domingo, 8 de noviembre de 2020

Párate un momento: El Evangelio del dia 10 DE NOVIEMBRE – MARTES – 32ª – SEMANA DEL T. O. – A – San León Magno papa

 

 


10 DE NOVIEMBRE – MARTES –

 32ª – SEMANA DEL T. O. – A –

            San León Magno papa

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito (2,1-8.11-14):

Habla de lo que es conforme a la sana doctrina. Di a los ancianos que sean sobrios, serios y prudentes; que estén robustos en la fe, en el amor y en la paciencia. A las ancianas, lo mismo: que sean decentes en el porte, que no sean chismosas ni se envicien con el vino, sino maestras en lo bueno, de modo que inspiren buenas ideas a las jóvenes, enseñándoles a amar a los maridos y a sus hijos, a ser moderadas y púdicas, a cuidar de la casa, a ser bondadosas y sumisas a los maridos, para que no se desacredite la palabra de Dios. A los jóvenes, exhórtalos también a ser prudentes, presentándote en todo como un modelo de buena conducta. En la enseñanza sé íntegro y grave, con un hablar sensato e intachable, para que la parte contraria se abochorne, no pudiendo criticarnos en nada. Porque ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo. Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 36,3-4.18.23.27.29

R/. El Señor es quien salva a los justos

Confía en el Señor y haz el bien,

habita tu tierra y practica la lealtad;

sea el Señor tu delicia,

y él te dará lo que pide tu corazón. R/.

El Señor vela por los días de los buenos,

y su herencia durará siempre.

El Señor asegura los pasos del hombre,

se complace en sus caminos. R/.

Apártate del mal y haz el bien,

y siempre tendrás una casa;

pero los justos poseen la tierra,

la habitarán por siempre jamás. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,7-10):

En aquel tiempo, dijo el Señor:

«Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, - ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"? - ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? - ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado?

Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."»

 

Palabra del Señor

 

1.  Siempre que en este texto aparecen los términos "siervo" o "criado" hay que traducir esas palabras por "esclavo" (doulos). En tiempo de Jesús, existía en Palestina la esclavitud. Había mercados de esclavos. Los esclavos paganos eran más caros porque su situación de esclavitud era perpetua, mientras los esclavos judíos solo se compraban para un tiempo limitado de seis años (Jeremias; Str. -Billerbeck).

Lo que a nosotros nos interesa, en este comentario es caer en la cuenta de que, por más que la esclavitud se prohibiera en XIX, sigue habiendo esclavos. Y esclavos que se compran y se venden. Pensar en los niños, las mujeres, los ciudadanos de países pobres que tienen más salida en la vida que vender su tiempo, su trabajo, su liberta, su cuerpo, todo eso o algo de eso, para seguir malviviendo. Así es, aunque dé miedo pensar que esto se está haciendo en miles y miles de seres humanos, para disfrute y ganancia de los ricos.

Nuestro mundo es más cruel que mundo antiguo.

             2.  Por lo que cuenta este relato, el esclavo no tenía ni derechos, ni tiempo limitado de servicio. Estaba a disposición del amo todo el día, toda la noche y para todo lo que se le pidiera hacer. Y además no podía protestar, ni exigir nada.  Lo más duro en la vida es perder la libertad. Quizá más costoso que perder la salud.

3.  Así las cosas, el principio ético que debe regir la conducta del cristiano tiene que ser, no solo la lucha contra las injusticias, sino sobre todo la bondad. Y la libertad para denunciar lo que sabemos que es injusto y cause tantos sufrimientos. Y esto, ante Dios y ante los demás. Es la postura utópica entera disponibilidad, sin quejas ni exigencias. A no ser las quejas y exigencias que debemos mostrar ante los causantes de tanto dolor.

Una ética y una espiritualidad así producen una hondura de humanidad inexplicable.

San León Magno papa

 

Papa y Doctor de la Iglesia 

Martirologio Romano: Memoria de san León I, papa, doctor de la Iglesia, que, nacido en Etruria, primero fue diácono diligente en la Urbe y después, elevado a la cátedra de Pedro, mereció con todo derecho ser llamado “Magno”, tanto por apacentar a su grey con una exquisita y prudente predicación como por mantener la doctrina ortodoxa sobre la encarnación de Dios, valientemente afirmada por los legados del Concilio Ecuménico de Calcedonia, hasta que descansó en el Señor en Roma, donde en este día tuvo lugar su sepultura en San Pedro del Vaticano (461).

 

Etimología: León = Aquel hombre audaz, imperioso y valiente, es de origen latino

 

Breve Biografía

 

El Papa León, que nació en Toscana a fines del siglo IV, es recordado en los textos de historia por el prestigio moral y político que demostró ante la amenaza de los Hunos de Atila (a los que logró detener sobre el puente Mincio) y de los Vándalos de Genserico (cuya ferocidad mitigó en el saqueo de Roma del 455). Elevado al solio pontificio en el 440, en sus 21 años de pontificado (murió el 10 de noviembre del 461) llevó a cabo la unidad de toda la Iglesia alrededor de la sede petrina, impidiendo usurpaciones de jurisdicción, arrancando de raíz los abusos de poder, frenando las ambiciones del patriarcado constantinopolitano y del vicariato de Arles.

Desafortunadamente, no existen muchas noticias biográficas de él. Al Papa León no le gustaba hablar mucho de sí en sus escritos. Tenía una idea elevadísima de su función: sabía que encarnaba la dignidad, el poder y la solicitud de Pedro, jefe de los apóstoles. Pero su posición de autoridad y la fama de rigidez y hieratismo no le impedían comunicar el calor humano y el entusiasmo de un hombre de Dios, que se notan por los 96 Sermones y por las 173 cartas que han llegado hasta nosotros. Sobre todo, las homilías nos muestran al Papa, uno de los más grandes de la historia de la Iglesia, paternalmente dedicado al bien espiritual de sus hijos, a los que les habla en lenguaje sencillo, traduciendo su pensamiento en fórmulas sobrias y eficaces para la práctica de la vida cristiana.

Sus cartas, por el estilo culto, demuestran su rica personalidad. De espíritu comprensivo y previsor, se destacó también por su impulso doctrinal, participando activamente en la elaboración dogmática del grave problema teológico tratado en el concilio ecuménico de Calcedonia, pedido por el emperador de Oriente para condenar la herejía del monofisismo.

Su famosa Epístola dogmática ad Flavianum, leída por los delegados romanos que presidían la asamblea, presentó el sentido y también las fórmulas de la definición conciliar, creando así una efectiva unidad y solidaridad con la sede de Roma. León fue el primer Papa que recibió de la posteridad el epíteto de “magno”, grande, no sólo por las cualidades literarias y la firmeza con la que mantuvo en vida al decadente imperio de Occidente, sino por la solidez doctrinal que demuestra en sus cartas, en sus sermones y en las oraciones litúrgicas de la época en donde se ven evidentes su sobriedad y precisión características.

Murió el año 461.

 

Fuente: Un santo para cada día Ediciones San Pablo

 

 

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