señor, y los
sacerdotes levitas llevaron la Tienda del Encuentro, más los utensilios del
culto que había en la Tienda.
El rey Salomón, acompañado de toda la asamblea de Israel reunida con él
ante el Arca, sacrificaba una cantidad incalculable de ovejas y bueyes.
Los sacerdotes llevaron el Arca de la Alianza del Señor a su sitio, el
camarín del templo, al Santísimo, bajo las alas de los querubines, pues los
querubines extendían las alas sobre el sitio del Arca y cubrían el Arca y los
varales por encima.
En el Arca sólo había las dos Tablas de piedra que colocó allí Moisés en el
Horeb, cuando el Señor pactó con los israelitas al salir del país de Egipto, y
allí se conservan actualmente. Cuando los sacerdotes salieron del Santo, la
nube llenó el templo, de forma que los sacerdotes no podían seguir oficiando a
causa de la nube, porque la gloria del Señor llenaba el templo.
Entonces Salomón dijo:
«El Señor quiere habitar en las tinieblas; y yo te he construido un
palacio, un sitio donde vivas para siempre».
Palabra de Dios
Salmo:
131, 6-7. 8-10
R/. Levántate,
Señor, ven a tu mansión
Oímos que estaba en Éfrata,
la encontramos en el Soto de Jaar:
entremos en su morada,
postrémonos ante el estrado de sus pies.
R/.
Levántate, Señor, ven a tu mansión,
ven con el arca de tu poder:
que tus sacerdotes se vistan de gala,
que tus fieles vitoreen.
Por amor a tu siervo David,
no niegues audiencia a tu Ungido. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Marcos (6,53-56):
En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos
terminaron la travesía, tocaron tierra en Genesaret, y atracaron. Apenas
desembarcados, algunos lo reconocieron, y se pusieron a recorrer toda la
comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los
enfermos en camillas.
En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en
la plaza, y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y
los que lo tocaban se ponían sanos.
Palabra del Señor.
1. Estos relatos en forma de sumario,
que recogen curaciones masivas de
Jesús, concretamente en el evangelio de Marcos (1, 32-34; 3, 7-12; 6, 53-56;
cf. Mt 4, 23-24 par), han sido interpretadas como relatos que no merecen
credibilidad. Porque dan la impresión de que cuentan la actividad de un
curandero. Y también porque han sido interpretados como el efecto de prácticas
de magia.
Los escritores que han hablado en este
sentido han sido numerosos.
2.- Pero, para entender correctamente
estos resúmenes (y en general los relatos de curaciones), conviene tener en
cuenta dos cosas:
a) En el antiguo mundo grecorromano,
los milagros eran aceptados como parte del paisaje religioso (J. P. Meier).
b) Nunca deberíamos olvidar que los
evangelios, antes que "libros de historia", son un "mensaje
religioso". Y lo que interesa al creyente que lee estos episodios, no es
analizar al detalle las enfermedades y la posible (o imposible) curación de
tales enfermedades, sino comprender que el lenguaje y la forma de "hechos
prodigiosos", que tanto usan los evangelios, eran una figura literaria que
utilizaban los escritores de la Antigüedad para comunicar un determinado
mensaje.
En el caso de los evangelios, no se
trata de un mensaje religioso, sino de un proyecto de vida.
3.
Esto supuesto, lo único que está claro y, por tanto, no admite dudas es
que Jesús pasó por el mundo dando vida y remediando penas y sufrimientos.
En esto consiste el "proyecto de
vida" que nos transmiten los evangelios. Este es, sin duda, uno de los
rasgos más claros y más insistentemente repetidos en la "teología
narrativa" que son los evangelios.
Según esta teología, queda claro que
Jesús vino, por supuesto, para acercar a la gente a Dios. Pero el medio
fundamental que utilizó, para llevar a la gente a Dios, no fue la piedad, la
devoción o la religiosidad, sino sobre todo la curación de enfermos y, por
tanto, contagiar vida, salud y felicidad.
Jesús se salió de la religión
tradicional. Y vivió intensamente una religiosidad alternativa. La religiosidad
que consiste en ser y vivir como una persona que va contagiando felicidad y
ganas de vivir. El que hace eso es el que ha tomado el camino más directo para
llegar a Dios.
Santa Escolástica, virgen
Nació en el año 480, en
Nursia, Italia. Su madre murió de parto. Es hermana gemela de San Benito. Ambos
se entregaron a Dios desde muy jóvenes y le siguió a Montecassino y alcanzaron
la santidad en la vida religiosa. Murió en el año 547. San Benito murió poco
después.
Después que su
hermano se fuera a Montecasino a establecer el famoso monasterio, ella se
estableció a unas cinco millas de distancia, en Plombariola, donde fundó un
monasterio y la orden de las monjas benedictinas la cual gobernó siguiendo la
regla de su hermano.
Hermana de San
Benito, se consagró a Dios desde su más tierna edad. Mientras su hermano
residió en Monte Casino, ella se hallaba en Plombariola, fundando y gobernando
un monasterio.
Tenía la
costumbre de visitar a San Benito una vez al año y como no estaba permitido que
entrar al monasterio, él salía a su encuentro para llevarla a una casa de
confianza, donde los hermanos pasaban la velada orando, cantando himnos de
alabanza a Dios y discutiendo asuntos espirituales. Sobre la última visita, San
Gregorio hace una notable descripción, en la cual, la santa presintiendo que no
volvería ver más a su hermano, le rogó que no partiera esa noche sino al día
siguiente, pero San Benito se sintió incapaz de romper las reglas de su
monasterio.
Entonces, Santa
Escolástica apeló a Dios con una ferviente oración para que interviniera en su
ayuda, y acto seguido, estalló una fuerte tormenta que impidió que su hermano
regresara al monasterio. Los dos santos pasaron la noche hablando de las cosas
santas y de asuntos espirituales. Tres días después, la santa murió, y su
hermano que se encontraba absorto en la oración tuvo la visión del alma de su
hermana ascendiendo al cielo en forma de paloma.
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