sábado, 23 de mayo de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 23 DE MAYO - SÁBADO - 7a SEMANA DE PASCUA







23 DE MAYO
- SÁBADO - 7a SEMANA DE PASCUA

Jn 21, 20-25

En aquel tiempo Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús tanto amaba (el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: Señor, ¿quién es el que te va a entregar?). Al verlo, Pedro, dice a Jesús: “Señor, y este "¿Qué?”. Jesús le contesta: “Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme". Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría, pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: “Si quiero que se quede hasta yo venga, ¿a ti qué?”. Este es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito: y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que los libros no cabrían ni en todo el mundo.

1. Este diálogo final explica por qué el autor del IV Evangelio añadió el capítulo 21 a la primera redacción del texto. El “discípulo amado", autor de este evangelio, no iba a vivir hasta la definitiva venida del Señor. Pero ¿qué hay detrás de este incidente, a primera vista, sin importancia?

2. En el grupo de escritos que forman el IV Evangelio y las tres cartas, cuya autoría se atribuye a “Juan", Pedro ocupa un lugar eminente. Pero también es verdad que el IV Evangelio se caracteriza por la mención de un personaje particular de quien no puede afirmarse que perteneciera al grupo de los Doce. Se le designa en dos pasajes como “el otro discípulo”, (Jn 18, 15-16; 20,3-4.8) y seis veces como “el discípulo a quien Jesús amaba” (Jn 13, 23-26; 19, 25-27; 20, 2; 21, 7; 21, 20-23; 21, 24).


3. Reconociendo la singularidad de Pedro en la comunidad de los creyentes y el servicio de “pastoreo” (que implica la “estructura jerárquica”) que Jesús le encomienda, “el discípulo amado” nos indica que existe “otra’ manera de ser discípulo, que es la de ser especialmente amado por Jesús. En todo caso, la teología del IV Evangelio y las cartas de Juan indican que la comunidad de Jesús es un tejido de relaciones de amor entre los creyentes, sin que haya nada que decir de cómo se organiza cada comunidad. Para quienes viven esta “otra” manera de ser discípulo de Jesús, la organización se basa exclusivamente en el servicio mutuo (X. Léon-Dufour).



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