28 DE FEBRERO –
VIERNES DESPUÉS CENIZA – A –
SANTOS MÁRTIRES DE ALEJANDRIA
Lectura del libro de lsaías (58,1-9a):
ESTO dice el Señor Dios:
«Grita a pleno pulmón, no te contengas; alza
la voz como una trompeta, denuncia a mi pueblo sus delitos, a la casa de Jacob
sus pecados.
Consultan mi oráculo a diario,
desean conocer mi voluntad.
Como si fuera un pueblo que practica la
justicia y no descuida el mandato de su Dios, me piden sentencias justas, quieren
acercarse a Dios.
“¿Para qué ayunar, si no haces caso; mortificarnos, si no te enteras?”
En realidad, el día de ayuno hacéis vuestros negocios y apremiáis a
vuestros servidores;
ayunáis para querellas y litigios,
y herís con furibundos puñetazos.
No ayunéis de este modo, si queréis que se oiga vuestra voz en el cielo.
¿Es ese el ayuno que deseo en el día de la penitencia: inclinar la cabeza
como un junco,
acostarse sobre saco y ceniza?
¿A eso llamáis ayuno, día agradable al
Señor?
Este es el ayuno que yo quiero:
soltar las cadenas injustas,
desatar las correas del yugo,
liberar a los oprimidos,
quebrar todos los yugos,
partir tu pan con el hambriento,
hospedar a los pobres sin techo,
cubrir a quien ves desnudo
y no desentenderte de los tuyos.
Entonces surgirá tu luz como la aurora, enseguida se curarán tus heridas, ante
ti marchará la justicia, detrás de ti la gloria del Señor.
Entonces clamarás al Señor y te responderá; pedirás ayuda y te dirá: “Aquí
estoy”».
Palabra de Dios
Salmo:
50,3-4.5-6a.18-19
R/.
Un corazón quebrantado y humillado,
tú, Dios mío, no lo desprecias
V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
V/. Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad en tu presencia. R/.
V/. Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo
querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (9,14-15):
EN aquel tiempo, os discípulos de Juan se le acercan a
Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus
discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está
con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces
ayunarán».
Palabra del Señor
1. Los tres
evangelios sinópticos establecen, con claridad y fuerza, la contraposición
entre Jesús y Juan Bautista. Juan fue un asceta del desierto, mientras que
Jesús vivió entre la gente y con la gente. El proyecto de vida de los ascetas
del desierto fue siempre la propia santificación. Mientras que el proyecto de
vida de Jesús fue, en todo momento, la felicidad
de los demás.
Por esto, mientras
que Juan Bautista centró su predicación en la condena del pecado y de los
pecadores, Jesús centró su predicación y su actividad en tres cosas capitales:
a) La salud de las
personas (curaciones de enfermos).
b) La comida
compartida con toda clase de ciudadanos, especialmente los pobres y los
pecadores.
c) Las mejores
relaciones interpersonales incluso con enemigos, extranjeros y excluidos.
2. El ayuno
es privación, castigo del propio cuerpo, aproximación a la muerte.
El problema que
esto plantea es que, si eso se hace para agradar a Dios o para buscar a Dios,
tal cosa nos vendría a decir que creemos en un Dios que, no solo tolera, sino
que incluso busca y quiere y hasta se complace en el dolor y la muerte de los
seres humanos.
Por tanto, el
Evangelio no da pie, ni sirve como fundamento, para utilizar a Dios y la
voluntad de Dios, como justificante de una vida sacrificada, humillada y dura,
que solo sirve para tranquilizar la propia conciencia, sin resolver los
problemas más serios que plantea la vida.
3. La frase
final, que de alguna manera pretende justificar la práctica del ayuno, proviene
seguramente de grupos o pequeñas comunidades de cristianos que se
empeñaban en mantener el ayuno como práctica de la Iglesia. Pero no
pasa de eso.
Si la Iglesia
quiere ser fiel a lo que fue la vida y las enseñanzas de Jesús, se tendrían que
abandonar definitivamente prácticas y tradiciones, como la del ayuno, que no
se puede explicar o justificar desde el Evangelio.
SANTOS MÁRTIRES DE ALEJANDRÍA
Conmemoración
de muchísimos santos mártires en Alejandría de Egipto, que, en tiempos del
emperador Teodosio, con el aumento del número de cristianos fueron capturados
por los fieles de Serapis y, rechazaron con firmeza adorar su ídolo, fueron
cruelmente masacrados. c. 392.
Teófilo,
arzobispo de Alejandría, obtuvo un rescripto del emperador Teodosio, por el
cual le autorizaba a convertir el templo de Dionisio en una iglesia cristiana.
Esto produjo motines que trajeron en consecuencia la muerte de mucha gente. Los
rebeldes hicieron su cuartel general en el gran templo de Serapis, desde donde
hacían sus correrías y se apoderaban de los cristianos, a quienes inducían a
ofrecer sacrificios a Serapis; los que se negaban sufrían una muerte cruel.
El
emperador manifestó admiración por aquellos que habían recibido la corona del
martirio. Para honrar más su gloriosa muerte, perdonó a los asesinos, pero
ordenó que todos los templos paganos en Egipto fueran destruidos. Cuando se
supo esto en Alejandría, los paganos abandonaron el templo de Serapis,
derribaron el ídolo y lo quemaron. Se le había hecho creer al pueblo que, al
ser tocado el ídolo, el cielo se vendría abajo y la tierra sería un caos.
Tan
pronto como vieron que nada de esto sucedía, muchos de los paganos abrazaron el
cristianismo. Dos iglesias fueron construidas sobre el templo de Serapis, uno
de los monumentos más grandes del mundo antiguo.
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