lunes, 2 de noviembre de 2020

Párate un momento: El Evangelio del dia 4 DE NOVIEMBRE – MIERCOLES – 31ª – SEMANA DEL T. O. – A – SAN CARLOS BORROMEO

 

 


4 DE NOVIEMBRE – MIERCOLES –

 31ª – SEMANA DEL T. O. – A –

SAN  CARLOS  BORROMEO

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,12-18):

Ya que siempre habéis obedecido, no sólo cuando yo estaba presente, sino mucho más ahora en mi ausencia, seguid actuando vuestra salvación con temor y temblor, porque es Dios quien activa en vosotros el querer y la actividad para realizar su designio de amor.

Cualquier cosa que hagáis, sea sin protestas ni discusiones, así seréis irreprochables y límpidos, hijos de Dios sin tacha, en medio de una gente torcida y depravada, entre la cual brilláis como lumbreras del mundo, mostrando una razón para vivir.

El día de Cristo, eso será una honra para mí, que no he corrido ni me he fatigado en vano. Y, aun en el caso de que mi sangre haya de derramarse, rociando el sacrificio litúrgico que es vuestra fe, yo estoy alegre y me asocio a vuestra alegría; por vuestra parte, estad alegres y asociaos a la mía.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 26,1.4.13-14

 

R/. El Señor es mi luz y mi salvación

El Señor es mi luz y mi salvación,

¿a quién temeré?

El Señor es la defensa de mi vida,

¿quién me hará temblar? R/.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré:

habitar en la casa del Señor

por los días de mi vida;

gozar de la dulzura del Señor,

contemplando su templo. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor

en el país de la vida.

Espera en el Señor, sé valiente,

ten ánimo, espera en el Señor. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (14,25-33):

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:

 «Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.

Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío.

Así, - ¿quién de vosotros, sí quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?

No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:

"Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar."

- ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil?

Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.

Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.»

 

Palabra del Señor

 

1.  Jesús pronunció estas palabras cuando iba de camino hacia Jerusalén (Lc 14, 25). Jesús sabía que iba derecho al enfrentamiento final que le llevaría a la cruz. Él sabía esto, no porque tuviera ciencia divina (cosa que no consta en ninguna parte, ni nadie sabe, ni puede saber, lo que es eso), sino porque tenía sensatez humana, con la que había aprendido que quienes se enfrentan a un sistema religioso-político, como él lo venía haciendo, terminaban sus días de la peor manera.

Así aceptó Jesús "la función más baja que una sociedad puede adjudicar: la de delincuente ejecutado" (Gerd Theissen). Y conste que lo que Jesús vio que era una constante en su tiempo, lo sigue siendo hoy.

 

2.  Jesús tomó esta decisión y echó por este camino porque se dio cuenta de que solo quienes llegan a este radicalismo son los que mantienen el ideal y la esperanza de que este mundo pueda ser distinto: un mundo con menos egoísmo y ambiciones y con más humanidad y gente más honrada.  Con un ejemplo basta: desde hace un siglo, los que han logrado que este mundo sea más soportable no han sido los que han organizado y ganado las guerras; ni los que han acumulado enormes capitales, y menos aun los que han matado a todos sus enemigos. 

Los que han hecho algo determinando y definitivo por el bien de este mundo, algo que ha quedado como memoria de esperanza, han sido los que tomaron decisiones que les han llevado a la muerte: Gandhi, Martin L. King, Oscar Romero, Maximiliano Kolbe y tantos otros cuyos nombres nadie conoce.

 

3.  Jesús dice que para llegar a esto hay que superar y pasar por encima de todos los lazos humanos que nos condicionan la libertad y nos incapacitan para superar el miedo. Es duro esto. Pero es posible. A partir de una mística que se traduce en fuerza. La fuerza que solo entienden los que la tienen.

Se trata de la fuerza que tiene la BONDAD. La bondad de los débiles, de los descalificados, de los que fracasan. Los que viven de forma que así se "autoes-tigmatizan", esos son los que hacen este mundo más humano, más habitable, más gozoso para vivir en él.

 

SAN  CARLOS  BORROMEO


 

Nació en Arona (Lombardía) en el año 1538; después de haberse graduado en ambos derechos, fue agregado al colegio cardenalicio por su tío Pío IV y nombrado obispo de Milán. Fue un verdadero pastor de su grey; visitó varias veces toda su diócesis, convocó sínodos, decretó muchas disposiciones orientadas a la salvación de las almas y fomentó en gran manera las costumbres cristianas.

Murió el día 3 de noviembre del año 1584.

San Carlos Borromeo, un santo que tomó muy en serio las palabras de Jesús; "Quien ahorra su vida, la pierde, pero el que gasta su vida por Mí, la ganará".

Era de familia muy rica. Su hermano mayor, a quien correspondía la mayor parte de la herencia, murió repentinamente al caer de un caballo. El consideró la muerte de su hermano como un aviso enviado por el cielo, para estar preparado porque el día menos pensado llega Dios por medio de la muerte a pedirnos cuentas. Renunció a sus riquezas y fue ordenado sacerdote y más tarde arzobispo de Milán. Aunque no faltan las acusaciones de que su elección fue por nepotismo (era sobrino del Papa), sus enormes frutos de santidad demuestran que fue una elección del Espíritu Santo.

Como obispo, su diócesis que reunía a los pueblos de Lombardía, Venecia, Suiza, Piamonte y Liguria. Los atendía a todos. Su escudo llevaba una sola palabra: "Humilitas", humildad.  El, siendo noble y riquísimo, vivía cerca del pueblo, privándose de lujos. Fue llamado con razón "padre de los pobres"

       San Carlos Borromeo Decía que un obispo demasiado cuidadoso de su salud no consigue llegar a ser santo y que a todo sacerdote y a todo apóstol deben sobrarle trabajos para hacer, en vez de tener tiempo de sobra para perder.

Para con los necesitados era supremamente comprensivo. Para con sus colaboradores era muy amigable y atento, pero exigente. Y para consigo mismo era exigentísimo y severo.

Fue el primer secretario de Estado del Vaticano (en el sentido moderno).

Fue blanco de un vil atentado, mientras rezaba en su capilla, pero salió ileso, perdonando generosamente al agresor.

Fundó seminarios para formar sacerdotes bien preparados, y redactó para esos institutos unos reglamentos tan sabios, que muchos obispos los copiaron para organizar según ellos sus propios seminarios.

Fue amigo de San Pío V, San Francisco de Borja, San Felipe Neri, San Félix de Cantalicio y San Andrés Avelino y de varios santos más.

Murió joven y pobre, habiendo enriquecido enormemente a muchos con la gracia. ……murió diciendo: "Ya voy, Señor, ya voy". En Milán casi nadie durmió esa noche, ante la tremenda noticia de que su queridísimo Cardenal arzobispo, estaba agonizando.

 

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