lunes, 11 de mayo de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 11 DE MAYO - LUNES - 6ª SEMANA DE PASCUA







11 DE MAYO
- LUNES - 6ª SEMANA DE PASCUA

Jn 15,26- 16,4a

       En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo. Os he hablado de esto, para que no se tambalee vuestra fe. Os excomulgarán de la Sinagoga, más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte, pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mi. Os he hablado de esto para que cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho".

1.     Jesús avisa a sus discípulos que van a tener que soportar la peor violencia que una persona creyente puede sufrir. Se trata de la violencia de la propia religión. Los discípulos de Jesús eran judíos. Y Jesús les dice que los van a expulsar de la Sinagoga, es decir, que la religión de ellos y de sus padres los va a excomulgar. Más aún, llegará el día en que quien los mate pensará que así da culto a Dios.

2.      Sufrir persecución de los poderes civiles, militares o religiosos, de otras religiones distintas de la propia, es siempre difícil de soportar. Pero sentir que es tu propia religión la que te margina, te desprecia, te persigue y te amenaza, eso es muy duro. Porque entonces, al sufrimiento físico y moral, se suma la duda, la inseguridad y el miedo a vivir equivocado. Al desprecio de los demás se suma el auto-desprecio. La destrucción que se vive, en esos casos, es total. Y además hay que vivir tal destrucción en soledad porque, por lo general, te miran con recelo y sospechas hasta los de tu propia religión. Esto es lo peor de todo.

3.     Pero la violencia religiosa puede llegar más lejos. Dice Jesús que se dará el caso en que quien te mate, “pensará que da culto a Dios". La perversión más asombrosa: el culto divino convertido en culto asesino. ¿Cómo es posible llegar a semejante contradicción? Muy sencillo: desde el momento en que pensamos en Dios como El Trascendente, Dios ya no está a nuestro alcance, nadie lo conoce y, por eso, cada cual lo piensa o lo imagina como le conviene. Y le puede convenir que Dios justifique las venganzas, los odios y los asesinatos. Un Dios "des-humanizado" es el mayor peligro para los mortales.





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