jueves, 11 de febrero de 2021

Párate un momento: El Evangelio del dia 13 DE FEBRERO SÁBADO – 5ª – SEMANA DEL T.O. – B – San Benigno de Todi

 



13 DE FEBRERO SÁBADO –

5ª – SEMANA DEL T.O. – B –

      San Benigno de Todi


Lectura del libro del Génesis (3,9-24):

 

El Señor Dios llamó al hombre y le dijo:

«Dónde estás?».

Él contestó:

«Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».

El Señor Dios le replicó:

«Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?».

Adán respondió:

«La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».

El Señor Dios dijo a la mujer:

«¿Qué has hecho?».

La mujer respondió:

«La serpiente me sedujo y comí».

El Señor Dios dijo a la serpiente:

«Por haber hecho eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón».

A la mujer le dijo:

«Mucho te haré sufrir en tu preñez, parirás hijos con dolor, tendrás ansia de tu marido, y él te dominará».

A Adán le dijo:

«Por haber hecho caso a tu mujer y haber comido del árbol del que te prohibí, maldito el suelo por tu culpa: comerás de él con fatiga mientras vivas; brotará para ti cardos y espinas, y comerás hierba del campo. Comerás el pan con sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste sacado; pues eres polvo y al polvo volverás».

Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

El Señor Dios hizo túnicas de piel para Adán y su mujer, y los vistió.

Y el Señor Dios dijo:

«He aquí que el hombre se ha hecho como uno de nosotros en el conocimiento del bien y el mal; no vaya ahora a alargar su mano y tome también del árbol de la vida, coma de él y viva para siempre».

El Señor Dios lo expulsó del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde había sido tomado.

Echó al hombre, y a oriente del jardín de Edén colocó a los querubines y una espada llameante que brillaba, para cerrar el camino del árbol de la vida.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 89,2.3-4.5-6.12-13

 

R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación

 

V/. Antes que naciesen los montes

o fuera engendrado el orbe de la tierra,

desde siempre y por siempre tú eres Dios. R/.

 

V/. Tú reduces el hombre a polvo,

diciendo: «Retornad, hijos de Adán».

Mil años en tu presencia son un ayer que pasó;

una vela nocturna. R/.

 

V/. Si tú los retiras

son como un sueño,

como hierba que se renueva:

que florece y se renueva por la mañana,

y por la tarde la siegan y se seca. R/.

 

V/. Enséñanos a calcular nuestros años,

para que adquiramos un corazón sensato.

Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?

Ten compasión de tus siervos. R/.

 

Lectura del santo Evangelio San Marcos (8,1-10):

 

Por aquellos días, como de nuevo se había reunido mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:

«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y si los despido a sus casas en ayunas, van a desfallecer por el camino. Además, algunos han venido desde lejos».

Le replicaron sus discípulos:

«¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para saciar a tantos?».

Él les preguntó:

«¿Cuántos panes tenéis?».

Ellos contestaron:

«Siete».

Mandó que la gente se sentara en el suelo y tomando los siete panes, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente.

Tenían también unos cuantos peces; y Jesús pronunció sobre ellos la bendición, y mandó que los sirvieran también.

La gente comió hasta quedar saciada y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil y los despidió; y enseguida montó en la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.

 

Palabra del Señor

 

1.   La multiplicación de los panes es el hecho de la vida de Jesús que más veces se repite, no solo en los evangelios, sino incluso en toda la Biblia. Porque se repite seis veces (Mc 6, 30-44; Mt 14, 15-23; Lc 9, 12-17; Jn 6, 1-5; Mc 8, 1-11; Mt   15, 32-39).

Como se puede leer en los pasajes citados, hay una primera multiplicación de panes que relatan los cuatro evangelios. Y una segunda que se relata solamente en Mateo y Marcos. Se ha discutido si la segunda multiplicación de panes es un duplicado, que no pasa de ser una mera repetición del primer relato de la comida multiplicada por Jesús. No lo podremos saber nunca con seguridad.   Sea lo que sea de esto, lo que interesa es que debió impresionar mucho a las primeras comunidades de cristianos. Por eso lo recordaron más que ninguna de las otras cosas que hizo y dijo Jesús.

La salud y la comida son las dos cosas que más nos  preocupan a todos los humanos.  Por eso, estas dos cosas fueron las que más atendió Jesús.

 

2.  Debió impresionar mucho a aquellas gentes el hecho humano que con esto se hizo patente: el hambre de la gente, el hambre en el mundo. Algo que nos tiene que impresionar tanto, que se nos conmuevan las entrañas hasta el extremo de que no podamos soportar ver a la gente destrozada y en peligro inminente de desmayar por el camino.  Ahora mismo son unos mil millones de personas, por lo menos, en el mundo.

 

3.  Para los cristianos fue muy fuerte también el símbolo cristiano, que representaba la Eucaristía: la Acción de Gracias, la Fracción del Pan. Cada domingo,

en cada comunidad de creyentes en Jesús, se recordaba así la presencia del Señor.

La mesa compartida les recordaba, además, que la unión y la humanidad, que los distinguía, tenía su origen en Jesús allí presente, y no en el honor o el poder, ni en la religión de los ritos y observancias, que eran los valores supremos de aquella sociedad.

 

4.  Lo que da pena -si pensamos en todo esto desde la fe cristiana- es que, lo que empezó siendo una comida compartida, ha terminado siendo una misa, es decir, un ritual religioso, que, en buena medida, hay mucha gente que no lo entiende, ni le interesa gran cosa.

¿No es esto una tarea urgente a remediar?

 

San Benigno de Todi

Presbítero y Mártir

 Martirologio Romano: En Todi, ciudad de la Umbría, san Benigno, presbítero y mártir (s. IV).

 

Etimología: Benigno = Aquel que actúa con Benevolencia, es de origen latino.

 

Breve Biografía

Dicen que un fraile, en un arrebato de falsa devoción, quiso llevarse a su convento -eso que se llama robar una cosa sagrada y como agravante en un sitio también sagrado- la cabeza del santo que reposaba dentro de un relicario de plata en el monasterio de benedictinas que se llama «De las Milicias», en Todes. En su intento, y sin saber muy bien lo que pasaba, no pudo salir del templo por no poder localizar las puertas hasta poco antes tan expeditas. Así, se vio obligado a depositar la reliquia de san Benigno en el sitio que le correspondía.

Todes es una de las primeras ciudades evangelizadas de Hungría. Benigno vive en la segunda mitad del siglo III. Y se ha dado conocer entre los suyos como un insigne propagador de la fe cristiana; lo hace con alegría y con notable entusiasmo. El obispo Ponciano conoce su afán apostólico y está al tanto de la sinceridad de su vida; un día lo consagra presbítero para apoyarse en él en el cumplimiento obligado de atender a su grey y de extender la Salvación.

Llegada la persecución de Maximiano y Diocleciano, la comunidad de creyentes está confortada por la atención espiritual que con riesgo constante de su vida le presta el buen sacerdote Benigno. Socorre a los confesores de la fe presos en las cárceles; visita las casas de los débiles y les busca por los campos que los cobijan para darles aliento; y se las arregla para estar cerca de los que son torturados, acompañando hasta donde es posible humanamente a los que se disponen al martirio.

Pasado el peor momento de estupor, se llena de la audacia del Espíritu Santo y comienza a predicar con fortaleza de Jesucristo. Ahora lo hace públicamente en el intento de convertir a los paganos que están en el terrible error de la idolatría. El principal foco de atención de su discurso es hacerles comprender que los ídolos son una necedad y el culto que se les tributa supone una verdadera ofensa al único Dios que merece adoración y puede darles la salvación ofrecida a todos los hombres sin excepción. Ya no le importa su vida. Se sabe portador de la verdad y conoce bien que ella no es exclusivamente para él. Sólo Jesús es el Señor y todos han de servirle.

Lo que era presumible con ese comportamiento se hace realidad. Es apresado y obligado a apostatar, siendo inútiles los tormentos que tuvo que soportar el fiel y valiente discípulo. Por fin, muere el 13 de febrero del año 303 con la cabeza cortada, aquella que el fraile quiso cambiar de sitio.

 

La catequesis, es decir, llevar a Cristo a los demás, comporta la responsabilidad de ser fiel a lo que se propone y ni que decir tiene que en este contexto la vida humana no es ningún valor absoluto. ¡Qué bien lo supo hacer san Benigno sin tener que darle vueltas a los textos de las bibliotecas de las universidades que aún no se habían inventado! Fue sencillamente el don del Espíritu Santo. Hoy también hacen bastante falta sacerdotes -no sólo en Hungría- cuidadosos menos de su propia vida que de la Salvación que ofrecen y ¡obispos que los descubran!

 

 

 

 

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