12 DE FEBRERO – VIERNES
–
5ª – SEMANA DEL T.O. –
B –
STª.
EULALIA DE BARCELONA
Lectura del Génesis
(3,1-8):
LA serpiente era más astuta que las demás bestias del
campo que el Señor había hecho. Y dijo a la mujer:
«Conque Dios os ha
dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?».
La mujer contestó a la
serpiente:
«Podemos comer los
frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad
del jardín nos ha dicho Dios:
“No comáis de él ni lo
toquéis, de lo contrario moriréis”».
La serpiente replicó a
la mujer:
«No, no moriréis; es
que Dios sabe que el día en que comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis
como Dios en el conocimiento del bien y el mal».
Entonces la mujer se
dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable
para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a
su marido, que también comió.
Se les abrieron los
ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de
higuera y se las ciñeron.
Cuando oyeron la voz
del Señor Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, Adán y su
mujer se escondieron de la vista del Señor Dios entre los árboles del jardín.
Palabra de Dios
Salmo: 31,1-2.5.6.7
R/. Dichoso el que está absuelto de su culpa
V/. Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el
delito
y en cuyo espíritu no hay engaño. R/.
V/. Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R/.
V/. Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará. R/.
V/. Tú eres mi refugio,
me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación. R/.
Lectura del santo
evangelio según san Marcos (7,31 37):
EN aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro,
pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le
presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le
imponga la mano.
Él, apartándolo de la
gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la
lengua.
Y mirando al cielo,
suspiró y le dijo:
«Effetá» (esto es,
«ábrete»).
Y al momento se le
abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.
Él les mandó que no lo
dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo
proclamaban ellos.
Y en el colmo del
asombro decían:
«Todo lo ha hecho
bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».
Palabra del Señor
1. El problema de fondo, que resuelve aquí Jesús, es el problema de
la incomunicación humana. Y lo resuelve en la Decápolis, una región cuya
localización no se puede precisar con certeza. - ¿Fue un error de Marcos?
- ¿Es un error nuestro? Importa poco este
punto concreto. Lo que interesa es
que Jesús, a su
paso por una región probablemente
de Siria (cf. Marcus Joel, G. Theissen, R. G. Lang), resuelve (simbólicamente)
el problema de la incomunicación entre religiones y culturas.
La incomunicación que se simboliza en un hombre que era
sordo y mudo. No oír ni poder hablar es vivir incomunicado.
2. Además, la sociedad de los "medios de comunicación" es
la sociedad de la "incomunicación". Se nos oculta la verdad de lo que
realmente ocurre y se hace insoportable la incapacidad de empatizar con el
otro, ponerse en el lugar del otro. Y así, el aislamiento en que viven muchas
personas es aterrador. Como aterradora es la información manipulada que
nos llega sobre asuntos que son los que más nos importan a todos.
3. Superar la incomunicación humana es algo tan difícil, que
este evangelio termina diciendo que, cuando la gente vio que el sordo y mudo
empezó a comunicarse con normalidad, todo el mundo llegó al "colmo del
asombro". Y decía la gente: "todo lo ha hecho bien".
La sinceridad y la libertad para hablar, así como la capacidad de escucha y
la paciencia para atender, sin duda son las cosas más difíciles que hay en la
relación humana. Pero esto es lo que, antes que nada, tiene que resolver el
Evangelio. Y para ello, lo primero que tenemos que hacer es interpretar el
Evangelio, no como una "religión" más, sino como un "proyecto de
vida" cuyo centro está en la "bondad" y el "respeto con
todos".
STª. EULALIA DE BARCELONA
Santa
Eulalia fue una niña nacida en Barcino (Hispania), lo que hoy es Barcelona, en
el año 290. El 12 de febrero de 303 fue la fecha de su martirio. Es
patrona de Barcelona desde tiempos inmemoriales y desde 1868 Santa Eulalia
comparte el patronazgo de Barcelona con la Virgen de la Merced y, en honor a
ella, la ciudad celebra en el mes de septiembre su principal fiesta mayor. La
cultura popular atribuye a las lágrimas de Santa Eulalia, triste por el olvido
de los barceloneses, las lluvias que a menudo deslucen las celebraciones de La
Merced.
La
fiesta de Santa Eulalia se celebra el 12 de febrero. En el marco de la
celebración, tiene lugar la Procesión de las Laias, un desfile por las calles
en el que participan gigantas de la ciudad. Entre ellas, las bautizadas en
honor a la patrona, como la Eulàlia, de los Gegantons Vells del Pi, cuyo origen
se remonta a 1780, o la Gegantona Laia, que reproduce la iconografía de la
mártir.
Asimismo,
con motivo de esta festividad, se iza en el balcón principal de la Casa de la
Ciudad de Barcelona la histórica Bandera de Santa Eulalia de Barcelona
Historia
de su vida
La
historia de la que se tiene constancia a partir del siglo VII, se remonta a la
época romana. Según la tradición cristiana, Eulalia fue una niña, educada en el
cristianismo, que vivió en las afueras de la ciudad de Barcino (Hispania), en
lo que hoy es Sarriá, a finales del siglo III. Con 13 años, durante el período
de persecuciones a los cristianos del emperador Diocleciano (284-305 d C),
Eulalia se escapó de su hogar y fue a buscar al gobernador de Barcino, para
recriminarle las represiones. El gobernador, ante la negativa de la niña a
renunciar a la fe cristiana, la condenó a trece martirios, tantos como años
tenía.
La
tradición afirma que las trece ocas blancas que hay de forma permanente en la
catedral simbolizan sus trece años y su pureza.
Según
la tradición, como primer tormento fue encarcelada en una prisión oscura, para
posteriormente ser azotada. En el ecúleo le fue desgarrada la carne con
garfios. Luego fue puesta de pie sobre un brasero ardiendo y le fueron quemados
los pechos. Las heridas le fueron fregadas con piedra tosca, para luego
arrojarles aceite hirviendo y plomo fundido, además de lanzarla a una fosa de
cal viva.
El
noveno tormento, uno de los más conocidos popularmente, consistió en ponerla
desnuda dentro de un tonel lleno de cristales, clavos y otros objetos
punzantes, siendo lanzada por una calle en bajada.
Posteriormente,
fue encerrada en un corral lleno de pulgas. Finalmente, fue paseada desnuda por
las calles de la ciudad hasta el lugar del suplicio donde fue crucificada en
una cruz en forma de aspa. Según la leyenda, durante su crucifixión se produjo
una nevada, tapando la pureza de su cuerpo desnudo. También según la tradición
popular, al final de su oración de que el Señor la tomara a Su Reino, la gente
vio salir de su boca volando hacia el cielo una paloma blanca.
Eulalia
de Barcelona fue canonizada en 633 y se convirtió en patrona de la capital
catalana, donde se encuentran sus restos. Tras largo tiempo desaparecidos, los
restos de Santa Eulalia fueron localizados en 878 por el obispo Frodoino en la
iglesia de Santa María de las Arenas -que hoy es la Basílica de Santa María del
Mar-, organizándose un solemne traslado a la catedral. En el siglo XIII las
reliquias pasaron a la cripta de la Seo, reposando dentro de un nuevo sarcófago
gótico de estilo pisano.
Anualmente,
coincidiendo con la semana del 12 de febrero, Barcelona celebra las Fiestas de
Santa Eulalia. A los actos litúrgicos e institucionales, cuya celebración se
remonta al siglo XVIII, se han añadido, desde los años 1980, múltiples festejos
populares en las calles, que han convertido esta celebración en fiesta mayor de
invierno de la ciudad. La mayoría de los actos, que se concentran en Ciutat
Vella, son de tipo tradicional, como correfocs, pasacalles, bailes de sardanas
o castellers.
Abundante
presencia de Santa Eulalia en Barcelona en la Cripta en la Catedral de Barcelona
La representación de Santa Eulalia está
presente en varios monumentos y edificios barceloneses, así como en espacios
urbanos vinculados a su tradición, entre los que se encuentran los siguientes:
La
Catedral de Barcelona, que se encuentra bajo advocación de esta santa. En su
cripta reposan las reliquias de la santa, siendo su sepulcro una obra maestra
de la escultura gótica (1327-1339). La Catedral atesora varias obras de arte dedicadas
a Santa Eulalia.
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