jueves, 19 de noviembre de 2020

Párate un momento: El Evangelio del dia 20 DE NOVIEMBRE – VIERNES – 33ª – SEMANA DEL T. O. – A – San Edmundo rey

 

 


20 DE NOVIEMBRE – VIERNES – 

33ª – SEMANA DEL T. O. – A –

San Edmundo rey

 

Lectura del libro del Apocalipsis (10,8-11):

Yo, Juan, escuché la voz del cielo que se puso a hablarme de nuevo diciendo:

«Ve a tomar el librito abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra».

Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el librito. Él me dice:

«Toma y devóralo; te amargará en el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel».

Tomé el librito de mano del ángel y lo devoré; en mi boca sabía dulce como la miel, pero, cuando lo comí, mi vientre se llenó de amargor.

Y me dicen:

«Es preciso que profetices de nuevo sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reinos».

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 118,14.24.72.103.111.131

R/. ¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!

Mi alegría es el camino de tus preceptos,

más que todas las riquezas. R/.

Tus preceptos son mi delicia,

tus enseñanzas son mis consejeros. R/.

Más estimo yo la ley de tu boca

que miles de monedas de oro y plata. R/.

¡Qué dulce al paladar tu promesa:

más que miel en la boca! R/.

Tus preceptos son mi herencia perpetua,

la alegría de mi corazón. R/.

Abro la boca y respiro,

ansiando tus mandamientos. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,45-48):

En aquel tiempo, Jesús entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles:

«Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos”».

Todos los días enseñaba en el templo.

Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.

 

Palabra del Señor

 

1.  La interpretación más difundida sobre este episodio consiste en decir que Jesús quiso la "purificación" del Templo.  Pero esta explicación tropieza con una dificultad:

- ¿qué había que purificar en el Templo? Los sacrificios de animales eran parte esencial del culto religioso. Y para sacrificar los animales, como es lógico, había que adquirirlos.

- ¿Es que los vendían demasiado caros?

- ¿Es que con eso hacían negocio los sacerdotes?  No hay indicio alguno de estas cosas.

No parece, pues, que fuera necesaria ninguna "purificación del Templo".

 

2.  Entonces, - ¿por qué hizo Jesús una acción tan provocativa, que resultó ser la acusación más fuerte que se hizo contra Jesús en el juicio religioso (Mt 26,60 s par) y el motivo de burla cuando estaba en la cruz (Mt 27, 39 s par)?

Para responder a esta cuestión, se ha dicho que el gesto de Jesús fue una "acción simbólica" (J. Roloff, J. P. Meier...).  

- ¿En qué sentido?

Es evidente que la acción de Jesús fue un "ataque" al Templo.  No simplemente a "aquel" Templo.  

Jesús se enfrentó directamente a la religión que tiene su centro en el templo, el que sea, y sea la que sea esa religión. Lo que relata este evangelio fue un ataque que se vio como un anuncio de la "destrucción" de la religión del Templo.

Los primeros cristianos estaban convencidos de esto.  De ahí la acusación que contra Esteban (Hch 6, 14).

Lo que Jesús pretendía era la desaparición del templo, que sería sustituido por el templo nuevo y perfecto (E. R Sanders).

 

3.-   El templo nuevo y perfecto es Jesús mismo (Jn 2, 19-22). La presencia de Dios ya no está circunscrita a un espacio sagrado. Dios está en Jesús, es el Dios humanizado. Y por eso está en todo ser humano.  De ahí que el autor de la carta a los Hebreos afirma que la muerte de Jesús, interpretada como "sacrificio introdujo un "cambio radical en la condición religiosa de la humanidad".  La nueva religiosidad, a partir de Jesús, no consiste en el culto y respeto en el templo, al margen de la vida en su totalidad, sino que consiste en la vida entera, en el respeto a todo ser humano y en el amor sin condiciones. He aquí el cambio de religiosidad que la Iglesia no acepta y que los cristianos no entendemos. Por eso tampoco entendemos, ni vivimos, el Evangelio.

 

San Edmundo rey

 


 

Comenzó a gobernar sobre los anglos del Este cuando sólo tenía quince años, en el 855. Habiéndolo tomado prisionero los daneses, propusiéronle que abandonase su religión a lo que se negó resueltamente. En consecuencia, fue azotado y muerto a flechazos, el año 870.

 

Vida de San Edmundo rey

 

Offa es rey de Estanglia. Un buen día decide pasar el último tramo de su vida haciendo penitencia y dedicándose a la oración en Roma. Renuncia a su corona a favor de Edmundo que a sus catorce años es coronado rey, siguiendo la costumbre de la época, por Huberto, obispo de Elman, el día de la Navidad del año 855.

Pronto da muestras de una sensatez que no procede sólo de la edad. Es modelo de los buenos príncipes. No es amigo de lisonjas; prefiere el conocimiento directo de los asuntos a las proposiciones de los consejeros; ama y busca la paz para su pueblo; se muestra imparcial y recto en la administración de la justicia; tiene en cuenta los valores religiosos de su pueblo y destaca por el apoyo que da a las viudas, huérfanos y necesitados.

Reina así hasta que llegan dificultades especiales con el desembarco de los piratas daneses capitaneados por los hermanos Hingaro y Hubba que siembran pánico y destrucción a su paso. Además, tienen los invasores una aversión diabólica a todo nombre cristiano; con rabia y crueldad saquean, destruyen y entran al pillaje en monasterios, templos o iglesias que encuentran pasando a cuchillo a monjes, sacerdotes y religiosas. Una muestra es el saqueo del monasterio de Coldinghan, donde la abadesa santa Ebba fue degollada con todas sus monjas.

Edmundo reúne cómo puede un pequeño ejército para hacer frente a tanta destrucción pero no quiere pérdidas de vidas inútiles de sus súbditos ni desea provocar la condenación de sus enemigos muertos en la batalla. Prefiere esconderse hasta que, descubierto, rechaza las condiciones de rendición por atentar contra la religión y contra el bien de su gente. No acepta las estipulaciones porque nunca compraría su reino a costa de ofender a Dios. Entonces es azotado, asaeteado como otro san Sebastián, hasta que su cuerpo parece un erizo y, por último, le cortan la cabeza que arrojan entre las matas del bosque.

Sus súbditos buscaron la cabeza para enterrarla con su cuerpo, pero no la encuentran hasta que escuchan una voz que dice: "Here", es decir, "aquí".

Este piadosísimo relato tardío colmado de adornos literarios en torno a la figura del que fue el último rey de Estanglia exaltan, realzan y elevan la figura de Edmundo hasta considerarlo mártir que, por otra parte, llegó a ser muy popular en la Inglaterra medieval. Sus reliquias se conservaron en Bury Saint Edmunds, en West Sufflok, donde en el año 1020 se fundó una gran abadía.

 

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