miércoles, 10 de febrero de 2021

Párate un momento: El Evangelio del dia 12 DE FEBRERO – VIERNES – 5ª – SEMANA DEL T.O. – B – STª. EULALIA DE BARCELONA



 

12 DE FEBRERO – VIERNES –

5ª – SEMANA DEL T.O. – B –
STª. EULALIA DE BARCELONA

 

Lectura del Génesis (3,1-8):

 

LA serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor había hecho. Y dijo a la mujer:

«Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?».

La mujer contestó a la serpiente:

«Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios:

“No comáis de él ni lo toquéis, de lo contrario moriréis”».

La serpiente replicó a la mujer:

«No, no moriréis; es que Dios sabe que el día en que comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal».

Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a su marido, que también comió.

Se les abrieron los ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.

Cuando oyeron la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, Adán y su mujer se escondieron de la vista del Señor Dios entre los árboles del jardín.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 31,1-2.5.6.7

 

R/. Dichoso el que está absuelto de su culpa

 

V/. Dichoso el que está absuelto de su culpa,

a quien le han sepultado su pecado;

dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito

y en cuyo espíritu no hay engaño. R/.

 

V/. Había pecado, lo reconocí,

no te encubrí mi delito;

propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,

y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R/.

 

V/. Por eso, que todo fiel te suplique

en el momento de la desgracia:

la crecida de las aguas caudalosas

no lo alcanzará. R/.

 

V/. Tú eres mi refugio,

me libras del peligro,

me rodeas de cantos de liberación. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos (7,31 37):

 

EN aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano.

Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.

Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:

«Effetá» (esto es, «ábrete»).

Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.

Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.

Y en el colmo del asombro decían:

«Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

                                                                                                                                         

Palabra del Señor

 

1.  El problema de fondo, que resuelve aquí Jesús, es el problema de la incomunicación humana.  Y lo resuelve en la Decápolis, una región cuya localización no se puede precisar con certeza.  - ¿Fue un error de Marcos?  - ¿Es un error nuestro? Importa poco este  

punto concreto. Lo que interesa es que Jesús, a su

paso por una región probablemente de Siria (cf. Marcus Joel, G. Theissen, R. G. Lang), resuelve (simbólicamente) el problema de la incomunicación entre religiones y culturas.

La incomunicación que se simboliza en un hombre    que era sordo y mudo. No oír ni poder hablar es vivir incomunicado.

 

2.  Además, la sociedad de los "medios de comunicación" es la sociedad de la "incomunicación". Se nos oculta la verdad de lo que realmente ocurre y se hace insoportable la incapacidad de empatizar con el otro, ponerse en el lugar del otro. Y así, el aislamiento en que viven muchas personas es aterrador. Como aterradora es la información manipulada que nos llega sobre asuntos que son los que más nos importan a todos.

 

3.   Superar la incomunicación humana es algo tan difícil, que este evangelio termina diciendo que, cuando la gente vio que el sordo y mudo empezó a comunicarse con normalidad, todo el mundo llegó al "colmo del asombro". Y decía la gente: "todo lo ha hecho bien".

La sinceridad y la libertad para hablar, así como la capacidad de escucha y la paciencia para atender, sin duda son las cosas más difíciles que hay en la relación humana. Pero esto es lo que, antes que nada, tiene que resolver el Evangelio. Y para ello, lo primero que tenemos que hacer es interpretar el Evangelio, no como una "religión" más, sino como un "proyecto de vida" cuyo centro está en la "bondad" y el "respeto con todos". 


STª. EULALIA DE BARCELONA



290 - 303

 

Santa Eulalia fue una niña nacida en Barcino (Hispania), lo que hoy es Barcelona, en el año 290. El 12 de febrero de 303 fue la fecha de su martirio. Es patrona de Barcelona desde tiempos inmemoriales y desde 1868 Santa Eulalia comparte el patronazgo de Barcelona con la Virgen de la Merced y, en honor a ella, la ciudad celebra en el mes de septiembre su principal fiesta mayor. La cultura popular atribuye a las lágrimas de Santa Eulalia, triste por el olvido de los barceloneses, las lluvias que a menudo deslucen las celebraciones de La Merced.

La fiesta de Santa Eulalia se celebra el 12 de febrero. En el marco de la celebración, tiene lugar la Procesión de las Laias, un desfile por las calles en el que participan gigantas de la ciudad. Entre ellas, las bautizadas en honor a la patrona, como la Eulàlia, de los Gegantons Vells del Pi, cuyo origen se remonta a 1780, o la Gegantona Laia, que reproduce la iconografía de la mártir.

Asimismo, con motivo de esta festividad, se iza en el balcón principal de la Casa de la Ciudad de Barcelona la histórica Bandera de Santa Eulalia de Barcelona

 

Historia de su vida

 

La historia de la que se tiene constancia a partir del siglo VII, se remonta a la época romana. Según la tradición cristiana, Eulalia fue una niña, educada en el cristianismo, que vivió en las afueras de la ciudad de Barcino (Hispania), en lo que hoy es Sarriá, a finales del siglo III. Con 13 años, durante el período de persecuciones a los cristianos del emperador Diocleciano (284-305 d C), Eulalia se escapó de su hogar y fue a buscar al gobernador de Barcino, para recriminarle las represiones. El gobernador, ante la negativa de la niña a renunciar a la fe cristiana, la condenó a trece martirios, tantos como años tenía.

La tradición afirma que las trece ocas blancas que hay de forma permanente en la catedral simbolizan sus trece años y su pureza.

Según la tradición, como primer tormento fue encarcelada en una prisión oscura, para posteriormente ser azotada. En el ecúleo le fue desgarrada la carne con garfios. Luego fue puesta de pie sobre un brasero ardiendo y le fueron quemados los pechos. Las heridas le fueron fregadas con piedra tosca, para luego arrojarles aceite hirviendo y plomo fundido, además de lanzarla a una fosa de cal viva.

El noveno tormento, uno de los más conocidos popularmente, consistió en ponerla desnuda dentro de un tonel lleno de cristales, clavos y otros objetos punzantes, siendo lanzada por una calle en bajada.

Posteriormente, fue encerrada en un corral lleno de pulgas. Finalmente, fue paseada desnuda por las calles de la ciudad hasta el lugar del suplicio donde fue crucificada en una cruz en forma de aspa. Según la leyenda, durante su crucifixión se produjo una nevada, tapando la pureza de su cuerpo desnudo. También según la tradición popular, al final de su oración de que el Señor la tomara a Su Reino, la gente vio salir de su boca volando hacia el cielo una paloma blanca.

Eulalia de Barcelona fue canonizada en 633 y se convirtió en patrona de la capital catalana, donde se encuentran sus restos. Tras largo tiempo desaparecidos, los restos de Santa Eulalia fueron localizados en 878 por el obispo Frodoino en la iglesia de Santa María de las Arenas -que hoy es la Basílica de Santa María del Mar-, organizándose un solemne traslado a la catedral. En el siglo XIII las reliquias pasaron a la cripta de la Seo, reposando dentro de un nuevo sarcófago gótico de estilo pisano.

Anualmente, coincidiendo con la semana del 12 de febrero, Barcelona celebra las Fiestas de Santa Eulalia. A los actos litúrgicos e institucionales, cuya celebración se remonta al siglo XVIII, se han añadido, desde los años 1980, múltiples festejos populares en las calles, que han convertido esta celebración en fiesta mayor de invierno de la ciudad. La mayoría de los actos, que se concentran en Ciutat Vella, son de tipo tradicional, como correfocs, pasacalles, bailes de sardanas o castellers.

Abundante presencia de Santa Eulalia en Barcelona en la Cripta en la Catedral de Barcelona

La representación de Santa Eulalia está presente en varios monumentos y edificios barceloneses, así como en espacios urbanos vinculados a su tradición, entre los que se encuentran los siguientes:

La Catedral de Barcelona, que se encuentra bajo advocación de esta santa. En su cripta reposan las reliquias de la santa, siendo su sepulcro una obra maestra de la escultura gótica (1327-1339). La Catedral atesora varias obras de arte dedicadas a Santa Eulalia.

 

          

 

 


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