23 – DE
MAYO – MARTES –
7 - SEMANA DE
PASCUA – A -
Sta. JUANA ANTIDA
Lectura del libro de los Hechos de los
apóstoles (20,17-27):
En aquellos días, desde Mileto, mandó
Pablo llamar a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso.
Cuando se
presentaron, les dijo:
«Vosotros sabéis que todo el tiempo que he estado aquí, desde el día que
por primera vez puse pie en Asia, he servido al Señor con toda humildad, en las
penas y pruebas que me han procurado las maquinaciones de los judíos. Sabéis
que no he ahorrado medio alguno, que os he predicado y enseñado en público y en
privado, insistiendo a judíos y griegos a que se conviertan a Dios y crean en
nuestro Señor Jesús. Y ahora me dirijo a Jerusalén, forzado por el Espíritu. No
sé lo que me espera allí, sólo sé que el Espíritu Santo, de ciudad en ciudad,
me asegura que me aguardan cárceles y luchas. Pero a mí no me importa la vida;
lo que me importa es completar mi carrera, y cumplir el encargo que me dio el
Señor Jesús: ser testigo del Evangelio, que es la gracia de Dios. He pasado por
aquí predicando el reino, y ahora sé que ninguno de vosotros me volverá a ver.
Por eso declaro hoy que no soy responsable de la suerte de nadie: nunca me he
reservado nada; os he anunciado enteramente el plan de Dios.»
Palabra de Dios
Salmo: 67,10-11.20-21
R/.
Reyes de la tierra, cantad a Dios
Derramaste en tu heredad,
oh Dios, una
lluvia copiosa,
aliviaste la
tierra extenuada
y tu rebaño
habitó en la tierra que tu bondad,
oh Dios,
preparó para los pobres. R/.
Bendito el Señor cada día,
Dios lleva
nuestras cargas,
es nuestra
salvación.
Nuestro Dios
es un Dios que salva,
el Señor Dios
nos hace escapar de la muerte. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Juan (17,1-11a):
En aquel tiempo, Jesús, levantando los
ojos al cielo, dijo:
«Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te
glorifique y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida
eterna a los que le confiaste. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti,
único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado sobre la
tierra, he coronado la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame
cerca de ti, con la gloria que yo tenía cerca de ti, antes que el mundo
existiese.
He manifestado tu nombre a los hombres que me diste de en medio del mundo.
Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. Ahora han
conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he comunicado
las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han conocido
verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado.
Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por éstos que tú me diste,
y son tuyos. Sí, todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido
glorificado. Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo,
mientras yo voy a ti.»
Palabra del Señor
1. Cuando ya la pasión, el fracaso y la muerte, eran un
peligro inminente, Jesús habla de glorificación. Para
Jesús, la "gloria" es el "fracaso". Morir crucificado era
en los tiempos del Imperio romano, una cosa tan humillante y vergonzosa, que
los cristianos tardaron, por lo menos, doscientos años para empezar a representar
en público a su Dios como a un miserable crucificado. La imagen más antigua de
un crucificado, que se conserva, es la imagen de un hombre en una cruz, pero
con cabeza de burro. Esto se descubrió, en 1856, en los sótanos del Palatino de
Roma. Era una burla contra los cristianos (J. D. Crossan, J. L.
Reed).
2. Jesús habla de tal forma que, en su oración, queda
patente que el hecho de conocer a Dios y de conocer a Jesús
son dos formas de conocimiento que nos llevan a una misma e idéntica realidad
última, que es Dios en sí mismo.
- ¿Qué significa esto, en última instancia?
3. Significa que a Dios (lo conocemos) en Jesús, un ser humano. La
grandeza, la genialidad de "lo humano"
está en que es la imagen visible de Dios invisible (Col 1, 15).
Es, además, la "Palabra" que se hace "carne" (Jn 1,
14). Es el ser humano en el que vemos, oímos y tocamos a Dios (Jn 14, 7 s).
Por todo esto, porque el Inaccesible se nos hizo tan humano y tan cercano,
en Jesús, por eso la oración final de Jesús tiene este estilo y este trasfondo
triunfal.
Verdaderamente, nuestra humanidad es lo más genial y profundo que Dios nos
ha dado.
Virgen y Fundadora
de las Hermanas de la Caridad de Besanzón
Martirologio Romano: En Nápoles, en la Campania, santa Juana Antida Thouret, virgen, donde en
tiempo de la Revolución Francesa siguió con algunas compañeras la vida
religiosa interrumpida, y en Besanzón dio comienzo a una nueva sociedad de
Hermanas de la Caridad, dedicadas a asegurar la formación civil y cristiana de
la juventud, la atención a los niños abandonados, a los pobres y a los
enfermos, hasta que murió en el destierro, aquejada de grandes tribulaciones
(1826).
Fecha de
canonización: Juana Antide Thouret fue
beatificada por Pío XI el 23 de Mayo de 1926 y canonizada el 14 de enero de
1934 por el mismo pontífice.
La Congregación de las Hermanas de la Caridad de Besanzón tienen su origen
en la tradición Vicenciana, su fundadora había sido Hija de la Caridad. Juana
Antide Thouret nació el 17 de noviembre de 1765 en Sancey-le-Long, Francia.
A los 22 años entró en la Compañía de las Hijas de la Caridad de San
Vicente de Paúl que armoniza oración, vida comunitaria y servicio a los pobres.
Durante la Revolución francesa, todas las Hijas de la Caridad de Francia se
dispersaron, regresando a sus lugares de origen, Juana intentó unirse a otros
grupos religiosos pero ninguno colmaba sus deseos.
Fue invitada a volver a Beçanson a comenzar el trabajo en la diócesis.
Aceptó la invitación y el 11 de abril de 1799 comenzó una pequeña escuela y un
comedor para los pobres. También visitaba a los enfermos y abrió un comedor
para los pobres. Empezaron a conocerse como Hermanas de la Caridad de Santa
Juana Antide Thouret, una comunidad internacional en la tradición vicenciana
(hijas de la caridad de San Vicente de Paúl). Esta herencia continúa hasta hoy
respondiendo a los gritos de los pobres.
Actualmente forman la comunidad unas 4.000 Hermanas extendidas en los cinco
continentes con gran variedad de servicios a los pobres.
La vida comunitaria, la Eucaristía, y el Misterio Pascual son elementos
claves en su vida.
En 1810 el rey de Nápoles las llamó después de fundar varias casas en
Francia, fue a Nápoles, y allí con varias Hermanas comenzando la fundación en
Italia. Juana murió en Nápoles el 24 de agosto de 1826.
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