12 DE NOVIEMBRE – JUEVES –
32ª – SEMANA
DEL T. O. – A –
San Josafat Kuncewicz
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a Filemón (7-20):
Me alegró y animó mucho tu caridad, hermano, porque tú has
aliviado los sufrimientos de los santos. Por eso, aunque tengo plena libertad
en Cristo para mandarte lo que conviene hacer, prefiero rogártelo apelando a tu
caridad, yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús. Te recomiendo a
Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión, que antes era tan inútil
para ti, y ahora, en cambio, es tan útil para ti y para mí; te lo envío como
algo de mis entrañas. Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me
sirviera en tu lugar, en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he
querido retenerlo sin contar contigo; así me harás este favor, no a la fuerza,
sino con libertad. Quizá se apartó de ti para que lo recobres ahora para
siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor: como hermano querido. Si yo lo
quiero tanto, cuánto más lo has de querer tú, como hombre y como cristiano. Si
me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí mismo. Si en algo te ha
perjudicado y te debe algo, ponlo en mi cuenta; yo, Pablo, te firmo el pagaré
de mi puño y letra, para no hablar de que tú me debes tu propia persona. Por
Dios, hermano, a ver si me das esta satisfacción en el Señor; alivia mi
ansiedad, por amor a Cristo.
Palabra de Dios
Salmo: 145,7.8-9a.9bc-10
R/. Dichoso a quien auxilia el Dios de
Jacob
Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R/.
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas
(17,20-25):
En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo
iba a llegar el reino de Dios Jesús les contestó:
«El reino de Dios no vendrá
espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el
reino de Dios está dentro de vosotros.»
Dijo a sus discípulos:
«Llegará un tiempo en que desearéis
vivir un día con el Hijo del hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o
está allí no os vayáis detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un
horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que
padecer mucho y ser reprobado por esta generación.»
Palabra del Señor
1. A la pregunta de los
fariseos, que seguramente pensaban en una manifestación portentosa del
Reino de Dios, Jesús responde que el Reino de Dios está dentro de vosotros.
Frente a las ideas de la teología
liberal del s. XIX, que presentaba el Reino de Dios como una realidad más allá
de la historia ("meta- histórica"), desde A. Ritsch se presta la
debida atención a estas palabras de Jesús: el Reino está "en
vosotros" (entos ymón). Es decir, el Reino de Dios es una realidad ética,
que está ligada a la conducta humana.
2. Por eso Jesús insiste
en que el Reino de Dios no es una realidad aparatosa y espectacular. No se ha
de buscar en nada de eso, sino en la verdad de la vida honrada y justa de cada
uno. Porque, en definitiva, el "Reino de Dios" es "Dios".
Encontrar el Reino (o Reinado) de
Dios es encontrar a Dios.
En la expresión "Reino de
Dios", la palabra "Dios" está en genitivo. Se trata de un
genitivo explicativo. Es decir, el "reinado de Dios" nos explica
dónde está y lo que podemos saber sobre Dios. - ¿Dónde está Dios, por tanto?
Donde se cura el mal y el dolor,
donde se imparte felicidad a la gente, donde se contagia bondad.
“Regnum Dei Deus est” = el reino de Dios es Dios (B. D. Chilton).
Y sabemos, por los evangelios, que el
Reino está donde se da paz, alegría y felicidad.
3. Por eso Jesús advierte
que antes de la presencia del Reino él tendrá que pasar por el dolor y la
humillación de la cruz.
La exigencia ética máxima es el motor
de la presencia y la eficacia del Reino en este mundo.
San Josafat Kuncewicz
Su nombre de bautismo fue Juan Kunsevich.
Nació en Vladimir de Volhinia (actual Polonia) hacia el 1581. En 1601 ingresó
en el monasterio de la Santísima Trinidad de Vilna y 13 años después fue
nombrado abad de Vilna. Católico en tierra de cisma, intenta descubrir a su
pueblo la fe de la Iglesia universal. Cuando es nombrado, contra su querer, por
el Papa Paulo V, Arzobispo de Polotsk, se hace inconmensurable su celo y
caridad en una archidiócesis infestada por el cisma. Su actividad, su fuerza
moral y su vida interior suscita envidias y celos porque la Rusia blanca,
rejuvenecida, se está pasando al lado de Roma. En 1623, un tumulto invade su
domicilio y es asesinado y arrojado su cuerpo al río. El arzobispo rival de
Josafat, Melecio, una vez convertido, hará profesión de fe católica en Roma el
26 de Febrero del año 1627 ante el papa.
Vida
de San Josafat Kuncewicz
El Cisma de
Oriente fue en Julio del 1054. Rusia y las regiones a ella sometidas fueron
adhiriéndose al cisma en el decurso del siglo XV. La unión de los rutenos con
Roma tuvo lugar a fines del siglo XVI (1595-1596), justo cuando Juan —que así
se llamaba el santo— tenía unos 15 años. Había nacido en Vlodimir (Volinia) el
año 1580, en el seno de una familia noble. Se bautizó en la Iglesia bizantina
separada de Roma.
Pasa a Vilna a
formarse y, como es aficionado a la lectura y toma sus preferencias por los temas
religiosos, conoció la verdad católica y se adhirió a ella, aunque en Vilna,
eran aún pocos los unidos a Roma. Desde este descubrimiento van aumentando en
él los deseos de que su pueblo abrace la unión con Roma, heredera de la fe y
autoridad de Pedro sobre la que Cristo fundó su Iglesia.
Decide entrar en
el monasterio de San Basilio. Ahora ha cambiado el nombre, mantiene la
"J" de Juan y se llama Josafat. Desea de modo vehemente la unión de
los disidentes con Roma y quiere dedicar todos sus esfuerzos a esta tarea. Vive
con mortificación intensa y mucha oración.
Se ordena
sacerdote. Por su celo, unos le llaman "el azote de los herejes" y
otros "el raptor de almas". Los disidentes fanáticos urden tramas
contra él; alguna vez la abofetean. Ejerce el ministerio en varias poblaciones:
Zyrowiecz, Byten y Pinsk. Reanima las casas de la Orden y queda sólidamente
restablecidos los monasterios de monjas y monjes basilianos.
Nombrado
archimandrita de la Santísima Trinidad, de Vilna, en 1614. Por las pocas
vocaciones, hace de todo: gobierno del monasterio, predicador, confesor,
administrador, cantor y visitador de religiosas. Entre los jóvenes busca
vocaciones para la vida monástica. Da impulso unionista en su monasterio
renovado.
Cuando es
nombrado, contra su querer, por el Papa Paulo V, Arzobispo de Polotsk, se hace
inconmensurable su celo y caridad en una archidiócesis infestada por el cisma.
En vez de acobardarse ante las dificultades, se crece: arrecia en penitencia y
oración. El ejemplo de su austeridad conmueve; la primera autoridad
eclesiástica vive de tal modo que, en determinada ocasión, tiene que empeñar su
manto episcopal para aliviar a una viuda necesitada. Entregado a su ministerio
pastoral, rehuye inmiscuirse en política, restaura la catedral, edifica iglesias,
erige monasterios, escribe ilustrando el Primado de Pedro y defiende el
patrimonio de la Iglesia. Su actividad, su fuerza moral y su vida interior
suscita envidias y celos porque la Rusia blanca, rejuvenecida, se está pasando
al lado de Roma.
Hasta tal punto
llama la atención lo que está sucediendo en torno a Josafat que el Patriarca
disidente de Jerusalén, Teófanes, viaja de incógnito y consagra obispos
cismáticos en secreto para situarlos en sedes rutenas unidas ya a Roma con el
fin de contrarrestar la actividad exitosa de Josafat. En Polotsk se sitúa a
Melecio Smotricio que recibe el encargo de entorpecer, disminuir y eliminar si
fuera posible la eficiencia unionista de Josafat. Aumentan las calumnias y las
intrigas. Las armas que utiliza el arzobispo en la presente guerra a muerte
entre disidentes y unionistas son la oración, la humildad sincera, la caridad
exquisita y las frecuentes visitas pastorales para animar a los fieles y
alentar a los pusilánimes. En una de ellas encontrará la muerte. En la que hace
a Vitebsk. Aquí se urde una trama para asesinarlo en su propio domicilio. Un
tumulto de mujerzuelas y populacho enloquecido invade su domicilio donde es
lastimosamente ultrajado, vapuleado y tratado a hachazos; los promotores del
alboroto han sido un presbítero llamado Elías con la complicidad de clérigos
cismáticos. Sacado a rastras a la calle le rematan con dos disparos de lombarda
en la cabeza. Su cuerpo fue arrojado al río Duna atadas sendas piedras a los
pies y a la cabeza. Al cabo de cinco días son rescatados sus restos del agua,
trasladados a la catedral de Vitebsk y poco después a la sede arzobispal de
Polotsk. El arzobispo rival de Josafat, Melecio, una vez convertido, hará
profesión de fe católica en Roma el 26 de Febrero del año 1627 ante el papa.
La persecución
contra la Iglesia Católica y contra Roma en las regiones de Rusia y Rusia
blanca, no es sólo cosa de los siglos XIX y XX. La fe de los rutenos y
ucranianos, dentro y fuera del país, son el puntal más fuerte de la Iglesia
católica oriental unida a Roma y la esperanza del retorno a la unión.
Fuente:
http://www.archimadrid.es/princi/princip/otros/santoral/santora
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