miércoles, 26 de febrero de 2020

Párate un momento: El Evangelio del dia 27 DE FEBRERO – JUEVES DESPUÉS CENIZA – A – SAN GABRIEL DE LA DOLOROSA, religioso






27 DE FEBRERO –
JUEVES DESPUÉS CENIZA – A –
SAN GABRIEL DE LA DOLOROSA, religioso

    Lectura del libro del Deuteronomio (30,15-20):

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
«Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Pues yo te mando hoy amar al Señor, tu Dios, seguir sus caminos, observar sus preceptos, mandatos y decretos, y así vivirás y crecerás y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla.
Pero, si tu corazón se aparta y no escuchas, si te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y les sirves, yo os declaro hoy que moriréis sin remedio; no duraréis mucho en la tierra adonde tú vas a entrar para tomarla en posesión una vez pasado el Jordán.
Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra. Pongo delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que juró dar a tus padres, Abrahán, Isaac y Jacob».

Palabra de Dios

Salmo: 1

R/. Dichoso el hombre
que ha puesto su confianza en el Señor

V/. Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.

V/. Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.

V/. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,22-25):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».

Palabra del Señor

1. Aquí se recoge el primer anuncio de la pasión y muerte que le esperaba a Jesús. Esta fue la primera vez que el mismo Jesús dijo de antemano el final dramático que iba a tener su vida. Este hecho es tan importante, que los tres
evangelios sinópticos reproducen lo que Jesús les dijo a sus compañeros más cercanos.
La forma de vida que Jesús había asumido, los conflictos frecuentes entre Jesús y los dirigentes religiosos de Israel y, sobre todo, las consecuencias que este enfrentamiento iba a tener, todo eso terminó siendo central, no solo en la vida de Jesús y de los discípulos, sino sobre todo en la historia de la humanidad.

2. A continuación, Jesús hace un llamamiento general al "seguimiento', que lleva directamente al mismo final que acababa de anunciar.
Aquí es fundamental tener presente que el "seguimiento" consiste en asumir el mismo proyecto y la misma forma de vida que llevó Jesús. Lo cual quiere decir, entre otras cosas, que el "seguimiento" es constitutivo de la Cristología.
Es decir, se trata de comprender que a Jesús solamente se le puede conocer, se puede saber lo que significa y representa, no mediante el "estudio", sino "compartiendo" su forma y su proyecto de vida.

3. Todo esto nos viene a decir que, es demasiado frecuente el hecho de que no conocemos a Jesús, no sabemos lo que realmente representa para la humanidad, para cada ser humano, para nuestras vidas y nuestro futuro. A Jesús no nos acercamos, ni le conocemos, mediante el sufrimiento y los conflictos.
A Jesús lo conocemos tomando en serio su proyecto de una vida honrada, misericordiosa, honesta, de buenas personas. A Jesús no lo encontramos en la religiosidad, sino en la lucha por la libertad, la justicia, la igualdad, la defensa de los más débiles y los que más sufren. En esto está la clave del Evangelio.

SAN GABRIEL DE LA DOLOROSA, religioso

El 1 El primero de marzo de 1838 nació en el pueblecito de Asís (Italia) un niño llamado Francisco que, como el famoso fundador de los franciscanos, llegó a ser santo. Era el undécimo de trece hermanos y quedó huérfano de madre a los cuatro años.
Francisco (que tomó más tarde como nombre religioso Gabriel de la Dolorosa) tenía un "temperamento suave, jovial, insinuante, decidido y generoso, poseía también un corazón sensible y lleno de afectividad... Era de palabra fácil apropiada, inteligente, amena y llena de una gracia que sorprendía..." De estatura más bien alta (medía 1,70 metros), tenía "buena voz, era ágil y bien formado" (ib.).
 Con su familia se trasladó a Spoleto donde, como el otro Francisco, era un líder de los jóvenes. Allí fue a la escuela de los hermanos de las Escuelas Cristianas, y al liceo clásico con los jesuitas. Le agradaba mucho el canto, y consiguió premios en poesía latina y en las veladas teatrales.  Era un joven dinámico, con una gran pasión por su fe cristiana. En su habitación había colocado una escultura de la Piedad para su veneración íntim .
Cuando iba al teatro Meliso con su padre, muchas veces salía a escondidas para ir a rezar bajo el pórtico de la catedral, que estaba muy cerca; después regresaba antes de que concluyera la función para salir con los demás espectadores. Algunas veces usaba cilicio y se sabe que en una ocasión rechazó las proposiciones deshonestas de un libertino, amenazándole con una navaja.

Interviene la Virgen María
El 22 de agosto de 1856 estaba asistiendo a la procesión de la "Santa Icone", una imagen mariana venerada en Spoleto, cuando la Virgen María le habló al corazón para invitarle con apremio: "Tú no estás llamado a seguir en el mundo. ¿Qué haces, pues, en él? Entra en la vida religiosa". El 10 de septiembre de 1856 entró en el noviciado pasionista de Morrovalle (Macerata) y tomó el nombre religioso de Gabriel. Tenía solo 18 años. Su entrega fue con todo su corazón y en la vida religiosa encontró su felicidad: "La alegría y el gozo que disfruto dentro de estas paredes son indecibles". Sus mayores amores eran Jesús Crucificado, la Eucaristía y la Virgen María.

Muerte
En el convento de Isola, cuando los primeros rayos del sol entraban por la ventana de su Ex-voto celda en la mañana del 27 de febrero de 1862, Gabriel, sumido en éxtasis de amor y rodeado por los religiosos que lloraban junto a su lecho, abandonó la tierra y fue al cielo, invitado por la Virgen María.
Treinta años más tarde, El 17 de octubre de 1892, se iniciaron los trámites para inscribirlo entre los santos ya que la devoción de los fieles y los milagros que realizaba eran muchos.
Fue canonizado por Benedicto XV en 1920.
Declarado copatrón de la juventud católica italiana, 1926
Patrón principal de Abruzo en 1959.



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