19 DE FEBRERO – VIERNES
– DESPUES DE CENIZA –
Btº ALVARO
DE CORDOBA
Lectura del libro de lsaías (58,1-9a):
ESTO dice el Señor Dios:
«Grita a pleno pulmón,
no te contengas; alza la voz como una trompeta, denuncia a mi pueblo sus
delitos, a la casa de Jacob sus pecados.
Consultan mi oráculo a diario,
desean conocer mi
voluntad.
Como si fuera un
pueblo que practica la justicia y no descuida el mandato de su Dios, me piden
sentencias justas, quieren acercarse a Dios.
“¿Para qué ayunar, si no haces caso; mortificarnos, si
no te enteras?”
En realidad, el día de ayuno hacéis vuestros negocios y
apremiáis a vuestros servidores;
ayunáis para querellas
y litigios,
y herís con furibundos
puñetazos.
No ayunéis de este modo, si queréis que se oiga
vuestra voz en el cielo.
¿Es ese el ayuno que deseo en el día de la penitencia:
inclinar la cabeza como un junco, acostarse sobre saco
y ceniza?
¿A eso llamáis ayuno, día agradable al Señor?
Este es el ayuno que yo quiero:
soltar las cadenas
injustas, desatar las correas del yugo,
liberar a los
oprimidos, quebrar todos los yugos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a
los pobres sin techo, cubrir a quien ves desnudo y no desentenderte de los
tuyos.
Entonces surgirá tu luz como la aurora, enseguida se
curarán tus heridas, ante ti marchará la justicia, detrás de ti la gloria del
Señor.
Entonces clamarás al Señor y te responderá; pedirás
ayuda y te dirá:
“Aquí estoy”».
Palabra de Dios
Salmo: 50,3-4.5-6a.18-19
R/. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias
V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa
compasión borra mi culpa;
lava del todo mi
delito,
limpia mi pecado. R/.
V/. Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente
mi pecado.
Contra ti, contra ti
sólo pequé,
cometí la maldad en tu
presencia. R/.
V/. Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un
holocausto, no lo querrías.
El sacrificio
agradable a Dios
es un espíritu
quebrantado;
un corazón quebrantado
y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo
desprecias. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,14-15):
EN aquel tiempo, os discípulos de Juan se le acercan a
Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y,
en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo,
mientras el esposo está con ellos?
Llegarán días
en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».
Palabra del Señor
1. Está claro que Jesús no enseñó a sus discípulos las normas religiosas sobre el ayuno. Jesús estaba persuadido de que privarse de alimentos o de otras cosas pensando que a Dios le agrada que nos privemos de lo que nos gusta, eso no lo quiere Dios. Jesús quiere que seamos capaces de compartir nuestro pan con los que no tienen. Porque eso es fuente de abundancia, como ocurrió en la multiplicación de los panes. Pensar que cuando lo pasamos mal, Dios se pone contento, eso no es pensar en Dios, sino en un mito monstruoso y, por tanto, enteramente falso.
2. El proyecto del Reino de Dios es como una fiesta de bodas, un banquete regio (Mt 22, 10; Lc 14, 15-24), en el que entran todos, malos y buenos (Mt 22,10). Dios es el primero que quiere para todos, y antes que ninguna otra cosa, nuestra felicidad. Una felicidad de la que nadie quede excluido. Sobre todo, que no queden excluidos los más desgraciados de este mundo, aquellos a quienes peor ha tratado la vida. Y quienes han perdido la esperanza de un futuro feliz después de su propia muerte.
3. El "día en que se lleven al novio y entonces habrá que
ayunar" no puede indicar el tiempo después de la muerte y resurrección del
Señor. Porque eso no cuadra con la constante presencia de Jesús en la
vida de los cristianos (Mt 28, 20).
La alegoría de Mt 25 1-13 sigue hablando de la presencia del
"novio". Lo más probable es que la última referencia al ayuno es un
indicio de que, cuando se escribió el evangelio de Mateo, había cristianos que ayunaban
y quisieron justificar su costumbre añadiendo al texto algo que nunca dijo
Jesús. Eso es lo que hoy explican los más autorizados comentarios de los
evangelios sinópticos (U. Luz, M. Joel. F. Bovon, etc.).
Btº ALVARO
DE CORDOBA
Predicador Dominico
Martirologio Romano: En Córdoba, en la región española de Andalucía, conmemoración del beato
Álvaro de Zamora, presbítero de la Orden de Predicadores, que se hizo célebre
por su modo de predicar y contemplar la Pasión del Señor (c. 1430).
Etimológicamente Álvaro = Aquel que es el defensor de todos, es de origen germánico.
Fecha de beatificación: El Papa Benedicto XIV, aprobó su culto el 22
de septiembre de 1741.
Breve Biografía
Álvaro de Córdoba, el beato, nació a mediados del siglo XIV, en Zamora
(1360) y murió en Córdoba el año 1430. Perteneció a la noble familia Cardona.
Entró en el convento dominico de S. Pedro en Córdoba, en el año 1368. Fue un
famoso y ardiente predicador, y con su ejemplo y sus obras, contribuyó a la
reforma de la Orden, iniciada por el Beato Raimundo de Capua y sus discípulos.
Después de volver de una peregrinación a Tierra Santa, quedó impactado en el
corazón por el doloroso Camino del Calvario, recorrido por nuestro Salvador.
Deseoso de vivir una existencia en soledad y perfección, donde poder templar
el espíritu para un apostolado más provechoso, con el favor del rey D. Juan II
de Castilla, del que era su confesor, pudo fundar a tres millas de Córdoba el
famoso y observante convento de Sto. Domingo Escalaceli (Escalera del Cielo),
donde había varios oratorios que reproducían la “vía dolorosa”, por él venerada
en Jerusalén. Esta sagrada representación fue imitada en otros conventos, dando
origen a la devoción tan bella del “Vía Crucis”, apreciadísima en la piedad
cristiana.
De noche, se retiraba a una gruta distante del convento donde, a imitación
de su Sto. Padre Domingo, oraba y se flagelaba. Con el tiempo, ésta se
convirtió en meta de peregrinaciones para los fieles. Poseía el don de profecía
y obró milagros.
Murió el 19 de febrero de 1430 y fue sepultado en su convento.
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