miércoles, 3 de mayo de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 5 – DE MAYO – VIERNES – 4 - SEMANA DE PASCUA – A San Ángel de Sicilia

 

 



5 – DE MAYO – VIERNES –

4 - SEMANA DE PASCUA – A

San Ángel de Sicilia

 

      Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (13,26-33):

 

EN aquellos días, cuando llegó Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga:

«Hermanos, hijos del linaje de Abrahán y todos vosotros los que teméis a Dios: a nosotros se nos ha enviado esta palabra de salvación. En efecto, los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús ni entendieron las palabras de los profetas que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo. Y, aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Durante muchos días, se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. También nosotros os anunciamos la Buena Noticia de que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido a nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús. Así está escrito en el salmo segundo:

“Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy”».

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 2,6-7.8-9.10-11

 

      R/. Tu eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy

 

«Yo mismo he establecido a mi Rey

en Sión, mi monte santo».

Voy a proclamar el decreto del Señor;

él me ha dicho: «Tú eres mi Hijo:

yo te he engendrado hoy. R/.

 

Pídemelo:

te daré en herencia las naciones,

en posesión, los confines de la tierra:

los gobernarás con cetro de hierro,

los quebrarás como jarro de loza». R/.

 

Y ahora, reyes, sed sensatos;

escarmentad, los que regís la tierra:

servid al Señor con temor,

rendidle homenaje temblando. R/.

 

      Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-6):

 

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».

Tomás le dice:

«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».

Jesús le responde:

«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».

 

Palabra del Señor

 

1.  Cuando terminó la cena de despedida, en la que se mezclaron la cercanía humana (Jesús como esclavo lavando los pies y el mandamiento del amor) y la tensión violenta de los trágicos anuncios de la traición de Judas y la negación de Pedro, Jesús inicia un largo discurso. Y lo primero que les dice es que   no toleren la inquietud, la turbación, las perturbaciones del corazón (mé talasses-zo ymon hé kardía). Solo así, se puede vivir "en calma".

La conmoción de nuestra intimidad más profunda (corazón) nos hace sufrir inútilmente y nos roba los mejores sentimientos: la esperanza, la ilusión y hasta las ganas de vivir.

 

2.  Jesús les dice que no les abandona para siempre. Todo lo contrario: les va a preparar un sitio (tópos) en la casa del Padre común de todos los humanos. Y será el mejor sitio de la casa. El sitio en que van a estar junto a Jesús.

Se trata de un lenguaje simbólico. Porque cuando se trasciende la historia, ya no hay espacios, ni tiempos, ni casas. Solo habrá lo que es específicamente humano: la cercanía humana de quien nos quiere y a quien queremos.

 

3.  Cuando Jesús es la meta de los más nobles anhelos, por eso mismo es también el camino para alcanzar esos anhelos. 

Cuando anhelamos estar siempre con alguien, ese deseo, mantenido siempre, es el camino para lograr la presencia y la intimidad que nunca acaban. Pero es claro que esto no se improvisa cuando notamos que se nos acerca el final de esta vida.

El deseo sincero de identificarnos con Jesús nos tiene que acompañar largos años. Para que se haga vida en nuestra vida.

 

San Ángel de Sicilia

 



Nació en Jerusalén, en el seno de una familia de judíos conversos.

A la temprana muerte de su hermano gemelo, San Ángel decide ingresar a la Orden Carmelita, y es admitido en el monasterio en el Monte Carmelo, en Palestina.

En el siglo trece, los Carmelitas pasaron de ser una orden contemplativa a ser una orden de mendicantes; recordemos que era el siglo de la revolución espiritual de San Francisco de Asís y de Santo Domingo de Guzmán.

San Ángel es enviado eventualmente a Roma, para llevar un mensaje al papa Honorio III. A continuación, recibe la encomienda de dirigirse a Sicilia, para ayudar a predicar contra la herejía de los cátaros, que habían tomado control de la isla.

Sin embargo, a poco de haber desembarcado en Sicilia, San Ángel fue asesinado a traición con cinco puñaladas por la espalda, ordenadas por el líder de los herejes. En el sitio donde murió se edificó una iglesia, y su sepulcro se convirtió muy pronto en sitio de peregrinación.

La Orden Carmelita venera a San Ángel como santo por lo menos desde 1456. En 1459, el papa Pío II aprobó su culto.

Ángel se cuenta entre los primeros Carmelitas que vinieron del Monte Carmelo a Sicilia, donde, según las fuentes tradicionales dignas de fe, murió apuñalado a muerte en Licata a manos de hombres impíos, en la primera mitad del siglo XIII.

Venerado como mártir, muy pronto se edificó una iglesia sobre el lugar de su martirio, y allí fue colocado su cuerpo.

Sólo en 1662 sus restos mortales fueron trasladados a la iglesia de los Carmelitas de Licata.

El culto a san Ángel se difundió por toda la Orden y también entre el pueblo. Él y san Alberto de Trápani son considerados los "padres" de la Orden por ser los dos primeros santos que recibieron culto en la Orden, y por esto fueron representados muchas veces en la iconografía medieval al lado de la Virgen María.

En Sicilia existen muchos lugares que tienen a san Ángel como patrono, y el pueblo lo invoca en las necesidades, dirigiéndose a él con mucho afecto y cariño.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario