27 DE ABRIL - MARTES –
4ª - SEMANA DE PASCUA – B –
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (11,19-26):
En aquellos días, los que se habían dispersado en la persecución provocada
por lo de Esteban llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin predicar la
palabra más que a los judíos. Pero algunos, naturales de Chipre y de Cirene, al
llegar a Antioquía, se pusieron a hablar también a los griegos, anunciándoles
la Buena Nueva del Señor Jesús. Como la mano del Señor estaba con ellos, gran
número creyó y se convirtió al Señor.
Llegó la noticia a oídos de la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a
Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró y
exhortaba a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño, porque era un
hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una multitud considerable se
adhirió al Señor.
Bernabé salió para Tarso en busca de Saulo; cuando lo encontró, se lo llevó
a Antioquía. Durante todo un año estuvieron juntos en aquella Iglesia e instruyeron
a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez los discípulos fueron llamados
cristianos.
Palabra de Dios
Salmo: 86,1-3.4-5.6-7
R/. Alabad al Señor, todas las naciones
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios! R/.
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
han nacido allí».
Se dirá de Sión: «Uno por uno
o dos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado». R/.
El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Éste ha nacido allí».
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti». R/.
Lectura del evangelio según san Juan (10,22-30):
Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era
invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón.
Los judíos, rodeándolo, le preguntaban:
«¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo
francamente».
Jesús les respondió:
«Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre,
esas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis
ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo
les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi
mano.
Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede
arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».
Palabra del Señor
1. Cuando se trata de cargos o tareas civiles (políticas,
sociales, de enseñanza...), cada cual se autentifica por los títulos,
documentos, nombramientos
y otros papeles que puede enseñar a quien se los pida.
Cuando se trata de actuar en nombre de Dios y para representar a Dios, no
hay más credenciales que la propia vida, la vida que uno lleva, las obras que
hace y los frutos que produce. Por eso dice Jesús: Las obras que yo
hago, dan testimonio de mí.
2. En la cultura antigua se decía que la coordinación entre
ergon (tarea, obra) y lógos (palabra) expresa la unidad y armonía de la persona
(Jenofonte, Epicteto, Edo 3, 8; 4 Mac 5, 38;
Josefo).
Cuando una persona habla defendiendo unas creencias y se comporta al revés
de lo que dice, - ¿qué credibilidad puede tener para que la gente acepte
su enseñanza? Y tiene que ser así.
Porque las verdaderas convicciones de una persona se manifiestan en lo que
hace (cómo vive, lo que hace, cómo lo hace...), no en lo que dice.
3. De lo dicho se sigue una consecuencia fuerte: la predicación
religiosa tendría que plantearse de forma que el predicador se dedicara y se
limitara a explicar su propia vida. O sea, decirle a la gente, en catequesis,
homilías y sermones:
"Mirad, yo vivo así y hago lo que hago porque creo en el
Evangelio y lo he tomado en serio.
Solo así se podría asegurar y garantizar la unidad y armonía entre el lógos
(la palabra) y el ergon (la tarea y la conducta). Eso es lo que hizo Jesús. Dar
un testimonio de su vida.
En realidad, el Sermón del Monte no fue sino una explicación de lo que
Jesús hacía y de cómo vivía. No se trata de ser ingenuamente vanidoso, hablando
uno de sí mismo. Se trata de que la propia vida sea una transparencia del
Evangelio, en el que está patente lo mismo la grandeza de Jesús que la pequeñez
de publicanos y pecadores. Jesús transmitió conocimientos, que fueron la
explicación de su propia vida.
Vida de Madre de
Dios de Montserrat
La
Virgen de Montserrat fue declarada santa patrona de Cataluña por el papa León
XIII.
Descubrimiento
Cuenta
la leyenda que unos pastores estaban pastando sus ovejas cerca de Montserrat y descubrieron
la imagen de madera en una cueva, en medio de un misterioso resplandor y cantos
angelicales. Por órdenes del obispo de llevarla a la catedral, comenzó la
procesión, pero no llegó a su destino, ya que la estatua se empezó a poner
increíblemente pesada y difícil de manejar. Entonces fue depositada en una
ermita cercana, y permaneció allí hasta que se construyó el actual monasterio
benedictino.
La
virgen es de talla románica. El color oscuro de Nuestra. Señora de Montserrat
se atribuye al humo de innumerables velas y lámparas que por siglos se han
encendido ante la imagen día y noche. Por esto la llaman por cariño La
Morenita.
Descripción de la
Imagen
La
santa imagen, tallada en madera, es un buen ejemplo del arte románico. La
estatua está sentada y mide 95 cm., un poco más de tres pies de altura. De
acuerdo con el estilo románico, la figura es delgada, de cara alargada y
delicada expresión. Una corona descansa sobre la cabeza de la Virgen y otra
adorna la cabeza del Niño Jesús, que está sentado en sus piernas. Tiene un
cojín que le sirve de banquillo o taburete para los pies y ella está sentada en
un banquillo de patas grandes, con adornos en forma de cono.
El
vestido consiste en una túnica y un manto de diseño dorado y sencillo. La
cabeza de la Virgen la cubre un velo que va debajo de la corona y cae
ligeramente sobre los hombros. Este velo también es dorado, pero lo realzan
diseños geométricos de estrellas, cuadrados y rayas, acentuadas con sombras
tenues. La mano derecha de la Virgen sostiene una esfera, mientras la izquierda
se extiende hacia adelante con un gesto gracioso. El Niño Jesús está vestido de
modo similar, por su puesto, con excepción del velo. Tiene la mano derecha
levantada, dando la bendición, y la izquierda sostiene un objeto descrito como
un cono de pino.
Casi
toda la estatua es dorada, excepto la cara y las manos de la Virgen, y la cara,
las manos y los pies del Niño. Estas partes tienen un color entre negro y
castaño. A diferencia de muchas estatuas antiguas que son negras, debido a la
naturaleza de la madera o a los efectos de la pintura original, el color oscuro
de la "Mare de Déu de Montserrat" se le atribuye a las innumerables
velas y lámparas que se han encendido ante la imagen día y noche.
Con
el transcurso del tiempo el humo se ha ido introduciendo en la figura,
ennegreciéndola gradualmente. Por esto la llaman por cariño La
Morenita. En virtud de esta coloración, la
Virgen está catalogada entre las Vírgenes Negras, y la estatua goza de gran
estima como un tesoro religioso y por su valor artístico.
Origen
No
se sabe nada acerca del origen de la estatua, aunque cuenta la leyenda que unos
pastores estaban pastando sus ovejas cerca de Montserrat y descubrieron la
imagen de madera en una cueva, en medio de un misterioso resplandor y cantos
angelicales. Por órdenes del obispo de llevarla a la catedral, comenzó la
procesión, pero no llegó a su destino, ya que la estatua se empezó a poner
increíblemente pesada y difícil de manejar. Entonces fue depositada en una
ermita cercana, y permaneció allí hasta que se construyó el monasterio de hoy
en día.
Esta
leyenda no se ha podido confirmar. También se cree que los primeros monjes del
lugar consiguieron una estatua que fuera de acuerdo con la iglesia románica
original. Se cree que dicha estatua es la misma que ahora se venera y que fue
puesta cerca del retablo o contra una pared, ya que lo negro de la estatua no
está cuidadosamente distribuido.
La
estatua está ubicada en lo alto de la pared de una alcoba que queda detrás del
altar principal. Directamente detrás de esta alcoba y de la estatua se
encuentra un cuarto grande, llamado el Camarín de la Virgen. Este camarín puede
acomodar a un grupo grande de personas, y desde ahí se puede rezar junto al
trono de la Stma. Madre. A este cuarto se llega subiendo una monumental
escalera de mármol, decorada con entalladuras y mosaicos.
Visitada por los
santos.
Entre
los santos que visitaron el lugar venerado se encuentran San Pedro Nolasco, San
Raymundo de Peñafort, San Vicente Ferrer, San Francisco de Borja, San Luis
Gonzaga, San José de Calasanz, San Antonio María Claret y San Ignacio de
Loyola, que, siendo aún caballero, se confesó con uno de los monjes y pasó una
noche orando ante la imagen de la Virgen. A unas cuantas millas queda Manresa,
un santuario de peregrinación para la Compañía de Jesús, la orden Jesuita
fundada por San Ignacio, pues encierra la cueva en donde el Santo se retiró del
mundo y escribió sus Ejercicios Espirituales.
Artistas
Los
grandes poetas Goethe y Federico Schiller escribieron acerca de la montaña; y
Beethoven murió en Viena, en una casa que había sido un antiguo estado feudal
de Montserrat. Además de esto, el lugar se hizo famoso gracias a Richard
Wagner, quien utilizó el sitio para dos de sus óperas, Parsifal y Lohengrin.
(Fuente: corazones.org)
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