13 DE FEBRERO – JUEVES –
5ª – SEMANA DEL T. O. – A –
San Benigno de Todi
Lectura
del primer libro de los Reyes (11,4-13):
Cuando el rey Salomón llegó a viejo, sus mujeres
desviaron su corazón tras dioses extranjeros; su corazón ya no perteneció por
entero al Señor como el corazón de David, su padre. Salomón siguió a Astarté,
diosa de los fenicios, y a Malcón, ídolo de los amonitas. Hizo lo que el Señor
reprueba; no siguió plenamente al Señor como su padre David.
Entonces construyó una ermita a Camós, ídolo de Moab, en el monte que se
alza frente a Jerusalén, y a Malcón, ídolo de los amonitas. Hizo otro tanto
para sus mujeres extranjeras, que quemaban incienso y sacrificaban en honor de
sus dioses.
El Señor se encolerizó contra Salomón, porque había desviado su corazón del
Señor Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, y que precisamente
le había prohibido seguir a dioses extranjeros; pero Salomón no cumplió esta
orden.
Entonces el Señor le dijo:
«Por haberle portado así conmigo, siendo infiel al pacto y a los mandatos
que te di, te voy a arrancar el reino de las manos para dárselo a un siervo
tuyo. No lo haré mientras vivas, en consideración a tu padre David; se lo
arrancaré de la mano a tu hijo. Y ni siquiera le arrancaré todo el reino;
dejaré a tu hijo una tribu, en consideración a mi siervo David y a Jerusalén,
mi ciudad elegida.»
Palabra de Dios
Salmo:
105,3-4.35-36.37.40
R/.
Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo
Dichosos los que respetan el derecho
y practican siempre la justicia.
Acuérdate de mí por amor a tu pueblo,
visítame con tu salvación. R/.
Emparentaron con los gentiles,
imitaron sus costumbres;
adoraron sus ídolos
y cayeron en sus lazos. R/.
Inmolaron a los demonios
sus hijos y sus hijas.
La ira del Señor se encendió contra su
pueblo,
y aborreció su heredad. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Marcos (7,24-30):
En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Se
alojó en una casa, procurando pasar desapercibido, pero no lo consiguió; una
mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró en seguida,
fue a buscarlo y se le echó a los pies.
La mujer era griega, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el
demonio de su hija.
Él le dijo:
«Deja que coman primero los hijos. No está bien echarles a los perros el
pan de los hijos.»
Pero ella replicó:
«Tienes razón, Señor; pero también los perros, debajo de la mesa, comen las
migajas que tiran los niños.»
Él le contestó:
«Anda, vete, que, por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija».
Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se
había marchado.
Palabra del Señor
1. Es verdad que, al final de este relato, la
presencia de Jesús es también salud y vida para la chica que estaba enferma.
Pero también es cierto que, según las palabras del propio Jesús, lo que sanó a
la niña no fue el milagro de Jesús, sino lo que dijo la madre de aquella
muchacha. Y lo que dijo aquella madre fueron unas palabras de tanta humildad y
de tal bondad, que allí mismo se modificó el pensamiento de Jesús y se expulsó
al demonio.
La humildad y la
bondad de las buenas personas desarman a Dios y espantan al diablo. No creemos
lo suficiente en la fuerza de la bondad, y menos aún creemos en lo irresistible
que es el poder de la humildad.
El orgullo, la
arrogancia y la prepotencia son expresiones de la propia inconsistencia y de la
propia debilidad.
2. Sin embargo, este evangelio muestra las
dificultades que generan las religiones por causa de las divisiones y
preferencias que establecen. En el judaísmo existía el convencimiento de que
los judíos eran los preferidos de Dios, aunque la salvación alcanzaría también,
en segundo lugar, a los demás pueblos.
De esta idea participaba san Pablo (Rm
1, 16; cf. Hch 13, 46). Y es el criterio que Marcos, refleja aquí.
3. Jesús, educado en la cultura y en la religión
de su pueblo, seguramente participaba de estas ideas. Pero, a juicio del relato
de Marcos, la humanidad y la bondad de una pobre mujer extranjera fueron más
fuertes que todo. Al mismo Jesús le hicieron ver las cosas de otra manera.
San Benigno de Todi
Presbítero
y Mártir
Martirologio
Romano: En Todi, ciudad de la Umbría, san Benigno, presbítero y mártir (s.
IV).
Etimología:
Benigno = Aquel que actúa con Benevolencia, es de origen latino.
Breve Biografía
Dicen
que un fraile, en un arrebato de falsa devoción, quiso llevarse a su convento
-eso que se llama robar una cosa sagrada y como agravante en un sitio también
sagrado- la cabeza del santo que reposaba dentro de un relicario de plata en el
monasterio de benedictinas que se llama «De las Milicias», en Todes. En su
intento, y sin saber muy bien lo que pasaba, no pudo salir del templo por no
poder localizar las puertas hasta poco antes tan expeditas. Así, se vio
obligado a depositar la reliquia de san Benigno en el sitio que le
correspondía.
Todes
es una de las primeras ciudades evangelizadas de Hungría. Benigno vive en la
segunda mitad del siglo III. Y se ha dado conocer entre los suyos como un
insigne propagador de la fe cristiana; lo hace con alegría y con notable
entusiasmo. El obispo Ponciano conoce su afán apostólico y está al tanto de la
sinceridad de su vida; un día lo consagra presbítero para apoyarse en él en el
cumplimiento obligado de atender a su grey y de extender la Salvación.
Llegada
la persecución de Maximiano y Diocleciano, la comunidad de creyentes está
confortada por la atención espiritual que con riesgo constante de su vida le
presta el buen sacerdote Benigno. Socorre a los confesores de la fe presos en
las cárceles; visita las casas de los débiles y les busca por los campos que los
cobijan para darles aliento; y se las arregla para estar cerca de los que son
torturados, acompañando hasta donde es posible humanamente a los que se
disponen al martirio.
Pasado
el peor momento de estupor, se llena de la audacia del Espíritu Santo y comienza
a predicar con fortaleza de Jesucristo. Ahora lo hace públicamente en el
intento de convertir a los paganos que están en el terrible error de la
idolatría. El principal foco de atención de su discurso es hacerles comprender
que los ídolos son una necedad y el culto que se les tributa supone una
verdadera ofensa al único Dios que merece adoración y puede darles la salvación
ofrecida a todos los hombres sin excepción. Ya no le importa su vida. Se sabe
portador de la verdad y conoce bien que ella no es exclusivamente para él. Sólo
Jesús es el Señor y todos han de servirle.
Lo que
era presumible con ese comportamiento se hace realidad. Es apresado y obligado
a apostatar, siendo inútiles los tormentos que tuvo que soportar el fiel y
valiente discípulo. Por fin, muere el 13 de febrero del año 303 con la cabeza
cortada, aquella que el fraile quiso cambiar de sitio.
La
catequesis, es decir, llevar a Cristo a los demás, comporta la responsabilidad
de ser fiel a lo que se propone y ni que decir tiene que en este contexto la
vida humana no es ningún valor absoluto. ¡Qué bien lo supo hacer san Benigno
sin tener que darle vueltas a los textos de las bibliotecas de las
universidades que aún no se habían inventado! Fue sencillamente el don del
Espíritu Santo. Hoy también hacen bastante falta sacerdotes -no sólo en
Hungría- cuidadosos menos de su propia vida que de la Salvación que ofrecen y
¡obispos que los descubran!
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